7/10/24

Una falange de los periodistas más influyentes del Reino Unido publicó este odioso artículo, denunciando como un "libelo de sangre" la información sobre el asesinato de miles de niños en Gaza por parte de Israel ¿Por qué los medios 'liberales' hacen la más vil apología del genocidio? ¿Qué demonios imaginaban todos ellos que sugería esa foto «ilustrativa» de una muñeca manchada de sangre? ¿Que los miles de niños despedazados por las bombas israelíes son una ficción? Que un solo periodista imaginara por un momento que esto era un artículo o una foto aceptable en medio de un genocidio ya es bastante asombroso. Pero que toda una falange de los periodistas más influyentes y «liberales» del país lo respaldara sin pensárselo dos veces nos dice algo sobre la depravada cultura que pasa por periodismo en los medios del establishment occidental (Jonathan Cook, Premio de Periodismo Martha Gellhorn)

 


 "No me cansaré de repetirlo. El artículo de Howard Jacobson en el periódico Observer de hoy puede ser una de las piezas más viles del periodismo publicado en Gran Bretaña que se recuerde, argumentando que cualquier información sobre la matanza documentada por Israel de muchos miles de niños palestinos en Gaza es un «libelo de sangre» y antisemita. Es pura apología del genocidio.

Pero mucho peor es el hecho de que el Guardian Media Group haya firmado su columna. No es obra de un solo loco sionista. Todo un ejército de periodistas lo llevó a la imprenta.

Y atención: Jacobson, por odioso que sea, no es responsable de la elección de la foto. Eso es enteramente responsabilidad de la redacción del Observer.

Trabajé en The Guardian y en The Observer, su periódico hermano dominical, durante muchos años. El editor de comentarios, el editor de fotos, el subeditor de la revista, el editor jefe del Observer y todos los jefes de sección habrían aprobado no sólo el texto de Jacobson, sino también la foto.

¿Qué demonios imaginaban todos ellos que sugería esa foto «ilustrativa» de una muñeca manchada de sangre?

-   Que los miles de niños despedazados por las bombas israelíes son una ficción.

-   Que todos los niños descompuestos bajo los escombros son inventados.

-   Que todos los niños no identificados enterrados en las arenas de Gaza son mentira.

-   Que todos los niños que mueren de epidemias como la polio o de hambre a causa del bloqueo israelí son una invención.

Que un solo periodista imaginara por un momento que esto era un artículo o una foto aceptable en medio de un genocidio ya es bastante asombroso.

Pero que toda una falange de los periodistas más influyentes y «liberales» del país lo respaldara sin pensárselo dos veces nos dice algo sobre la depravada cultura que pasa por periodismo en los medios del establishment occidental.

Estos periodistas de élite están completamente divorciados de la realidad. No tienen moral, viven y trabajan como ideólogos fanáticos del supremacismo occidental. Son tan racistas como sus antepasados que alentaron la subyugación y colonización británica del resto del mundo.

No hay esperanza de tener un mundo sano mientras se permita que estos belicistas y apologistas del genocidio sigan a cargo de la formación de nuestra conciencia."

(Jonathan Cook, Premio Especial de Periodismo Martha Gellhorn, blog, 06/10/24, traducción DEEPL)

29/4/24

¿En qué momento se jodió el periodismo? Una organización fascista presentó una querella basada en datos, buena parte de ellos falsos, aparecidos en distintas publicaciones digitales, entre las que citan a Voz Pópuli, Libertad Digital, Esdiario o The Objective... "Verifica, contrasta y redacta la información solo si estás seguro de que, una vez publicada, nadie te la podrá rebatir". Así nos enseñaron a hacer periodismo. A mí y a muchos de quienes ahora forman parte de algunos de los medios que acabo de citar. ¿Qué nos ha pasado? ¿Era necesario caer tan bajo, desprestigiar tanto un trabajo que consiste sencillamente en contar historias para ayudar al lector, al oyente o al espectador a entender mejor las cosas que pasan? ¿En qué momento empezó esta deriva? Hay quien la sitúa en el 11 de marzo de 2004, aquel momento canalla pilotado por Aznar y Pedrojota en el que se atribuyeron a ETA los atentados de Atocha, pero yo creo que fue antes, que la cosa viene de cuando un grupo de santones del oficio periodístico se conjuró el verano de 1993 en Marbella y crearon una asociación que en el mundillo se conocía como "sindicato del crimen". Su objetivo era echar a Felipe González del Gobierno cuanto antes. ¡Felipe González, quién lo diría hoy! En muchos medios solía existir siempre alguien que de vez en cuando aparecía por la redacción con "jugosas" exclusivas cuyo único mérito para obtenerlas consistía en comer y beber con miembros de las cloacas que los utilizaban para filtrarles información interesada... ¿Era necesario convertir a las televisiones en cañones antigubernamentales disparando sin parar? Los predicadores matinales de las radios ¿a qué demonios aspiran? ¿Por qué no podemos ser el país moderno, pacífico y civilizado que nos merecemos? Puede que en el mundo del periodismo nos encontremos en un momento oportuno para decir de manera contundente —o gritar, ¿por qué no?— que "¡hasta aquí hemos llegado!" (Juan Tortosa)

 "Durante el suspense que hemos vivido en los últimos días me lo he preguntado bastantes veces: ¿en qué momento se jodió el periodismo? ¿Cómo es posible que nos hayamos empeñado tan a fondo en ir destruyendo la credibilidad de nuestra profesión hasta perderla casi por completo?

Un determinado juez de Madrid decidió el pasado miércoles abrir diligencias contra Begoña Gómez, la mujer de Pedro Sánchez, porque una organización fascista presentó una querella basada en datos, buena parte de ellos falsos, aparecidos en distintas publicaciones digitales, entre las que citan a Voz Pópuli, Libertad Digital, ESdiario o The Objective. 

"Verifica, contrasta y redacta la información solo si estás seguro de que, una vez publicada, nadie te la podrá rebatir". Así nos enseñaron a hacer periodismo. A mí y a muchos de quienes ahora forman parte de algunos de los medios que acabo de citar. ¿Qué nos ha pasado? ¿Era necesario caer tan bajo, desprestigiar tanto un trabajo que consiste sencillamente en contar historias para ayudar al lector, al oyente o al espectador a entender mejor las cosas que pasan?

¿En qué momento empezó esta deriva? Hay quien la sitúa en el 11 de marzo de 2004, aquel momento canalla pilotado por Aznar y Pedrojota en el que se atribuyeron a ETA los atentados de Atocha, pero yo creo que fue antes, que la cosa viene de cuando un grupo de santones del oficio periodístico se conjuró el verano de 1993 en Marbella y crearon una asociación que en el mundillo se conocía como "sindicato del crimen". Su objetivo era echar a Felipe González del Gobierno cuanto antes. ¡Felipe González, quién lo diría hoy!

Fue por entonces cuando empezó a prostituirse (más) el concepto de "periodismo de investigación"; en muchos medios solía existir siempre alguien que de vez en cuando aparecía por la redacción con "jugosas" exclusivas cuyo único mérito para obtenerlas consistía en comer y beber con miembros de las cloacas que los utilizaban para filtrarles información interesada. Información que solía beneficiar casi siempre a los mismos (los herederos del franquismo sociológico y económico a quienes la Transición había permitido continuar copando parcelas estratégicas de poder) y perjudicaba casi siempre también a los otros mismos (partidos de izquierdas o de presuntas izquierdas cuyas políticas para combatir la desigualdad y la injusticia incomodaban a los primeros). 

Este infame microclima, que contribuyó a degradar el ejercicio de la profesión periodística en España a medida que iban pasando los años, aceleró su capacidad para crispar los ánimos cuando en Estados Unidos apareció una cadena televisiva llamada Fox decidida a mentir todo lo que hiciera falta hasta conseguir aupar a otro mentiroso profesional, Donald Trump, a la Presidencia de aquel país en 2016. No tardamos aquí en importar aquellas maneras de "trabajar" hasta llegar, degenerando cada día un poquito más, al momento en que nos encontramos ahora.

Aunque ya existían precedentes (el caso en 2011 de Antonio R. Torrijos, teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Sevilla, por ejemplo), el hecho de que la Policía elaborara informaciones falsas sobre un político, se las pasara al directivo de un medio, este se apresurara a difundirlas sin contrastarlas antes y eso sirviera a un juez para empurar a quien había sido colocado en el punto de mira es algo que empezó a ser práctica común sobre todo desde la aparición en escena de Podemos, allá por 2014. Fueron diez años de vergüenza hasta que consiguieron destrozar a este partido y arruinar la vida personal a muchos de sus miembros. 

De manera similar ha actuado la caverna contra políticos y partidos independentistas. Se trataba entre otras cosas de enviar recados bien claritos a esa pata del bipartidismo llamada PSOE para ver si así los socialistas entendían el mensaje y se abstenían de frecuentar lo que para el fascismo siempre fueron "amistades peligrosas"

Probablemente Sánchez debía de pensar que con la Presidencia del Consejo de Ministros y el Boletín Oficial del Estado tenía suficiente. Ya ha comprobado que parece que no. Que haya jueces, fiscales, militares, policías y funcionarios varios manteniendo viva la semilla del franquismo es intolerable, pero puede entenderse, dado que en cuatro décadas ningún político en el poder se ha propuesto con firmeza acabar con el huevo de la serpiente. Pero lo del periodismo me cuesta más trabajo asumirlo. 

¿Era necesario convertir a las televisiones en cañones antigubernamentales disparando sin parar? Los predicadores matinales de las radios ¿a qué demonios aspiran? ¿Por qué no podemos ser el país moderno, pacífico y civilizado que nos merecemos? ¿Por qué el periodismo, sin perjuicio de mantener un estricto control del poder como es nuestra obligación, ofrece en general tan pocas informaciones de servicio público, de interés general? ¿Por qué se permite la existencia de medios que dedican generosos presupuestos a hurgar en la vida privada de los políticos menos moldeables, poner en circulación datos falsos sobre ellos o sus familiares y conseguir así quitarles la paz y arruinarles la vida? Son pasquines o panfletos, no medios de comunicación, pero ahí están, bien mimados y mejor subvencionados por la derecha ultra y la ultraderecha. 

El tiempo de silencio del presidente ha propiciado que hayamos escuchado, dicho e incluso escrito bastantes tonterías, es verdad, pero estos días de suspense cinematográfico también han contribuido a que según quiénes nos hayamos replanteado ciertas cosas. Puede que en el mundo del periodismo nos encontremos en un momento oportuno para decir de manera contundente —o gritar, ¿por qué no?— que "¡hasta aquí hemos llegado!"."             (Juan Tortosa, Público, 29/04/24)

19/4/24

Revelaciones de un documento secreto interno del New York Times... la directiva del Times indica a sus periodistas que sus informes deben «evitar» utilizar la frase «territorio ocupado» al describir la tierra palestina... ni deben utilizar la palabra Palestina «salvo en casos muy excepcionales»... ni utilizara la expresión «campos de refugiados» para describir determinadas zonas de Gaza... La cobertura del Times desde Gaza ha sido asombrosamente deshonesta, llegando incluso a culpar a los palestinos que esperaban comida de sus propias muertes cuando fueron atacados por las fuerzas israelíes

  "La sorprendente revelación de la ofensiva guía de estilo interna del New York Times sobre el lenguaje que no permitirá en sus reportajes sobre Palestina debería dar lugar a un amplio examen de la tradicional parcialidad del periódico.

Felicitaciones a los empleados anónimos del New York Times que filtraron la ofensiva guía interna del periódico sobre el lenguaje que no autoriza en sus informes sobre Israel/Palestina, y más felicitaciones a The Intercept por publicarla. La impactante revelación debería dar lugar a un examen aún más amplio del lenguaje tendencioso que durante mucho tiempo ha sido rutina en el Times y en todos los medios de comunicación estadounidenses (y de otros países).

Empecemos con la primicia de The Intercept. Podría decirse que el peor ejemplo de parcialidad es la directiva del Times de que sus informes deben «evitar» utilizar la frase «territorio ocupado» al describir la tierra palestina. He seguido de cerca la cobertura sesgada del periódico durante más de una década, y admito que esto me ha dejado atónito. Dejemos de lado Gaza por el momento, aunque los expertos jurídicos internacionales explican que el bloqueo aéreo, marítimo y terrestre de Israel constituía una «ocupación» incluso antes del 7 de octubre.

¿Pero qué ocurre con la Cisjordania palestina? ¿Cómo puede el New York Times pretender que la permanencia del ejército israelí en Cisjordania desde 1967 no constituye una “ocupación”? Los puestos de control militares y policiales de Israel y el hecho de que el territorio se rija por la ley militar israelí, ¿qué es sino una “ocupación”?

Igual de ofensiva es la circular interna del Times según la cual los periodistas no deben utilizar la palabra Palestina «salvo en casos muy excepcionales». Esto es otro despropósito. Varios millones de personas se autodenominan «palestinos», y Palestina está representada en las Naciones Unidas. Estados Unidos afirma que sigue estando a favor de una solución de dos Estados; ¿cómo se puede describir el segundo Estado sin decir «Palestina»?

El Times también pidió a su personal que no utilizara la expresión «campos de refugiados» para describir determinadas zonas de Gaza. El periódico justifica esta censura lingüística argumentando: «Aunque se denominan campos de refugiados, los centros de refugiados de Gaza son barrios desarrollados y densamente poblados que datan de la guerra de 1948». En resumen, dice el documento, antes del 7 de octubre los gazatíes ya no vivían en ciudades de tiendas de campaña (como lo hacen de nuevo en Rafah y en otros lugares del territorio desde que Israel destruyó barrios enteros) por lo que no se puede decir «campos». Pero esta no es la cuestión. Los palestinos tanto de Gaza como de Cisjordania sí se consideran refugiados; muchas familias aún tienen las llaves de las casas de las que ellos o sus antepasados fueron expulsados en 1948. Un periódico honesto informaría de esto de vez en cuando en lugar de cerrar el debate dictando el vocabulario.

Este bombazo de The Intercept llega tras meses de crecientes críticas al New York Times por su cobertura de Gaza y Palestina en general. Una reportera del New York Times ha sido apartada del periódico después de que saliera a la luz su parcialidad antipalestina tras protagonizar uno de los escándalos informativos más flagrantes* del periódico desde el 7 de octubre. La cobertura del Times desde Gaza ha sido asombrosamente deshonesta, llegando incluso a culpar a los palestinos que esperaban comida de sus propias muertes cuando fueron atacados por las fuerzas israelíes. Esta mala praxis no se ha limitado a Gaza, ya que el periódico también ha fracasado en su cobertura de Cisjordania.

Las revelaciones del Intercept son extremadamente valiosas. Pero algunos sesgos de la prensa dominante estadounidense son tan amplios y se han prolongado durante tanto tiempo que siguen pasando desapercibidos. Tomemos el hecho de que a los 670.000 israelíes judíos que se han trasladado permanentemente a la Palestina ocupada de Cisjordania desde 1967 se les llama universalmente “settlers” en lugar de «colonos»**, y a los lugares donde viven ahora se les llama «asentamientos», en lugar de “colonias”. La nota del Times ni siquiera tenía que ordenar este uso, ya se produce automáticamente.

Quienquiera que eligiera por primera vez la palabra «colonos» (settlers) allá por la década de 1970 merece una medalla de oro al eufemismo deshonesto. «Colonos» da la impresión de pioneros resistentes que se adentran en una tierra casi vacía, una versión más actual de la expresión sionista original: «un pueblo sin tierra para una tierra sin pueblo». La verdad es, por supuesto, diferente; la Palestina de Cisjordania se caracteriza por puestos de control militares israelíes, carreteras segregadas sólo para judíos y, en los últimos meses, pogromos asesinos llevados a cabo por los colonizadores con la complicidad del ejército israelí. Se leen con regularidad relatos de personas que dicen que una sola visita a la Cisjordania ocupada fue tan impactante que tuvieron que revisar sus opiniones anteriores.

George Orwell no sólo explicó que el lenguaje deshonesto y eufemístico puede ocultar verdades importantes. Fue más allá: argumentó convincentemente que lo que él llamaba «neolengua» podía incluso  impedir pensar con precisión. Imagínense cómo cambiarían las opiniones de los estadounidenses sobre Israel/Palestina si se nombrara a los «colonos» israelíes con precisión, aunque sólo fuera de vez en cuando.

N. del T.:

*La periodista, Anat Schwartz, difundió en el periódico violaciones masivas cuando Hamás atacó territorio israelí el 7 de octubre, basándose en acusaciones no confirmadas de las que nunca se presentó prueba alguna, ni denuncias ante los tribunales israelíes.

** En inglés existen el término “settler”, de “settlement” (asentamiento) y el término “colonist”. Ambos se traducen en castellano como “colono”, pero el primero describe a quien se “asienta” en una tierra vacía (normalmente adjudicada por el Estado con el fin de repoblar) y el segundo a quien se establece en una “colonia” donde antes habitaba población autóctona."             (James North , Rebelión, 19/04/2024)

 

 "La cobertura del New York Times sobre la matanza israelí en Gaza, al igual que la de otros principales medios estadounidenses, es una vergüenza para el periodismo.

Esta afirmación no debería sorprender a nadie. Los medios estadounidenses no se guían por los hechos ni por la moralidad, sino por agendas, cálculos y hambre de poder.

La humanidad de 120 palestinos muertos y heridos a causa del genocidio israelí en Gaza simplemente no forma parte de esa agenda.

En un informe –basado en un memorando filtrado de The New York Times – El intercepto descubierto que el llamado periódico estadounidense de referencia ha estado alimentando a sus periodistas con “directrices” frecuentemente actualizadas sobre qué palabras usar, o no, al describir la horrible matanza masiva israelí en la Franja de Gaza, que comenzó el 7 de octubre.

De hecho, la mayoría de las palabras utilizadas en el párrafo anterior no serían aptas para imprimir en el The New York Times, según sus “directrices”.

Sorprendentemente, términos y frases internacionalmente reconocidos como “genocidio”, “territorio ocupado”, “limpieza étnica” e incluso “campos de refugiados” estaban en la lista de rechazo del periódico.

Se vuelve aún más cruel. “Palabras como 'masacre', 'masacre' y 'carnicería' a menudo transmiten más emoción que información. Piénselo bien antes de usarlos con nuestra propia voz”, según el memorando, filtrado y verificado por El intercepto y otros medios independientes.

Aunque ese control lingüístico es, según el The New York Times, cuyo objetivo era la justicia para “todas las partes”, su aplicación fue casi totalmente unilateral.

Por ejemplo, una anterior Interceptar reporte mostró que el periódico estadounidense, entre el 7 de octubre y el 14 de noviembre, mencionó la palabra “masacre” 53 veces cuando se refería a israelíes asesinados por palestinos y sólo una vez en referencia a palestinos asesinados por Israel.

Para esa fecha, miles de palestinos habían perecido, la gran mayoría de los cuales eran mujeres y niños, y la mayoría de ellos fueron asesinados dentro de sus propios hogares, en hospitales, escuelas o refugios de las Naciones Unidas.

Juego de números de peaje de muertes

Aunque el número de muertos palestinos fue a menudo cuestionado por el gobierno y los medios de comunicación estadounidenses, más tarde fue generalmente aceptado como exacto, pero con una salvedad: atribuir la fuente de la cifra palestina al “Ministerio de Salud dirigido por Hamás en Gaza”. Esa frase es, por supuesto, suficiente para socavar la precisión de las estadísticas compiladas por los profesionales de la salud, que tuvieron la desgracia de producir tales recuentos muchas veces en el pasado.

[Ver también: El verdadero número de muertos en Gaza]

Las cifras israelíes rara vez fueron cuestionadas, o nunca, aunque los propios medios de comunicación israelíes revelaron más tarde que muchos israelíes que supuestamente fueron asesinados por Hamás murieron en “fuego amigo”, como a manos del ejército israelí.

Y aunque un gran porcentaje de los israelíes muertos durante la Operación Inundación de Al-Aqsa el 7 de octubre estaban activos, fuera de servicio o en reserva militar, todavía se utilizaban en abundancia términos como “masacre” y “masacre”. Se hizo poca mención del hecho de que aquellos “masacrados” por Hamás estaban, de hecho, directamente involucrados en el asedio israelí y en masacres anteriores en Gaza.

Hablando de “matanza”, el término, según el Interceptar, se utilizó para describir a los presuntamente asesinados por combatientes palestinos frente a los asesinados por Israel en una proporción de 22 a 1.

Escribo “supuestamente”, ya que el ejército y el gobierno israelíes, a diferencia del Ministerio de Salud palestino, aún no han permitir para una verificación independiente de los números que produjeron, alteraron y reprodujeron, una vez más.

Las cifras palestinas ahora son aceptadas incluso por el gobierno estadounidense. Cuando se le preguntó, el 29 de febrero, cuántas mujeres y niños habían sido asesinados en Gaza, el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, dijo: “Son más de 25,000”, superando incluso la cifra proporcionada por el Ministerio de Salud palestino en ese momento.

Sin embargo, incluso si las cifras israelíes fueran examinadas y corroboradas plenamente por fuentes verdaderamente independientes, la cobertura de The New York Times de la guerra de Gaza sigue señalando la inexistente credibilidad de los principales medios de comunicación estadounidenses, independientemente de sus agendas e ideologías. Esta generalización puede justificarse sobre la base de que la The New York Times es, por extraño que parezca, todavía relativamente más justo que otros.

Según este doble rasero, los palestinos ocupados, oprimidos y rutinariamente masacrados son retratados con un lenguaje apropiado para Israel; mientras que una entidad racista, apartheid y asesina como Israel es tratada como una víctima y, a pesar del genocidio de Gaza, de alguna manera todavía se encuentra en un estado de “autodefensa”.

The New York Times descarada y constantemente hace sonar su propia bocina como un oasis de credibilidad, equilibrio, precisión, objetividad y profesionalismo. Sin embargo, para ellos, los palestinos ocupados siguen siendo los villanos: el partido que realiza la gran mayoría de las matanzas y masacres.

La misma lógica sesgada se aplica al gobierno de Estados Unidos, cuyo discurso político diario sobre democracia, derechos humanos, justicia y paz continúa cruzándose con su descarado apoyo al asesinato de palestinos, a través de bombas tontas, destructores de búnkeres y miles de millones de dólares en otros armas y municiones.

El intercepto informar sobre este tema es muy importante. Aparte de los memorandos filtrados, la deshonestidad del lenguaje utilizado por The New York Times –compasivo hacia Israel e indiferente al sufrimiento palestino– no deja dudas de que el The New York Times, al igual que otros medios de comunicación estadounidenses, sigue estando firmemente del lado de Tel Aviv.

Mientras Gaza continúa resistiendo la injusticia de la ocupación militar y la guerra israelíes, el resto de nosotros, preocupados por la verdad, la precisión en la información y la justicia para todos, también deberíamos desafiar este modelo de periodismo pobre y sesgado.

Lo hacemos cuando creamos nuestras propias fuentes de información profesionales y alternativas, donde utilizamos un lenguaje adecuado que expresa la dolorosa realidad de una Gaza devastada por la guerra.

De hecho, lo que está ocurriendo en Gaza es genocidio, una horrible matanza y masacres diarias contra pueblos inocentes, cuyo único crimen es resistir una violenta ocupación militar y un vil régimen de apartheid.

Y, si sucede que estos hechos indiscutibles generan una respuesta “emocional”, entonces es algo bueno; tal vez a esto le seguiría una acción real para poner fin a la matanza israelí de palestinos. La pregunta sigue siendo: ¿por qué The New York Times ¿Los editores consideran esto objetable? "

(Ramzy Baroud es periodista y editor del periódico Crónica de palestina. Consortium News, 20/04/24)

24/3/24

Todas las amenazas de Miguel Ángel Rodríguez a los periodistas... La purga de Telemadrid... Así financia Ayuso a la bulosfera y castiga a los medios “no afines”

 "No me sorprende nada. Ha hecho esto cada vez que ha tenido un problema”, señala un exdirigente del PP, refiriéndose a las amenazas y coacciones a periodistas de Miguel Ángel Rodríguez (Valladolid, 60 años), conocido como MAR, con un sueldo público de 94.324,20 euros como jefe de gabinete de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Y añade: “Ha enviado mensajes mucho peores a miembros del partido: ‘Eres un mierda’, ‘Te voy a arruinar la vida’, cosas de ese tipo... Pierde las formas rápidamente. En su caso, es un patrón: amenaza y desvía el foco vendiendo mercancía averiada a medios dispuestos a comprarla. Monta un escándalo para tapar otro. Lo hizo con Casado y el espionaje a Ayuso para tapar lo de su hermano, y lo está haciendo ahora. Se está hablando más de él que del defraudador fiscal y ese era uno de los objetivos. No le importa ponerse él por delante porque lo que le gusta es ejercer ese personaje. Pagaría por hacer lo que hace porque a lo único a lo que tiene pánico Miguel Ángel Rodríguez es a irse a su casa y dejar de ser relevante”.

Los jefes de gabinete y de prensa y los políticos en general tratan de condicionar a los periodistas para que sus informaciones beneficien o no perjudiquen a sus intereses. Sortear esas presiones son gajes del oficio. Pero, como señalan todas las fuentes entrevistadas para elaborar este texto —dirigentes y exdirigentes de distintos partidos y periodistas de diferentes medios—, Rodríguez, la mano derecha de Ayuso, ha ido mucho más allá: hasta la amenaza, los insultos y la difusión de bulos sobre los profesionales que no se someten a sus manipulaciones y que investigan al novio de la presidenta, Alberto González Amador, imputado por fraude fiscal y falsedad documental. El último ejemplo ha sido señalar, con fotografía, nombre y apellidos, a dos periodistas de EL PAÍS acusándolos de algo totalmente falso —acosar a menores en las inmediaciones de la residencia de la presidenta madrileña— y a reporteros de Eldiario de asaltar, “encapuchados”, la vivienda.

El penúltimo fue asegurar que la Fiscalía había ofrecido un acuerdo al novio de Ayuso unas horas después de conocerse la presentación de la denuncia contra él, y que lo había retirado después por “órdenes de arriba”. Lo cierto es que fue González Amador, a través de su abogado, quien había ofrecido el pacto y admitido ya los delitos cometidos contra Hacienda —que, pese a todo, la presidenta madrileña negó en público—. El modus operandi de Rodríguez vulnera el artículo 20 de la Constitución, que recoge el derecho a comunicar y recibir información veraz. Es una estrategia engrasada a lo largo de décadas, al menos, desde que, en 1996, José María Aznar lo nombró secretario de Estado de Comunicación y portavoz de su primer Gobierno. Y es una estrategia hasta ahora impune que ha precisado de cooperadores necesarios, los medios “dispuestos a comprar mercancía averiada”, como asegura un miembro del mismo partido de la presidenta para la que trabaja Rodríguez: el PP.

“Si esto que ha hecho ahora”, añade un miembro de Vox, “lo llega a hacer el jefe de gabinete de [Carles] Puigdemont o de [Alberto Núñez] Feijóo, habría acabado con la carrera de los dos, pero aquí no pasa nada porque Miguel Ángel lleva 30 años en esto, conoce a mucha gente en los medios y cuando no le obedecen, va a por ellos, le da igual a la derecha que a la izquierda. Se dedica a inventarse cosas y amenazar, sobre todo a ciertas horas ”. Fuentes de este partido, con el que el PP gobierna en cinco comunidades autónomas, relatan un episodio de amenazas a Iván Espinosa de los Monteros y Rocío Monasterio —“Hasta vuestros hijos se van a arrepentir”— motivado por el apoyo de Vox a la comisión de investigación parlamentaria sobre el aval de 400.000 euros a una empresa participada por el padre de Ayuso. “En esa época estaban muy nerviosos. La amenaza fue verbal, a través de un diputado del PP en la Asamblea que ahora es diputado nacional. No podemos saber si lo enviaba Rodríguez, que es quien controla todo, pero su patrón de conducta ha sido siempre ese: amenazar y manejar a los medios, igual que el de Ayuso es decir que le tienen manía cada vez que se la investiga por algo. Les ha funcionado las dos primeras veces, con el padre y con el hermano. Veremos qué pasa en la tercera”.

Que Rodríguez amenazara a una periodista de Eldiario por escrito —“Os vamos a triturar, vais a tener que cerrar”—, muestra, a juicio de este miembro de Vox, que “se cree intocable”. La mano derecha de Ayuso borró numerosos tuits de su cuenta antes de que fuera nombrado oficialmente jefe de gabinete de la presidenta madrileña, como el que definía a Inés Arrimadas, de Ciudadanos, como “físicamente atractiva como hembra joven. Políticamente inconsistente” o el que respondía a Iván Espinosa de los Monteros, de Vox: “Jódete, imbécil: Avalmadrid. Así os empuren. Idiotas”. Otros tuits que permanecen visibles al público sugieren hasta dónde podía escalar Rodríguez en el ámbito privado, como este del 8 de septiembre de 2019: “El director general y el de Informativos de Telemadrid forman parte de una trama de contratos irregulares que arrancó cuando presidía el tránsfuga [Ángel] Garrido. Se les ponen difíciles las cosas. A los tres”.

La purga de Telemadrid

En febrero de 2020, en una entrevista a El Mundo, Ayuso declaró: “Podría decir que soy la única presidenta autonómica y del Gobierno de España que tiene una televisión que le es crítica. Y yo en eso no tengo ninguna objeción”. Pero alguna debía tener porque tras dos años de sequía legislativa, la primera ley de la dirigente popular tras su victoria electoral en mayo de 2021 fue sobre Telemadrid, para controlarla. Cambió la norma que regulaba al medio —celebrada por la propia Ayuso en 2015— para destituir a su director general, José Pablo López, y poner, en su lugar, a José Antonio Sánchez, presidente de RTVE en la época de los famosos viernes negros —cuando los empleados se vestían de luto para denunciar la manipulación informativa—, cuyo nombre aparece en los papeles de Bárcenas y que en 2017, en comisión parlamentaria, se había jactado de votar a los populares. “Es de agradecer que el PP me busque un puestecito”, dijo. Al frente de Onda Madrid, la radio pública autonómica, colocaron a Alfonso Nasarre, estrecho colaborador de Rodríguez en la Secretaría de Estado de Comunicación durante el Gobierno de Aznar. El Tribunal Supremo ha dado la razón a varios de los trabajadores de la televisión pública que denunciaron al Gobierno madrileño por despido improcedente tras la purga, como Jon Ariztimuño, director de informativos de Telemadrid. “Dirigí unas palabras de despedida al equipo y cuando volví al despacho, ya no me funcionaban las claves del ordenador”, recuerda. “Y ni siquiera me pagaron la última semana de trabajo”.

La lista de purgados es larga. “Había”, recuerda uno de ellos, “una presión, digamos, normal, que hace cualquier gobierno con cada televisión pública, y luego estaban las miguelangeladas, cuando se volvía loco porque no le hacías caso”: “No toleraba que tuviéramos autonomía. Y yo no puedo demostrar que la campaña de intoxicación contra nosotros en algunos medios de comunicación era cosa suya, pero cuando no llegábamos a un acuerdo sobre lo que fuera, después aparecían los ataques en confidenciales y pseudomedios varios. Nuestro despido se fraguó en una reunión en Sol [sede del Gobierno madrileño] convocada por Miguel Ángel Rodríguez”.

La clac mediática

Esdiario es un medio digital dirigido por Antonio Martín Beaumont, exdiputado autonómico de Castilla y León con AP (primera marca del PP). En sus artículos se ha referido a Rodríguez en estos términos: “genial maniobra”; “nadie discute la brillantez de MAR”; y a la presidenta madrileña en estos otros: “Da una lección a la izquierda española”; “Vapulea a [Pedro] Sánchez”; “deja KO a [Juan] Lobato”; “desvela los colosales datos económicos”... El 1 de enero de 2020, publicó: “El director de Telemadrid se mete con Ayuso para no explicar sus cuentas opacas”. El 10 de ese mismo mes: “Caos de Telemadrid: así maniobra su director para cuadrar su ruinosa gestión“. El 14 de marzo, otro titular decía: “Telemadrid corta en directo a Ayuso y [José Luis Martínez] Almeida para emitir a Sánchez enlatado”. Este último texto afirmaba que el director general “incumplió de manera clamorosa su obligación como servicio público, al que se había comprometido sólo un día antes en una conversación con el Gobierno autonómico”. Esdiario es uno de los medios que difundieron el bulo de los periodistas encapuchados y acosadores de menores en las inmediaciones de la vivienda de Ayuso. Escribe Martín Beaumont: ”La figura de la presidenta de Madrid se deshumaniza con tal saña que se la convierte meramente en ‘enemiga’ a liquidar. Tal salto cualitativo en el debate público pone en riesgo su propia integridad física. Y no exagero”.

También difundieron el bulo del acoso a la vivienda de Ayuso, así como el de las supuestas “órdenes de arriba” de la Fiscalía sobre el novio de la presidenta madrileña (ambos obra de Rodríguez), entre otros, El debate, Libertad digital, Vozpópuli y un periodista de The Objective —este último, lo borró posteriormente—. Un exdirigente del PP asegura que ha visto a periodistas “cambiar informaciones después de recibir una llamada de Miguel Ángel, que conoce muy bien, por un lado, la actividad de la prensa, y por otro, la volatilidad de la opinión pública”: “Puede colocar lo que quiera. Ha convertido a algunos periódicos en la extensión del PP de Madrid porque para él es mucho más importante eso; tener relevancia nacional con lo que sea, que terminar una obra a tiempo”.

La periodista de TVE Silvia Intxaurrondo recuerda que cuando Eldiario.es publicó la primera información sobre el fraude del novio de Ayuso, llamaron a la Comunidad de Madrid “para contrastar”. “Una hora después, el PP tuiteó desde su cuenta oficial: ‘Esta mañana, el programa de Silvia Intxaurrondo pidió reacciones al PP acerca de una información sobre la pareja de Isabel Díaz Ayuso. No nos las pidieron sobre las informaciones que afectan a la mujer de Pedro Sánchez, ni nos consta que se las pidieran al PSOE”. “Esa fue”, opina la presentadora, “la luz verde del PP para que comenzara una estrategia disuasoria hacia la prensa: quien publique esta información, será señalado”: “Después, lo que hace Miguel Ángel Rodríguez es acusarme en un tuit de cobrar en b. Es decir, no solo te señalan con nombre y apellido, crean bulos para intentar disuadirnos”. Para Intxaurrondo, quienes difunden esas informaciones falsas “no pueden llamarse medios de comunicación”: “Son medios de extorsión y chantaje, que nunca llaman para contrastar lo que publican y que cada vez hacen más ruido”.

La cena del cuchillo

Ni la táctica de Rodríguez ni la reacción cuando se destapa es nueva. Mayo de 1997. El entonces presidente de Antena 3, Antonio Asensio, comparece en el Congreso de los Diputados. Denuncia que el entonces secretario de Estado de Comunicación y portavoz del Gobierno de Aznar le amenazó para que rompiera un acuerdo con el grupo PRISA, editor de EL PAÍS, sobre los derechos televisivos de los clubes de fútbol. Asensio aportó notas escritas por varios directivos de la cadena —Manuel Campo Vidal, José Oneto y Jesús Hermida— que fueron receptores de amenazas contra él: “Asensio no sabe lo que ha hecho firmando con [Jesús de] Polanco y le va a costar muy caro”; “Dile a tu jefe que terminará en la cárcel como Mario Conde, que vamos a ir a por él”; “No le van a servir de nada sus guardaespaldas porque el Gobierno tiene muchos más”... Rodríguez se justificó entonces: “Si lo dije, no lo hice con la intención de que mañana iba a hacer algo, sino dentro de la confianza que existía entre nosotros”. Cuando EL PAÍS le preguntó, la semana pasada por las amenazas a una periodista de Eldiario.es, respondió en la misma línea: “Hablo de esa manera con gente con la que tengo confianza. Es un modo bronco de decir que estaban inventando un caso donde no había”.

Campo Vidal, entonces vicepresidente de Antena 3, recuerda hoy: “Cuando firmamos el pacto con Polanco, en la nochebuena de 1996, el Gobierno de Aznar se lo toma como una traición. Luego hubo una cena de Miguel Ángel Rodríguez y Jesús Hermida con sus respectivas parejas. Según contó Hermida, en un momento de la cena, Rodríguez se puso de pie y escenificó la traición simulando que le estaban clavando un cuchillo. Pocos días después, además, se presentó una denuncia anónima contra Asensio en la Fiscalía Anticorrupción [fue archivada en 1998]”. En la carta que Campo Vidal redactó para Asensio y que este, a su vez, entregó en la comisión parlamentaria del Congreso, se añade: “28 de diciembre de 1996. A petición mía celebré un encuentro con Pedro J. Ramírez, director de El Mundo, en el hotel Villamagna, a las 20.00 horas. Pedro J., sin perder la compostura y en tono correcto, me indicó que lo mejor sería que te llamara a California [Estados Unidos] y que volvieras para deshacer el pacto del 24 de diciembre. Al manifestarle nuestro desacuerdo con esa propuesta, Pedro J. me dijo: ‘Entonces lo único que falta por saber aquí es si el Gobierno se atreverá a hacer de Antonio Asensio su caso Rumasa o su caso Banesto, procediendo a la intervención”.

El 10 de julio de 1998, al final de las preguntas en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Miguel Ángel Rodríguez informó de su propio cese como portavoz del Gobierno de Aznar, asegurando que había sido “una decisión personal”. Para entonces, dirigentes del PP, varios ministros y sus socios parlamentarios de CiU habían pedido su destitución. Años después, Aznar recurrió de nuevo a sus servicios. En 2005, primer aniversario del atentado yihadista del 11-M, Rodríguez preparó un vídeo para su fundación, FAES, que acusaba a los terroristas de realizar los atentados “para cambiar el Gobierno de España” y a la izquierda de mentir para “aprovecharse políticamente del drama”, es decir, justo lo que había hecho el PP. La grabación está repleta de alusiones a ETA. Hace unos días, en el 20 aniversario de la masacre, FAES recuperó esa tesis: el bulo sobre el bulo. Como cada vez que hay un problema."               (Natalia Junquera , El País, 24/03/24)


 "Así financia Ayuso a la bulosfera y castiga a los medios “no afines”.

Desde que Esperanza Aguirre llegó en 2003 al poder de la Comunidad de Madrid (CM) vía Tamayazo, el alegre reparto anual de millones de euros de publicidad institucional ha sido la seña de identidad de los gobiernos regionales y locales del PP. Con el tiempo, ese riego incesante de dinero público ha favorecido la eclosión de una galaxia de medios, submedios y pseudomedios digitales: lo que antes se conocía como el sindicato del crimen, ahora se llama la fachosfera. Un denominador común es que estos medios son sumisos al poder que los financia y utiliza: ninguno repara en dedicar un trato exquisito a los presidentes y alcaldes del Partido Popular, aunque ello suponga a veces publicar bulos, hipérboles o infundios. 

Con los años, la sensación de que los medios ultras de Madrid marcan la agenda informativa del país entero se ha ido haciendo cada vez más palpable. Una parte de esa impresión se debe quizá a la aparición de esa pléyade de medios y seudomedios, muchos nacidos al calor del clientelismo del PP con la intención de utilizar las ayudas públicas para mentir, desinformar e intoxicar, lo que ha condicionado y ensuciado cada vez más el espacio público. 

Isabel Díaz Ayuso y sus medios afines llevan años acusando a Pedro Sánchez de ser un dictador, le llaman hijodefruta, felón y cosas peores, pero la realidad es que es la presidenta de la Comunidad de Madrid y su jabalí de confianza, Miguel Ángel Rodríguez, quienes han creado un autocrático sistema mediático / propagandístico, financiado generosamente, y cuyo objetivo máximo no es informar ni analizar la realidad, sino proteger y rendir pleitesía a la presidenta. 

Tras ayudarle a ganar su batalla contra Pablo Casado en 48 horas, e impulsarla hacia la mayoría absoluta en 2023, los comunicadores de cabecera de Ayuso se dedican estos días a defenderla 24/7 de sus dos grandes problemas: a) el protocolo de la muerte que acabó de forma cruel con la vida de 7.291 ancianos en las residencias, y b) el súbito enriquecimiento que su entorno Maserati (novio, madre, hermano, exnovio…) ha vivido desde que ella es presidenta. 

La Acorazada Mediática de Ayuso está formada por una treintena larga de medios: los hay grandes, medianos, pequeños e invisibles. Algunos publican todavía ediciones en papel, pero la mayoría son nativos digitales. La propaganda se difunde por tierra mar y aire, a través de webs, blogs, chiringuitos, tertulias, radios, algunas televisiones privadas y los dos estandartes públicos: Telemadrid y Onda Madrid.  

Ese entramado se financia en buena parte con dinero público. En 2022, Isabel Díaz Ayuso gastó al menos 13.234.287,50 euros* en campañas publicitarias, según ha podido confirmar CTXT a partir de los datos publicados en el Portal de Transparencia de la Comunidad y del ente Canal de Isabel II. 

El contrato principal, dividido en dos lotes, uno offline y otro online, y que se gestiona desde la Consejería de Presidencia, supuso un gasto en 2022 de al menos 11.481.777,15 euros. Pero los medios elegidos por el Gobierno Ayuso (que son los mismos desde hace dos años) obtienen además campañas y fondos adicionales del Canal de Isabel II y del Metro de Madrid. La inversión declarada por el Canal en su propio portal de Transparencia fue de 1.752.510,35 en 2022, para un total de 13,2 millones. 

Entrando en el detalle de las campañas, lo primero que llama la atención es que Ayuso repartió la inmensa mayoría del dinero entre cabeceras o bien ideológicamente afines, o neutras, o casi desconocidas, obviando en numerosas ocasiones los criterios objetivos que marca la Ley de Publicidad Institucional 13/2005, que en su preámbulo afirma: “La realización de las campañas institucionales de publicidad y de comunicación debe responder a los principios de eficacia, transparencia, austeridad y eficiencia”. Y que añade: "El propósito de la Ley es que toda la información llegue a todos los ciudadanos. Para ello, se ordena la utilización de medios, soportes o formatos que, por un lado, aseguren el acceso a la información de las personas con discapacidad y, por otro, atendiendo a criterios objetivos, garanticen mejor la difusión de los mensajes". 

Criterios subjetivos para blindar los bulos y proteger a la cloaca

La Comunidad justifica, sin el menor rubor, en su propio Portal de Transparencia, que reparte las campañas de prensa atendiendo a los habituales criterios "objetivos legales" pero añade otros dos que son, cuando menos, subjetivos y alegales: “La afinidad y la notoriedad”. 

La afinidad deja las manos libres a Ayuso para primar de forma arbitraria a los medios que le gusten sobre los que no, y la notoriedad supone un paso igual de peligroso, porque parece un ataque a la libertad de prensa sancionada en la Constitución (el derecho de la ciudadanía a recibir información plural, veraz y contrastada).

Desde hace cuatro años, en Madrid, si un medio emite mentiras, bulos, difamaciones y falacias, pero alcanza notoriedad con ello, o muestra afinidad con el gobierno, se le premia con fondos públicos. 

“La ley exige informar sobre los criterios de reparto por medios de comunicación, siendo los que se aplican criterios objetivos y técnicos como la audiencia, cobertura, frecuencia, notoriedad y afinidad”, dice la CM en su web oficial. “Estos criterios son medibles y la medición es realizada por empresas independientes a nuestra institución”. Ya saben: la notoriedad y la afinidad son criterios objetivos, técnicos y medibles por empresas independientes. 

Ese párrafo copia una respuesta oficial que el Gobierno de la Comunidad de Madrid dio en julio de 2022 a una pregunta parlamentaria de la exdiputada Alejandra Jacinto sobre el reparto de la publicidad del Canal de Isabel II.

Quizá por eso, el jefe de gabinete de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, se ha sentido capaz de amenazar estos días a una periodista de elDiario.es con “triturar y cerrar” su medio, y ello pese a la notoriedad alcanzada por las informaciones sobre los pelotazos y los delitos fiscales admitidos por la ya imputada pareja de Ayuso. Por suerte para el digital de Ignacio Escolar, su exitoso modelo empresarial apenas notará la posible pérdida de los 130.000 euros que Ayuso tuvo a bien concederle en 2022. 

Las cifras del reparto

El análisis de las campañas distribuidas ese año muestra cómo funciona el modelo sectario del Gobierno Ayuso. Al menos 9,1 millones de euros gastados en inserciones publicitarias directas se destinaron a medios generalistas (supuestamente) informativos. El resto se repartió entre revistas especializadas (música, turismo…) y plataformas como Google, Instagram, Facebook o Tik Tok. 

De los 9.109.258,79 millones destinados a medios, al menos 6,21 millones fueron para la prensa escrita y 2,89 millones para medios audiovisuales. Si detallamos el reparto entre medios afines (o neutros) y no afines, la desproporción hacia los primeros es patente: 7,42 millones fueron para cabeceras y grupos amigos o neutros, frente a los 1,67 millones entregados a los enemigos

En la prensa escrita, el reparto global de cantidades más o menos relevantes fue el siguiente (subrayados en rojo los medios no afines, y en beige los conservadores, neutros y/o afines). 

La inversión de 6,21 millones en medios offline se repartió entre 46 medios, y se troceó en 1.165 campañas publicitarias, de las cuales casi el 90% (978 campañas) fueron a parar a medios afines o alejados de la información autonómica, como La Vanguardia. En dinero contante, los buenos también ganaron por goleada (5 a 1) a los malos: los primeros (34 medios en total) se repartieron 5,2 millones; los 12 medios “no afines” compartieron menos de un millón, 997.609,32 euros. 

Veamos las cantidades distribuidas entre los medios conservadores y ultraconservadores. El Mundo lidera la tabla con 56 campañas y 699.436 euros, seguido del gratuito 20 Minutos (Grupo Henneo) y del ABC, ambos por encima del medio millón de euros. La Razón, del Grupo Planeta, quizá uno de los menos leídos del pelotón, se llevó 69 campañas y más de 423.000 euros, con lo que superó a OkDiario, el portal de las cloacas. La web de Inda recibió 24 campañas y se embolsó más de 372.000 euros. Por su parte, La Vanguardia se tuvo que conformar con 123.000 euros. 

En la tabla destaca la partida Prensa Local y de Distrito, que recibió 789.000 euros: son los periódicos gratuitos de barrios y pueblos que se pueden recoger por los portales de las casas. Propaganda de cercanía. 

Nótese también la equilibrada generosidad de Ayuso al financiar a la abigarrada galaxia de medianos, pequeños, diminutos e irrelevantes chiringuitos de la fachosfera y la bulosfera. 

El reparto entre los medios no afines al Gobierno Ayuso confirma el sesgo de arbitrariedad. elDiario.es es el segundo que más dinero recibe, tras El País (el líder de la prensa nacional es solo el segundo que más campañas y dinero obtuvo, por detrás de El Mundo). De la misma forma, elDiario.es tuvo menos ayuda que, por ejemplo, Libertad Digital (el medio escrito de Jiménez Losantos) o Vozpópuli (fundado por Jesús Cacho). Mientras, ABC o La Razón duplicaron los ingresos de La Vanguardia y recibieron cerca del 80% de lo que recibió El País

[Sorprendentemente, en la lista aparece esta revista, a la que la CM llama Contexto, con una aportación de 1.049,99 euros. Debemos aclarar que CTXT nunca recibió ese dinero, ni ha recibido un euro de ninguna institución madrileña desde 2020. Desde ese año no supimos nada de la agencia de medios que reparte las campañas de la CM, Irismedia. Cuando en 2023 publicamos que cinco medios estábamos estudiando denunciar el veto de Ayuso y Almeida, la agencia nos hizo una oferta que declinamos: un anuncio de un mes de duración, a cambio de 363 euros. Irismedia es la agencia de confianza de la CM desde hace años; repartió las campañas de 2022 y 2023, y en septiembre de 2023 obtuvo la prórroga del Acuerdo Marco, que durará hasta el 26 de diciembre de 2024]

Como se puede deducir de la tabla anterior, el veto de Ayuso a la mayoría de los medios digitales progresistas y de izquierdas siguió vigente durante 2023 y seguirá vigente durante 2024. Cabeceras consolidadas, con millones de lectores anuales (no de pinchazos), y que trabajan con altos estándares profesionales y éticos como Infolibre, CTXT, El Salto o La Marea no recibirán, un año más, ni un euro de los impuestos de los madrileños y madrileñas.  

Veamos para acabar el pastel de los medios de radio y televisión. Aquí la desproporción entre lo que recibieron los medios amigos y los críticos es igualmente palpable. Entre la COPE (Conferencia Episcopal), el Grupo Planeta (Onda Cero), y Telemadrid y Onda Madrid (Ayuso) se llevaron casi toda la inversión. De un total de 2,89 millones gastados, 2,2 millones fueron destinados a diez medios afines y apenas quedaron 681.000 euros para los no afines.

EdATV, un chiringuito fascista, recibió 26.500 euros. Jiménez Losantos (Esradio) cobró 242.415,35 euros. Sumados a los 213.170,05 euros que recibió como medio escrito en Libertad Digital, el ardoroso líder de opinión del ayusismo se embolsó 475.585,40 euros en 2022. 

A modo de resumen: de los al menos 9,1 millones de euros de dinero público destinados en 2022 por la CM a inserciones publicitarias en medios, Ayuso entregó 7,42 millones a diarios afines o neutros y 1,67 millones a medios más críticos, dejando fuera del todo a los medios más progresistas. Es una desproporción brutal, de 7 a 1, que coarta el derecho legal de toda la ciudadanía madrileña a conocer la información institucional de la CM, y que excluye y castiga a muchos medios y lectores que prefieren un periodismo distinto. 

Al incorporar la afinidad y la notoriedad como criterios para el reparto, el Gobierno regional (y el ayuntamiento) protegen además a numerosos medios basura, irrelevantes o intoxicadores, que no tienen un solo suscriptor y a veces ni siquiera plantilla, y ponen en peligro la supervivencia de cabeceras que defienden un periodismo ético, no partidista y de servicio público.

En 2023 y 2024 (los datos no se conocen todavía), pueden estar seguras, todo lo que hemos contado aquí habrá sido (y será) bastante peor. "               (Miguel Mora, CTXT, 23/03/24)

18/3/24

Los que no tienen miedo a Miguel Ángel Rodríguez... La soberbia y el descaro son el pasaporte del impune. Isabel Díaz Ayuso es como es porque Miguel Ángel Rodríguez le ha enseñado que el poder preautoritario que tienen en la Comunidad de Madrid se ejerce sin pedir perdón y sin dar un paso atrás... Su chulería y comportamiento de artes mafiosas quedan reflejados en la literalidad de su mensaje: “Os vamos a triturar, vais a tener que cerrar. Que os den. Idiotas”... Solo se atreve a hablar así, de forma abierta, dejándolo por escrito, quien está acostumbrado a levantar un teléfono para dictar a qué periodista quitar de una mesa o de una redacción cuando considera que el mensaje no es el propicio para sus intereses. Escribir en Madrid contra Isabel Díaz Ayuso es la manera más rápida de poner en peligro tu trabajo si eres periodista... Miguel Ángel Rodríguez es el mayor peligro que hay en este país para la libertad de prensa, pero la servidumbre que una parte importante de la prensa de este país le proclama defiende su proceder porque es el que les garantiza la viabilidad empresarial...El temor a sus arrebatos de ira está en los medios en los que puede cortar el suministro de fondos... En Madrid hay miedo a MAR. Miedo a Miguel Ángel Rodríguez, porque saben que Ayuso es la clave de bóveda que sustenta el ingente trasvase de dinero público a las cuentas de resultados de gran parte de la prensa madrileña (Antonio Maestre)

"La soberbia y el descaro son el pasaporte del impune. Isabel Díaz Ayuso es como es porque Miguel Ángel Rodríguez le ha enseñado que el poder preautoritario que tienen en la Comunidad de Madrid se ejerce sin pedir perdón y sin dar un paso atrás. Con soberbia, crueldad y altanería. Solo bajo ese prisma de autopercepción es comprensible que el jefe de gabinete de la lideresa amenazara a este diario tras la publicación de las informaciones sobre la pareja de Ayuso dejándolo por escrito. Su chulería y comportamiento de artes mafiosas quedan reflejados en la literalidad de su mensaje: “Os vamos a triturar, vais a tener que cerrar. Que os den. Idiotas”.

Solo se atreve a hablar así, de forma abierta, dejándolo por escrito, quien está acostumbrado a levantar un teléfono para dictar a qué periodista quitar de una mesa o de una redacción cuando considera que el mensaje no es el propicio para sus intereses. Escribir en Madrid contra Isabel Díaz Ayuso es la manera más rápida de poner en peligro tu trabajo si eres periodista. Puede que otros busquen el mayor riesgo para el ejercicio de la prensa libre entre los que tienen apuntados en su lista de fobias, pero el que de verdad se atreve a perseguirte para acabar con tu carrera está hoy a sueldo de Isabel Díaz Ayuso.

Miguel Ángel Rodríguez es el mayor peligro que hay en este país para la libertad de prensa, pero la servidumbre que una parte importante de la prensa de este país le proclama defiende su proceder porque es el que les garantiza la viabilidad empresarial. Publicar informaciones en contra de Isabel Díaz Ayuso tiene un coste laboral inmediato en todos aquellos lugares donde el jefe de gabinete tiene fuerza para imponer su voluntad. Telemadrid y Mediaset me echaron por publicar informaciones ciertas sobre la gestión de Isabel Díaz Ayuso porque Miguel Ángel Rodríguez tiene que dejar claro ante todo el mundo que cuenta con la capacidad para perjudicar laboralmente. Yo ya lo sé, lo viví, pero además tiene el efecto de influir al resto porque enseña cabezas de periodistas como aviso a navegantes para quien ose perturbar el poder de su señora.

El temor a sus arrebatos de ira está en los medios en los que puede cortar el suministro de fondos. El plan de medios es su arma principal. En Madrid no hay playa, pero la derecha mediática y política tiene talasofobia. Miedo a MAR. Miedo a Miguel Ángel Rodríguez. La talasofobia se siente en los balbuceos de Jorge Bustos cuando le piden que opine sobre el caso del novio de Ayuso, porque entiende que una palabra mal medida le va a propiciar un mensaje furibundo de Miguel Ángel Rodríguez, recordándole quién pone ahí tanto dinero de publicidad institucional y quién tiene la capacidad para acabar con una carrera cuando se sirve a la derecha. Si se atreve a amenazar a una periodista de elDiario.es cómo no va a levantar un teléfono para dar consignas a quien trabajó con él junto a Ayuso y ahora dirige la comunicación de uno de los grupos televisivos de este país.

Pero el miedo también llega a Sol. El periodismo libre les hace daño y las informaciones sobre su pareja la tienen noqueada. Los nervios de Isabel Díaz Ayuso y su jefe de gabinete quedan en evidencia porque conducen a los medios a los que nutren de dinero público en forma de patrocinios y publicidad institucional hacia la pérdida del decoro con la publicación de noticias falsas tan escandalosas que no duran ni un día en ser desmentidas de manera clamorosa. El funcionamiento de la mentira y la posverdad se entienden perfectamente con la noticia de la filtración de los correos de los acuerdos de la pareja de Ayuso para reconocer ante la Fiscalía los delitos que había cometido.

El servilismo del diario El Mundo a Ayuso y las órdenes de su jefe de gabinete es absoluto. Miguel Ángel Rodríguez filtró a Esteban Urreiztieta, subdirector del diario El Mundo, un correo de la Fiscalía. La noticia fue la siguiente: “La Fiscalía ofrece a la pareja de Ayuso un pacto para que admita dos delitos fiscales. El Mundo revela el mail enviado a su defensa apenas dos horas después de estallar el caso”. La noticia era mentira. No sabemos si Urreiztieta sabía que era falsa y simplemente cumplía órdenes de Miguel Ángel Rodriguez o si el jefe de gabinete de Ayuso le engañó. Viendo la reacción posterior del periódico tras modificar la noticia sin disculparse se puede inferir lo que ocurrió de manera muy sencilla.

La realidad es que el abogado de la pareja de Isabel Díaz Ayuso mandó un correo a la Fiscalía pidiendo un acuerdo, reconociendo los delitos fiscales y asumiendo que tendría que pagar la multa con recargo para evitar una pena de prisión. Lo normal en este caso sería replegar velas, callarse y esconderse en una cueva. Pero eso solo es posible si Miguel Ángel Rodríguez te deja hacerlo, y a El Mundo lo va a seguir usando siempre que sea posible. La estrategia para ocultar la mentira es acusar a la Fiscalía de haber filtrado una petición de acuerdo de un abogado cuando lo que hizo es desmentir una información falsa facilitada por una de las partes. Los medios como El Mundo, que quisieron mentirnos para salvar a Ayuso, y el propio Miguel Ángel Rodríguez, señalan a la Fiscalía, con la participación del resto de medios conservadores y el Colegio de Abogados de Madrid, por haberles dejado con el culo al aire al no tolerar que se difundiera una mentira que echaba por tierra el trabajo de la Fiscalía.

Las noticias sobre los delitos de la pareja de Isabel Díaz Ayuso están tensando a la reacción porque ve en peligro cierto a quien proporciona grandes réditos y beneficios al negocio. La misma situación se dio en las primeras semanas de la pandemia, cuando los medios de comunicación sometidos a las directrices del gabinete de Ayuso consideraron que era el momento para derrocar al gobierno de la nación y aupar a la que es su apuesta. La defenderán por encima de cualquier consideración ética, deontológica y moral porque saben que Ayuso es la clave de bóveda que sustenta el ingente trasvase de dinero público a las cuentas de resultados de gran parte de la prensa madrileña.

Las amenazas de Miguel Ángel Rodríguez contra elDiario.es por las investigaciones que se están realizando sobre los delitos fiscales de la pareja de Ayuso y el patrimonio que la presidenta disfruta se deben a la impotencia de saber que no puede actuar contra sus periodistas porque están fuera del alcance de su ira. Miguel Ángel Rodríguez no calculó bien su ansia de venganza, cuando consigue que nos echen de los trabajos donde tiene poder deja de dar miedo y ya no tiene nada con lo que amenazar. Aquí escriben los que no te tienen miedo."                           (Antonio Maestre, eldiario.es, 16/03/24)

14/3/24

La semana pasada un ayudante del fiscal del distrito de San Francisco, Michael Menesini, envió algunos correos electrónicos a Counterpunch. Tuvo palabras muy duras para Counterpunch porque publicó bastantes artículos sobre la limpieza étnica y el genocidio en Gaza"... Estamos acostumbrados a estas cosas, pero viniendo de un ayudante del fiscal del distrito de San Francisco fue alarmante... creo que esto es un disparo de advertencia en cierto modo. Y pienso en muchos de los crímenes de odio contra activistas palestinos y otros y en cómo ocurren (Bob Buzzanco, Counter Punch)

 "(...) Scott Parkin: Voy a cambiar un poco de tema. La semana pasada, resulta que un ayudante del fiscal del distrito de San Francisco, Michael Menesini, envió algunos correos electrónicos a su publicación Counterpunch. Tuvo palabras muy duras para Counterpunch porque publicó bastantes artículos sobre la limpieza étnica y el genocidio en Gaza. Me pregunto si podría explicárnoslo un poco.

Joshua Frank: Creo que el primer correo electrónico que recibimos de él fue a finales de enero. Al parecer, estaba en nuestra lista de correo electrónico y ha estado recibiendo nuestro pequeño boletín de actualizaciones que enviamos. Lo llamamos.

Scott Parkin: ¿Es un donante?

Joshua Frank: [Risas] No creo que sea donante y ya no lo será. Tal vez algún tipo de acuerdo saldrá de esto. Pero no, y creo que en el primer correo electrónico nos dijo que éramos antisemitas porque criticábamos a Israel. Todo lo que publicamos es basura porque no podemos ser tomados en serio, bla, bla, bla.

Realmente no importa, creo que lo sorprendente fue que lo envió desde su dirección de correo electrónico del trabajo, que es una dirección de correo electrónico del gobierno. Estamos acostumbrados a los locos que nos envían cosas, por supuesto, amenazas de muerte y otras cosas también, especialmente desde. El 7 de octubre, incluso nuestro sitio fue atacado justo después del 7 de octubre, porque estábamos tratando de detener la incursión en Gaza.

Estamos acostumbrados a estas cosas, pero viniendo de un ayudante del fiscal del distrito de San Francisco fue alarmante. Y hablamos con un abogado después de que nos lo enviaran. Y sólo pensamos en sentarnos y esperar y ver qué pasaba después. Un par de semanas después, nos envió otro correo electrónico.

Y esta vez repitió una retórica antiárabe bastante horrible, así que en ese momento pensé: "¿Cuál es la mejor manera de responder a este tipo?" Decidí publicar sus correos electrónicos para hacerlos públicos. Pensé en escribir un artículo al respecto, pero dije: "dejemos que las redes sociales hagan lo suyo".

No tengo tiempo para esto. No merece mi tiempo, pero el San Francisco Standard lo recogió e hizo un buen artículo sobre él. Y al hacerlo creo que presionó a la oficina del fiscal para que lo investigara. No sé dónde está ahora con él.

No es parte del equipo que está procesando al Puente de la Bahía 78. Los que cerraron el Puente de la Bahía. Pero la oficina es, y por lo que creo que muestra que el sentimiento anti-árabe dentro de la oficina del fiscal en San Francisco es bastante fuerte. Si este tipo no tiene, siente que puede enviar un email desde su cuenta pública del gobierno.

Entonces el tipo, también fue vicealcalde de Martínez. Él había estado en la vida pública por un tiempo, se podría pensar. Tendría algunos escrúpulos o al menos nos enviaría algún correo de odio desde su cuenta de correo personal, ¿no?

Así que ya veremos, sí, ya veremos qué pasa. Creo que necesita ser removido de su puesto. Ciertamente no debería estar en ningún caso que involucre crímenes de odio o libertad de expresión o protestas de ningún tipo. Creo que su trabajo ha terminado allí y creo que debería retirarse. Así que espero que haya algo de presión para que lo haga.

Bob Buzzanco: Dice mucho de las élites costeras que, en San Francisco, tengas a este tipo y a Pelosi diciendo que el FBI debería empezar a vigilar a la gente, la orientación, las multitudes, y yo también empecé a pensar en ello. No es sólo que él tiene estos sentimientos, ¿verdad?

Joshua Frank: Que creo que mucha gente tiene pocos para compartirlos públicamente. Él lo hizo en este caso, nos lo envió. Pero creo que también fue un intento de silenciar a una organización de medios de comunicación recibir un correo electrónico de una organización de medios de comunicación, recibir un correo electrónico de la oficina de un fiscal sacándonos por algo con lo que no están de acuerdo es, creo, un precedente bastante aterrador.

Y creo que, dependiendo de lo que ocurra en noviembre, obviamente podría empeorar a medida que avancemos en la represión de la libertad de expresión. Pero creo que esto es un disparo de advertencia en cierto modo.

Bob Buzzanco: Se ha despedido a gente por tuitear simpatía por los palestinos, constantemente durante los últimos cuatro meses.

Joshua Frank: Sí. Pero diré que la respuesta una vez que esos correos electrónicos se hicieron públicos no ha sido más que de apoyo a Counterpunch. Y creo que está sintiendo la presión con seguridad. Y no creo que vayamos a tener noticias de él pronto.

Scott Parkin: Es interesante cómo se les permite salirse con la suya, tener un sentimiento anti-árabe es una cosa, pero luego poder hacerlo público en el servidor de su institución o lo que sea.

Joshua Frank: Creo que el sentimiento antiárabe siempre ha estado ahí.

Siempre ha estado ahí. Pero se ha acentuado desde el 11 de septiembre, ¿verdad? Creo que hay muchas pruebas de que este tipo de sentimiento anti-árabe en la oficina del fiscal y los fiscales y el FBI y otros es parte de su formación desde el primer día y estamos viendo que ahora 20, lo que sea, 22 años más tarde, que sigue siendo muy frecuente allí.

Y eso es aterrador. Y pienso en muchos de los crímenes de odio contra activistas palestinos y otros y en cómo ocurren. Sucedió, Bob, ¿verdad? Sucedió en Houston hace un par de semanas, ¿verdad? Si se tratara de un activista judío, un sionista, debería decir.

Sería noticia de portada en el New York Times. Pero lo que ocurrió en Vermont y, puesto que son palestinos, puesto que son árabes, puesto que sostienen sentimientos que no son populares entre la élite, como que quedan fuera del radar. Y eso es lamentable, pero creo que es parte de este problema más grande en nuestra sociedad también, es deshumanizar a los palestinos y deshumanizar a aquellos de nosotros que defendemos los derechos de los palestinos.

Joshua Frank: Y estamos viendo que la represión en los campus, por supuesto, y en todas partes.

Bob Buzzanco: Sí, varias universidades han prohibido grupos como Jewish Voice for Peace y Students for Justice in Palestine.

Mientras tanto, el público se ha vuelto contra esta guerra. Hay ciudades en todo el país que han aprobado resoluciones, resoluciones de alto el fuego, porque la situación está que arde y el público está fuera.

Scott Parkin: Incluyendo San Francisco, por cierto.

Joshua Frank: Sí, incluyendo San Francisco, y luego Chicago, aquí en Long Beach, por todas partes. Así que mientras tanto, la marea ha cambiado. Y por horrible que sea, y sin saber lo que el futuro depara a los palestinos, nunca en la existencia del Estado de Israel ha habido tanto escrutinio de lo que están haciendo a escala internacional día tras día, documentado en las redes sociales, documentado en las noticias.

Incluso el New York Times tiene que cubrir estas cosas, ¿verdad? Intento aferrarme a eso. Trato de aferrarme a eso. Creo que hay una gran oportunidad para un nuevo movimiento contra la guerra. No creo que estemos allí todavía. Me siento muy inspirado por la Voz Judía por la Paz y otros antisionistas de la comunidad judía, así como por nuestra gente antibelicista de base.

Tenemos una gran oportunidad de oponernos al imperio estadounidense, y el aparato que apoyamos en Israel forma parte de ello. Así que creo que tenemos una gran oportunidad de avanzar y eso me inspira, a pesar del horror que estamos presenciando.

Scott Parkin: Sí, estoy totalmente de acuerdo con eso. Y, hablando de la acción del Puente de la Bahía, hicieron un bloqueo en el puente Golden Gate esta mañana. Lo he visto. Sí. Y en respuesta al bombardeo israelí de Rafah.

Joshua Frank: Sabemos que la oficina del fiscal estará bajo escrutinio ahora si van a procesar a alguien.

Scott Parkin: Esperemos que lo tengan en cuenta. Sólo me queda una pregunta, que en realidad no tiene nada que ver.

Bob Buzzanco: Un gran artículo. Creo que he estudiado las guerras toda mi vida. Y este es un elemento que creo que no está realmente cubierto allí. Yo lo llamo ecocidio, pero se ve esto en Corea, sólo la consecuencia del impacto a largo plazo de los bombardeos sin detonar, bombas sin explotar, y cosas por el estilo. Por lo tanto, esto es importante para salir utilizando los alimentos y el agua como un arma.

Joshua Frank: Sí. Sí. Sí, es el otro día. Creo que en cada genocidio que ha sido documentado, muchos de estos elementos han estado en su lugar.

Bob Buzzanco: Sí, yo estaba enseñando el otro día sobre, los orígenes de la Primera Guerra Mundial y el bloqueo británico, que en 1914 fue una violación del derecho internacional, por lo que han pasado más de 100 años, y los EE.UU. es sólo, claramente rechazado objetivamente las normas internacionales.

Joshua Frank: Sí, absolutamente.

Scott Parkin: Mi última pregunta en realidad no está relacionada con un poco más de una cuestión de medio ambiente / clima, y porque usted tiene su sede en el sur de California, hemos estado viendo estos "ríos atmosféricos" en todo el estado. Pero, el sur de California, particularmente el área de Los Ángeles donde estás, va a ser particularmente golpeada.

De hecho, he visto algunos mensajes tuyos con algunos bonitos con el río, casi parecía que se estaba desbordando si no lo era, y me preguntaba si tienes alguna idea sobre eso, ya que también es tu ritmo también.

Joshua Frank: Creo que lo que estamos presenciando aquí es, estamos viviendo en un mundo de extremos. Nunca. Sabemos que el cambio climático está afectando a muchas cosas diferentes de muchas maneras, pero una de las cosas que ahora sabemos con certeza, creo, es que estos fenómenos meteorológicos van a suceder.

Quizá no más a menudo, pero cuando ocurran, serán más feroces. Y ese es ciertamente el caso de los huracanes. Y creo que en el caso de las sequías que vamos a experimentar, van a ser más extremas. Y casos como el del río atmosférico que acaba de ocurrir aquí abajo fueron más extremos.

Y creo que esta es nuestra nueva norma. Por desgracia, creo que esto hace retroceder la idea de rewilding el río L.A. de alguna manera porque ahora la gente tiene miedo de las inundaciones. Y con razón, pero se mantuvo.

La infraestructura de inundaciones aquí se mantuvo, pero ¿lo hará en el futuro? Si nos golpean de nuevo a la espalda podría ser mucho mayor los impactos de los ríos o tormentas atmosféricas aquí abajo. Nos espera otra. No sé si es un río atmosférico, pero creo que esperamos un par de centímetros más este fin de semana.

Y el suelo está saturado. No hay donde ir. Las laderas se están derrumbando. Muchas de las colinas en y alrededor de Los Ángeles están en gran riesgo. Están teniendo que evacuar algunos de los cañones porque tienen miedo de barro, escombros, y el flujo, y sólo creo que esta es nuestra nueva norma. Y, por supuesto, el sur de California, como Mike Davis escribió tan elocuentemente en la documentación de los desastres ecológicos que enfrentamos.

Fue muy clarividente, ¿verdad? Predijo que íbamos a vivir en una época en la que estas cosas se agravarían. Y creo que estamos en el medio de ella en este momento. Si queremos entender todo esto, creo que debemos volver atrás y leer Ecología del miedo y la élite para el sur de California. Y ver lo que nos espera.

Scott Parkin: Josh, ha sido genial hablar contigo de nuevo hoy."              

(

19/2/24

El colapso de los medios de comunicación estadounidenses está acelerando nuestra crisis política... Un tercio de todos los periódicos de EE.UU. han cerrado permanentemente, la industria está sufriendo una hemorragia de reporteros, y el capital privado y Big Tech son los culpables... Es muy importante que la gente entienda de qué van las presiones sobre sus vidas. Eso es lo que el periodismo de investigación puede ayudar a ver. Y si no lo tenemos, entonces no van a entender el mundo en el que viven... La superestructura de Washington está formada por las agencias reguladoras, el Departamento de Defensa y los servicios sanitarios y humanos. Son entidades gigantescas que hay que cubrir y comprender. Afectan a la vida de todos en todo el país. Y si no se cuenta con personas sofisticadas, informadas y agresivas para cubrirlas, se les dejará hacer lo que les plazca, lo que tendrá enormes repercusiones para la gente. Va a repercutir en su salud, en sus pensiones, en su futuro, en la vida de sus hijos... Pero no es sólo el colapso del periodismo, es el colapso de la educación... son las empresas de capital privado que llevan escuelas charter para la alfabetización financiera en los barrios pobres para trabajar en una tienda de comida rápida... estamos retrocediendo (Chris Hedges, premio Pulitzer)

 "Otra oleada de despidos en los medios de comunicación está dejando sin trabajo a cientos de periodistas en algunos de los principales medios de comunicación de Estados Unidos, como CNN, LA Times, Vox, Business Insider, CNBC, Garnett y otros.

 En un panorama mediático ya de por sí sombrío, diezmado por décadas de caída de los ingresos, esta última ronda de recortes plantea serios interrogantes sobre el impacto que tendrá en nuestra sociedad la pérdida de tanto periodismo. Los periódicos cerraron a un ritmo de 2,5 por semana en 2023, frente a 2 por semana en 2022. 3.000 de los 9.000 periódicos de EE.UU. han cerrado permanentemente, y desde 2005, dos tercios de todos los periodistas han perdido su trabajo. La periodista ganadora del Pulitzer Gretchen Morgenson se une a The Chris Hedges Report para hablar de la crisis de los medios de comunicación, parcialmente tratada en su libro These Are the Plunderers: How Private Equity Runs-and Wrecks-America.
(Producción del estudio: Adam Coley, Cameron Granadino. Postproducción: Adam Coley, Kayla Rivara)

Chris Hedges:  El panorama de los medios de comunicación en los EE.UU. se está derrumbando a medida que los medios de comunicación a nivel nacional, estatal y local cierran o reducen personal. Un tercio de los periódicos del país han cerrado y dos tercios de sus periodistas han perdido su trabajo desde 2005. Una media de 2,5 periódicos cerraron cada semana en 2023, frente a 2 por semana en 2022. La diezma de los medios de comunicación locales es aún peor, donde el cierre de periódicos y los despidos han sido casi constantes. En las dos últimas décadas han cerrado casi 3.000 de los 9.000 periódicos del país, y 43.000 periodistas de prensa han perdido su empleo.

La sangría no hace más que acelerarse. Business Insider está eliminando el 8% de su plantilla. Los Angeles Times acaba de despedir a 120 periodistas, más del 20% de la redacción, tras suprimir 74 puestos el pasado mes de junio. La revista Time ha anunciado despidos inminentes, The Washington Post recortó 240 puestos de trabajo a finales del año pasado, Sports Illustrated ha sido destripada, y CNN, NPR, Vice Media, Vox Media, NBC News, CNBC y otras organizaciones han realizado enormes recortes de personal.

La cadena de prensa Gannett, propietaria de USA Today y muchos periódicos locales, ha recortado cientos de puestos. La última ronda de despidos se produce tras los peores recortes de empleo en el sector periodístico desde 2020, cuando la crisis de COVID supuso la eliminación de unos 2.700 puestos de trabajo. El consumo de noticias y entretenimiento por parte del público en la era digital ha convertido a muchas de las plataformas de medios tradicionales en dinosaurios. Pero a medida que desaparecen, también lo hace el núcleo del periodismo y la información, especialmente el periodismo de investigación. Las plataformas digitales, salvo contadas excepciones, no sostienen la cobertura repertorial, y menos a nivel local, uno de los pilares fundamentales de la democracia.

El dinero de la publicidad, que antaño sostenía la industria de los medios de comunicación, ha emigrado a las plataformas digitales, donde los anunciantes pueden dirigirse, con precisión, a los clientes potenciales. El monopolio que tenían los antiguos medios de comunicación para conectar a vendedores con compradores ha desaparecido. Los gigantes de las redes sociales y las búsquedas, como Google y Meta, acaparan gratuitamente los contenidos de los medios y los difunden. Los medios de comunicación suelen ser propiedad de empresas de capital riesgo o de multimillonarios que no invierten en periodismo, sino que cosechan y vacían los medios para obtener beneficios a corto plazo, acelerando la espiral de la muerte.

En el mejor de los casos, el periodismo hace que los poderosos rindan cuentas, pero a medida que las organizaciones de medios de comunicación disminuyen y los desiertos de noticias se expanden, la prensa, cada vez más anémica, también está siendo atacada por demagogos políticos y sitios que se hacen pasar por plataformas de noticias, noticias falsas, desinformación, rumores salaces y mentiras llenan el vacío. La sociedad civil está pagando el precio. Me acompaña para hablar de la crisis del periodismo Gretchen Morgenson, reportera financiera de la Unidad de Investigación de NBC News. Anteriormente trabajó para el Wall Street Journal y el New York Times, donde ganó un Premio Pulitzer. Su último libro es These Are the Plunderers: How Private Equity Runs and Wrecks America.

Muy bien, empecemos cuando ambos éramos jóvenes periodistas. Como he dicho antes, no quiero empezar este debate sin reconocer los defectos de la prensa comercial, que son muchos; usted y yo salimos de ella. En mi libro, Death of Liberal Class, cito a Sydney Schanberg, que también ganó el Pulitzer en Camboya, la gente puede ver esa historia en la película, The Killing Fields. Tenía una gran cita, dijo: «Puede que no siempre hayamos mejorado las cosas, pero evitamos que empeoraran». Y pensé que era un buen resumen. Pero como tú, estoy aterrorizado por lo que viene. Y esa pérdida de información, por muy limitada que haya sido, es absolutamente mortal para la sociedad civil y nuestra democracia.
Pero volvamos atrás y hablemos de lo que hacían los periódicos. Yo era corresponsal en el extranjero y usted era periodista de negocios. Quiero comparar eso con el vacío que ha ocurrido ahora. Hablemos, y volvamos a su propia experiencia como reportera, ¿qué es lo que hizo que contribuyó a la salud de nuestra sociedad abierta?

Gretchen Morgenson: Lo que siempre traté de hacer como periodista de negocios fue cuestionar la sabiduría convencional. Cubrir los negocios durante décadas fue un remanso. Estaba poblado de periodistas que habían sido expulsados de otras redacciones y que reescribían comunicados de prensa y se arrimaban a los ejecutivos de las empresas.

Chris Hedges:  Puedes ganarte bien la vida así.Se puede. Se puede. Pero yo entré en este negocio en los años 80, cuando las cosas estaban empezando a cambiar y los negocios se convirtieron en un tema mucho más central en las conversaciones de sobremesa. La gente solía tener pensiones, ahora, tienen que invertir su propio dinero ellos mismos. Necesitaban más información sobre cómo lo hacemos.

Chris Hedges:  Esto es a través de 401 (k) s.

Gretchen Morgenson: 401(k)s, etcétera. La democratización del mercado de valores estaba ocurriendo. Así que estaba montando esta ola de interés en la información empresarial. Pero mientras que hay muchos periodistas de negocios que sólo están interesados en escribir sobre los poderosos, los ricos, y cómo llegaron a ser así, lo que yo quería hacer era tratar de ayudar al individuo medio a entender a lo que se enfrentaba y ayudarle a ver la realidad del mundo de las finanzas, desmitificarlo, explicarlo de manera que fuera comprensible para ellos, y lo más importante, cuestionar la sabiduría convencional de la brillantez del CEO, por ejemplo, u otros temas o elementos de los negocios donde se veneraba a la gente. Eso no era lo mío y era muy importante despojarse de esas capas y mostrar a la gente lo que estaba pasando.

Chris Hedges:  Pero hiciste aún más que eso, Gretchen. Se trataba de hacer que esta gente rindiera cuentas.

Gretchen Morgenson: Hacerles rendir cuentas, hacer brillar la luz sobre los rincones oscuros, hacer brillar la luz sobre las prácticas que estaban llenas de conflictos, que les permitían aprovecharse de los inversores, aprovecharse de los trabajadores, y dar voz a las personas que generalmente no tienen voz. Siempre intentaba llegar al individuo y evitar a los directivos o a los consejeros delegados porque no me iban a decir nada importante. Muchas de mis mejores fuentes eran trabajadores que me llamaban; veían que pasaba algo en su empresa y me lo contaban porque no les parecía lo correcto. Así que, de nuevo, era ese periodismo de base, que usted conoce bien, y que hizo durante décadas sobre el terreno como corresponsal de guerra. La mejor forma de conseguir esas historias es con la gente sobre el terreno, en las trincheras, haciendo el trabajo. No vas a conseguir las historias de los directores generales.

Chris Hedges:  Sí. Yo solía decir, que en la guerra, cuanto más subes en el sistema de clasificación, más falsedad vas a encontrar. Por eso es mejor quedarse con los soldados rasos y los cabos primeros. Pero eso conlleva presiones, porque hay intereses poderosos a los que no les gusta. Y tenemos que reconocer que tenían influencia dentro de las organizaciones. Ambos trabajamos para el New York Times y usted para el Wall Street Journal. Hablemos de las presiones que pueden ejercer dentro de un medio comercial que necesita esos dólares de publicidad para funcionar.

Gretchen Morgenson: Bueno, hay un efecto amedrentador que intentan ejercer cuando uno se pone en contacto con una empresa con la historia. Siempre soy muy abierta con las empresas sobre las que escribo y con la gente sobre la que escribo, sobre cuál es mi tema, lo que estoy diciendo, lo que he oído, por qué estoy informando y por qué me pongo en contacto con ellos. Cuando esas ruedas empiezan a girar y entienden que va a ser una narración potencialmente crítica, un aspecto de mostrar un lado de su negocio que no quieren que salga a la luz, entonces empiezan a ejercer presión, envían cartas de abogados, atacan al reportero, atacan la información que el reportero ha obtenido de las fuentes, cuestionan las fuentes, etcétera.
Pero así es como funciona el mundo y tienes que ser capaz de enfrentarte a ello como reportero. Pero lo que es aún más importante, tienes que tener un editor que lo defienda contigo, y aquí es donde empezamos a ver algunas de las líneas divisorias. Es probable que todavía haya una serie de reporteros dispuestos a salir y conseguir la historia pase lo que pase. Pero, ¿tienen jefes que estén dispuestos a soportar la presión y seguir por ese camino? Esa es la cuestión.

Chris Hedges:  Bueno, estas organizaciones se han vuelto más anémicas, se han vuelto más cautelosas porque no quieren perder los menguantes dólares de publicidad que tienen. El gran teólogo Paul Tillich dijo: «Todas las instituciones, incluida la Iglesia, son inherentemente demoníacas». – Pero a pesar de sus muchos defectos, teníamos abogados. Había 19 abogados en la plantilla del New York Times, y creo que, cuando yo estaba en el periódico, nunca había habido una demanda que prosperara. Sin la superestructura de esa institución, gran parte de nuestra protección… Por ejemplo, si uno era periodista de investigación independiente, era mucho más vulnerable.

Gretchen Morgenson:  Absolutamente.

Chris Hedges:  Y esas instituciones son importantes en términos de crear una estructura organizativa que nos proteja.

Gretchen Morgenson: Sí. Sí. Pasé una buena parte de mi carrera en la revista Forbes, que era una publicación de negocios, y entonces, no tomaba prisioneros, llamaba a las cosas por su nombre, y celebraba a las buenas empresas y a los buenos directores generales, pero también criticaba a los demás.

Chris Hedges:  Y creo que tenías un editor, me lo mencionaste, tal vez mencionaste su nombre, pero hablaste de la importancia de un editor con ese coraje e integridad, y creo que ese fue el caso en Forbes.

Gretchen Morgenson: Sí. Su nombre era Jim Michaels. Era un viejo reportero de UPI que había publicado la historia del asesinato de Gandhi en la India años antes. Era duro. Era exigente. Era exigente. Era un cascarrabias, pero te apoyaba frente a las presiones de los directores generales. Recuerdo una vez que había hecho una historia sobre Time Warner y Steve Ross. Herb Siegel era la otra persona. Steve Ross era un CEO muy rico y dominante y no le gustó la historia y exigió que fuéramos a verlo. Y Jim Michaels dijo, no, maldita sea. Vas a venir a mi oficina si quieres hablar conmigo sobre esta historia. Así que es ese tipo de actitud y enfoque lo que me preocupa que ya no tengamos. No tenemos gente que esté dispuesta a enfrentarse a gente tan poderosa. Es más fácil no hacer esas historias, y eso es un problema.

Chris Hedges:  Siempre me sorprendió en el Times, entre los principales editores, el nivel de mediocridad. Usted y yo éramos dolores de cabeza para la dirección, que es lo que deberían ser los buenos reporteros. No voy a dar nombres, pero usted los conoce tan bien como yo. Pero siempre me quedaba de piedra. Y es que eran completamente obsecuentes con el poder de la institución y entendían lo que era bueno para sus carreras y ascensos, y que más allá de eso, no tenían mucho.

Gretchen Morgenson: Bueno, no olvides que se trata de personas que tal vez no eran muy buenos reporteros.

Chris Hedges:  Bueno, esa es la otra cosa. Tienes razón, es cierto.

Gretchen Morgenson: Tal vez no eran tan buenos reporteros. ¿Y cuál era su opción? Bueno, su opción era subir al palo grasiento si podían. Cuando eres un excelente reportero y tienes una gran historia, quieres continuar por ese camino. Quieres conseguir la siguiente y la siguiente y la siguiente. Pero si no eres un gran reportero, ¿qué opciones tienes? Bueno, puedes convertirte en editor.

Chris Hedges:  Correcto. Eso es. Una vez tuve un profesor en Harvard que llamaba a un ayudante de decano, «un ratón entrenándose para convertirse en rata».

Gretchen Morgenson: Divertidísimo. Es una frase genial, vaya.

Chris Hedges:  Resume la jerarquía de los periódicos. Son instituciones que hacen dinero. Te ascienden dentro de esas instituciones si saben que, al final, servirás en gran medida a la institución. Hay algunas excepciones, pero tu servicio no es, al final, para el reportero, es para el bienestar de la institución y el sustento de la institución, que se define en términos de precio de las acciones. Esa es la fría realidad. Y uno trabaja dentro de esas limitaciones.

Gretchen Morgenson:  Correcto. Así es. Así es.

Chris Hedges:  Estuve en el extranjero durante 20 años. Si estaba informando sobre un conflicto, por ejemplo, la guerra en la antigua Yugoslavia, donde no había un interés directo de EE.UU., a diferencia de cuando informaba en El Salvador o Nicaragua, o cuando informaba en Israel, tenía mucha más libertad. Podía escribir cosas sobre Slobodan Milosevic; prácticamente podía llamarle asesino genocida y nadie en el New York Times pestañearía. Pero si llegara a Gaza y empezara a escribir con la misma ferocidad contra Israel, oh, no podría. Así que me interesa saber, como periodista de negocios, si había ciertas zonas a las que se podía ir y otras en las que estaba más restringido.

Gretchen Morgenson: Nunca me he encontrado en una situación en la que me dijeran que no escribiera sobre algo o en la que una historia que ya había empezado a escribir fuera rechazada. Nunca me he encontrado en esa situación, por lo que estoy muy agradecida. El periodismo de negocios es un poco diferente del periodismo de guerra porque lo que está en juego en la zona de guerra es mucho más importante, mucho más alto. Y estás involucrado. La política está muy, muy involucrada en esas situaciones. Washington, eso es todo…

Chris Hedges:  Bueno, tienes bufetes de abogados corporativos.No es de vida o muerte como el periodismo de guerra. Simplemente no lo es, el periodismo de negocios. No lo sé. Nunca he tenido a nadie que me diga, no, no puedes escribir esa historia. Tal vez soy inusual en ese sentido, pero me contrataron para aportar un nivel de experiencia a la cobertura de Wall Street en el Times. No es que no tuvieran las piezas necesarias, sino que yo mismo había estado en Wall Street y había visto algunas de las prácticas y sabía dónde estaban enterrados los cadáveres, y había hecho algunos reportajes bastante serios en Forbes. El Times quería tener cierta seriedad en la cobertura de Wall Street, así que tal vez esa es la razón por la que no se cuestionó.

Chris Hedges:  Aunque usted fue cuestionado sobre el cambio, al final.

Gretchen Morgenson: Bueno, al final, hubo un nuevo editor de negocios que llegó…

Chris Hedges:  Ese es tu punto. Ese es tu punto.

Gretchen Morgenson: – Y dijo cosas poco entusiastas sobre algunos de mis…

Chris Hedges:  Oh, no, tienes que citar lo que dijo, no tiene precio. Adelante. Quiero decir, usted tenía posiblemente la columna de negocios más respetada del país. Incluso yo lo sabía y ni siquiera leo negocios. Así que empecemos por ahí. Pero, ¿cuál fue la respuesta de la editora? No tenemos que nombrarla, pero ¿qué dijo?

Gretchen Morgenson: – Dijo que le gustaba mi reportaje.

Chris Hedges:  Eso es malo… Sabes que estás en problemas cuando eso es… [risas]

Gretchen Morgenson:  Le gustó mi reportaje pero que la columna era de izquierdas y de opinión.

Chris Hedges:  Era una columna de opinión.

Gretchen Morgenson: Era una columna informativa. No era de opinión. Fue tan chocante para mí que esa fuera la percepción que no respondí en ese momento. Me dije, vale, interesante. Pero luego decidí que no iba a trabajar para esa persona porque cualquiera que hiciera ese comentario sobre el trabajo que yo había hecho durante 20 años en el Times, no voy a trabajar para esa persona.

Chris Hedges:  Correcto. Bueno, de todos modos dictan la sentencia de muerte.

Gretchen Morgenson: Sí.

Chris Hedges:  Lo siguiente que sabes es que estás en la reescritura nocturna.

Sí. O ganancias. Tengo que hacer las ganancias del New York Times cada trimestre.

Chris Hedges:  Sí. Hablemos de un par de las historias de las que se siente más orgullosa y explique por qué.

Gretchen Morgenson:  Bien. Bueno, una ocurrió durante la gran crisis financiera de 2008, que fue algo que pareció salir del campo izquierdo para mucha gente, pero que había estado construyéndose, construyéndose, construyéndose como hacen estas cosas, durante varios años. Fue la crisis hipotecaria. Se basó en demasiado dinero persiguiendo casas, gente volviéndose un poco loca y la maquinaria de Wall Street de agrupar hipotecas y vendérselas a la gente a pesar de que eran malas hipotecas. De todos modos, había mucho que cubrir, y era un momento fructífero para un periodista financiero porque estás explicando por qué había sucedido esto, cómo había sucedido y cómo había afectado a la gente. Y esta fue una situación en la que había seres humanos que, debido a que no podían pagar sus hipotecas porque las tasas de interés se dispararon después de un cierto período de tiempo –

Chris Hedges:  Bueno, debemos ser claros. Esas hipotecas subprime fueron vendidas por entidades que sabían que no iban a poder pagarlas. Y luego las descargaron tan rápido como pudieron. Correcto.

Correcto, correcto. Así que las personas que estaban atrapadas en esas hipotecas literalmente tenían sus muebles en la acera. Fueron expulsados de sus casas y sus hijos ya no podían ir a las escuelas donde estaban. Y estas fueron tragedias reales. Así que escribir sobre eso era importante para mí. Y la respuesta del gobierno fue demasiado escasa y demasiado tardía. Intentaban ayudar a la gente a renegociar sus hipotecas. Realmente no funcionó. De todos modos, ya sabes cómo sucedió, ya sabes lo que pasó en esa situación.
Pero hubo una historia que ocurrió después de la quiebra de Lehman, después de que Bear Stearns fuera comprada por J.P. Morgan en marzo. Entonces Lehman quebró, y luego AIG quebró y tuvo que ser rescatada. AIG era una compañía de seguros por lo que era un poco diferente. No era un banco, no era una empresa de corretaje, no era una empresa de Wall Street que se había sobrepasado en las hipotecas, pero sin embargo, era la compañía de seguros más grande del mundo. Y así, por lo tanto, su fracaso iba a ser un gran problema.

Chris Hedges:  Y había asegurado las hipotecas subprime que no eran buenas.

Gretchen Morgenson: Tenía algunos seguros, sí, que había escrito estos derivados. Se había hecho la apuesta de que las hipotecas eran dinero bueno, no eran dinero bueno, y por lo tanto estaban en el gancho para ello. Pero yo quería entender este rescate. ¿Por qué el gobierno estaba rescatando a una compañía de seguros? Era inusual y era un montón de dinero. Era como $ 180 mil millones o algo así. Así que investigué y descubrí que se trataba de rescatar a Goldman Sachs, que habría estado en la cuerda floja y se habría enfrentado a un agujero de 5.000 millones de dólares en su balance si se hubiera permitido que AIG cayera por el precipicio. Así que este rescate de una compañía de seguros fue un rescate de Goldman Sachs. Y durante ese tiempo, el secretario del Tesoro era un ex ejecutivo de Goldman Sachs. Goldman Sachs –

Chris Hedges:  ¿Este es Rubin?

Gretchen Morgenson: – Esto fue… Oh, cielos, me vas a avergonzar.

Chris Hedges:  No, está bien.

Gretchen Morgenson:  De todos modos, Goldman Sachs tenía un término, eran conocidos como Government Sachs porque eran muy poderosos en el gobierno. Hank Paulson era su nombre.

Chris Hedges:  Así es, Paulson.

Gretchen Morgenson: Así que esto fue de interés periodístico que el gobierno estaba rescatando a una compañía de seguros, pero rescatando a Government Sachs, Goldman Sachs. Y así esta historia apareció en la primera página del New York Times. Fue literalmente un par de semanas después del rescate, así que esto es en tiempo real explicando esta situación entre bastidores. Recibí una llamada telefónica ese domingo. Fue un domingo que apareció en la primera página. Y recibí una llamada telefónica de Timothy Geithner, que era el jefe de la Fed de Nueva York, que luego se convirtió en el secretario del Tesoro bajo Obama. Y me llamó para decirme que la historia, que había engañado a mis lectores al escribir esa historia, que Goldman Sachs no estaba en peligro en absoluto por una quiebra de AIG, y que esto era muy malo para Goldman. Les estaba haciendo quedar mal.

Y le pregunté ¿cómo sabes que Goldman Sachs no estaba en peligro por esto? Y él dijo, bueno, estaban cubiertos, su posición estaba cubierta. Ahora lo que eso significa en la jerga financiera es que tenían algún tipo de inversión que cancelaría el problema que enfrentaban si AIG se plegaba. Eso es una cobertura contra lo que sea. De todos modos, dije, interesante. Dije que si la compañía de seguros más grande del mundo cae por un precipicio, no estoy seguro de que esas coberturas se hubieran mantenido adecuadamente. ¿Has examinado quiénes eran sus contrapartes? ¿Quiénes eran las personas en el otro lado de esas inversiones, las coberturas? Bueno, no, no las examiné, pero Goldman me dijo que estaban cubiertas.

Así que estaba diciendo que la tesis de mi artículo era errónea, que no se enfrentaban a un agujero de 5.000 millones de dólares, y que no era un rescate de Goldman Sachs. Y él estaba criticando la historia y fue a mi jefe, y estoy seguro de que el jefe de mi jefe. Resulta que una investigación del Congreso de Goldman Sachs estaba de hecho en el gancho por $ 5 mil millones y el rescate fue realmente sobre eso. Pero la idea de que me llamara por teléfono el jefe de la Reserva Federal de Nueva York, que luego se convirtió en secretario del Tesoro, para decirme que había engañado a mis lectores, fue un momento interesante. Más tarde me enteré de que el director financiero de Goldman Sachs lo había puesto a ello, y le había pedido a Timothy Geithner que me llamara y me leyera la Ley Antidisturbios y tratara de echar tierra sobre el informe.

Chris Hedges:  Lo que es interesante es que lo que están tratando de hacer es desacreditar tu trabajo, y sobre todo si sigues haciendo ese tipo de trabajo, empujarte fuera. He visto ese tipo de presión ejercida sobre buenos reporteros que informaban sobre hechos reales y que son expulsados y más tarde nos enteramos de que tenían razón. Es un fenómeno que ocurre. Lo he visto varias veces. Así que eso es parte de la presión. Y si juegas el juego, si reescribes esos comunicados de prensa, estarás cenando con Geithner o Hank Paulson o quien sea. Esos son los «periodistas» que se sientan en las mesas junto a nosotros en la redacción.
Así que hablemos del declive y de adónde hemos ido a parar con todos los pecados, cualesquiera que sean, de la vieja industria periodística. No estamos en un lugar mejor. Así que viste Craigslist, el 40% de los ingresos de los periódicos eran anuncios clasificados. Eso desapareció. Así que eso fue un golpe del 40% allí mismo. Luego el auge de los medios digitales donde todos tienen nuestro perfil, pueden dirigirse a nosotros directamente, no necesitan una organización de noticias para dirigirse a nosotros. Los anuncios impresos han caído. El New York Times ha logrado sobrevivir, aunque no están haciendo el dinero que solían hacer. Creo que tienen 10 millones o algo así de suscriptores digitales. Eso no ocurre en otros periódicos, incluido el Washington Post. Pero empecemos por las noticias locales, porque son vitales, y están prácticamente colapsadas.

Gretchen Morgenson:  Absolutamente.

Chris Hedges:  Y hablemos del papel que desempeñan los periódicos locales… Estas son comunidades pequeñas, tal vez sirven a tres o cuatro comunidades, pero cubren la junta escolar, cubren… Y han desaparecido por completo. Así que empecemos por ahí antes de hablar de la prensa nacional.

La evisceración de los medios locales es una situación terrible. Había un periódico de Virginia Occidental que estaba a la vanguardia, por ejemplo, de la cobertura de la crisis de opioides, y ganó un Premio Pulitzer por esta cobertura. Salieron y encontraron estas fábricas de píldoras y descubrieron que estas personas estaban prescribiendo el equivalente de –

Chris Hedges:  Permítanme explicar cómo funciona un molino de píldoras; Un médico llegará a una ciudad – escribo sobre ello en Días de Destrucción, Días de Revuelta – Y se sienta detrás de un escritorio. Solía ver las colas en Virginia Occidental. Hay una cola gigante fuera, entras, les das 50 dólares en efectivo, y te hacen una receta para OxyContin, a la que mucha gente era adicta. Eso es una fábrica de pastillas. Y ese doctor se va con miles de dólares por escribir recetas todo el día.

Gretchen Morgenson: – Así que este periódico analizó el número de píldoras que se prescribían en estos pueblos de Virginia Occidental y era algo astronómico, como 8.000 por persona al día o algo así. Así que fue un gran trabajo, ese es el tipo de trabajo que no vamos a ver. Y estos son vacíos, estos son agujeros que ni siquiera se puede saber lo malo que es, porque significa que usted sabe que hay gente haciendo travesuras en la legislatura o en la junta escolar o en el ayuntamiento, y no están siendo vigilados, y no se les pide que rindan cuentas. Es una receta para el desastre, y no sé cómo va a cambiar.

Chris Hedges:  Es interesante, estaba leyendo acerca de las asambleas electorales de Iowa. Tradicionalmente, los candidatos pasaban mucho tiempo con los periódicos locales de Iowa y podían plantear cuestiones de interés para la comunidad. Pero ahora, con la muerte de esos periódicos, o la pérdida significativa de circulación, he leído que los candidatos ni siquiera se molestan. Es mucho más beneficioso para su campaña salir en Fox o CNN o lo que sea. Ni siquiera se preocupan por la prensa local.

Interesante. Bueno, entonces eso significa que no van a conocer los problemas que esta comunidad necesita que aborden. Si un político quiere hacer lo correcto, no sabrá lo que tiene que hacer.

Chris Hedges:  Así que cuando los periódicos cayeron en declive, cortaron los aspectos más caros del periodismo. Cuando comencé en los años 80, los grandes periódicos regionales como The Boston Globe, The Philadelphia Inquirer, e incluso el Baltimore Sun, no sólo tenían secciones extranjeras, sino también correspondencia extranjera. No tantas como el Times, pero las tenían. Creo que The Inquirer tenía seis, lo mismo que The Globe. Eso está terminado. Y la otra es el periodismo de investigación. Y usted y yo hemos hecho periodismo de investigación; no es una habilidad que se adquiera rápidamente y eso me preocupa enormemente porque quieren un reportero que vaya a producir tres o cuatro historias al día para llenar el… Así que hablemos del periodismo de investigación, del papel que desempeña en nuestra sociedad, de su importancia y de las consecuencias de su pérdida.

Gretchen Morgenson: No creo que se puedan exagerar las consecuencias de su pérdida. Se trata de iluminar los rincones oscuros y arrojar luz sobre el mal comportamiento. Se trata de todas esas cosas que la gente necesita entender y que afectan a sus vidas cada día, pero no lo saben. Así que tú, como reportero, como periodista, tienes el trabajo de contarles lo que está pasando, de mostrarles cómo les afecta, de mostrarles cómo las actividades de los políticos corruptos les perjudican y aumentan sus costes o destripan la escuela a la que van sus hijos o lo que sea. Es muy importante que la gente entienda de qué van las presiones sobre sus vidas. Eso es lo que el periodismo de investigación puede ayudar a ver. Y si no lo tenemos, entonces no van a entender el mundo en el que viven.

Chris Hedges:  Me pregunto hasta ese punto, y usted plantea esto en su libro, Los saqueadores, que la gente sabe que algo está mal. Estas no son las empresas de capital privado, ahora, son una especie de saqueo del país. La gente sabe que algo va mal pero no sabe muy bien qué es y esto lo agrava. ¿Y hasta qué punto eso da pábulo a una figura como Trump?

Gretchen Morgenson: Eleva absolutamente a una figura como Trump, porque puede aprovechar esa incertidumbre. Puede aprovechar ese «no sé por qué estoy disgustado, pero estoy disgustado». Hay una razón por la que lo está. Bueno, la razón es porque no puedes poner comida en la mesa o tu pensión ha sido destripada o tus costes sanitarios están por las nubes. Todas estas son cosas que presionan la vida cotidiana de la gente y si no entiendes esas presiones, de dónde vienen y quién las está ejerciendo sobre ti, entonces vas a tener esta nebulosa preocupación, inquietud e intranquilidad sobre tu vida. Y aquí viene un demagogo que te dice: «Voy a mejorar las cosas para ti. Voy a arreglar todo eso. Estas élites de aquí te están causando problemas. Voy a hacer que desaparezcan. Voy a deshacerme de ellas. Será capaz de llenar un vacío porque dirá esto es lo que os está enfermando y voy a arreglarlo.

Chris Hedges:  Pero también alimenta las teorías de la conspiración porque algo está mal, pero está detrás de la pared. No entiendes la maquinaria. Sólo sabes que algo está mal.

Gretchen Morgenson: Esto es circular porque a menudo, hay algo mal y a menudo, es algo mal dentro de un gobierno, por ejemplo. Pero esto alimenta esta noción del Estado profundo de que el gobierno está fuera para atrapar a todos, que el gobierno no puede hacer el trabajo, y que una industria privada será más capaz de hacer el … Es una cosa circular. Se alimenta de esa noción con seguridad.

Chris Hedges:  Así que una de las cosas que ha sucedido en la industria de las noticias desde que usted y yo empezamos es el aumento de los chismes de celebridades como noticias. Recuerdo que cuando la princesa Di murió en París, al editor del Times, Joe Lelyveld, le preguntaron por qué la cobertura fue tan mínima. El editor anterior puso televisores en la sala de redacción, los sacó todos. Y entonces dijo, oh, no tan mínima. Creo que hicimos demasiado. Eso ciertamente ha cambiado. Y me pareció muy corrosiva esa fusión de entretenimiento y noticias, y me preguntaba si podría hablar de ello.

Gretchen Morgenson: Bueno, yo soy periodista de negocios, y donde veo que eso entra es en la celebración de los CEOs. Y los CEOs son las celebridades en los negocios…

Chris Hedges:  Es como Bezos y estas cifras. Sí, sí, así es.

Gretchen Morgenson: – Informes. Así que mantener a estas personas como genios y no cuestionarlos, eso es muy corrosivo. Tienes toda la razón. Yo no cubro el mundo del entretenimiento, así que no presto atención a eso. Pero veo que ocurre lo mismo con la idea de que hay que alabar y venerar a estas personas en lugar de cuestionarlas y pedirles cuentas por lo que hacen. Es casi como si el hecho de que hayan ascendido a esta posición de poder y todo el dinero que conlleva les aislara de cualquier tipo de investigación, de cualquier tipo de preguntas o de escepticismo. Y hay muchos periodistas que se lo creen. Bueno, son un CEO. ¿Por qué debería cuestionar lo que están haciendo?

Chris Hedges:  Quieren tener acceso a ellos.

Quieren tener acceso a ellos. Quieren ser invitados a la fiesta. Yo no quiero que me inviten a la fiesta.

Chris Hedges:  No, yo tampoco. Pero ellos sí. Y yo solía ver eso en Washington.

Gretchen Morgenson: Washington es otro nivel de ese juego.

Chris Hedges:  Es un pantano de todo, incluido el periodismo.

Gretchen Morgenson: Estoy tan contenta. Todos los días cuento mis estrellas de la suerte de no ser periodista política.

Chris Hedges:  Cuando vas a la Casa Blanca no tienes que tomar notas porque cada palabra que pronuncia el presidente te la imprimen y te la dan. Es un trabajo horrible. No eres más que un taquígrafo y puedes viajar en un gran avión y presentar a tu madre al presidente o algo así. Nunca me sorprendió que alguien quisiera hacerlo. Pero creo que es eso; hay un elemento dentro de la prensa que siempre ha querido estar dentro de ese círculo de poder, ese círculo de celebridad, y eso siempre ha distorsionado la información de Washington durante décadas y décadas.

Gretchen Morgenson:  Y ahora tal vez hay más de eso porque hay menos de lo otro; hay menos inversión en reportajes de investigación y por eso la balanza parece inclinarse hacia eso.

Chris Hedges:  En la introducción, estoy hablando del colapso de los medios nacionales y el Washington Post está en serios problemas. Los periódicos que aún existen han recortado sus oficinas en Washington. Hay muy, muy pocos periodistas. Y eso es importante porque digamos que eres de The Philadelphia Inquirer – que una vez fue un importante periódico regional – Vas a centrarte en cuestiones en Washington que afectan a los residentes de Filadelfia o Pensilvania. Eso ya no se hace. Así que hablamos sobre el colapso de las zonas rurales.

¿Cuáles son las consecuencias del colapso de la prensa nacional? Y debemos ser claros, estos periódicos, como si hace 20-30 años compraras el dominical Philadelphia Inquirer, estás hablando de un periódico de cinco libras. Hablas de 750 reporteros y editores. Eran grandes empresas periodísticas. Eso ya no existe. Estos periódicos son una cáscara de lo que fueron. El personal ha sido destripado. Hablemos de las consecuencias a nivel nacional.

Gretchen Morgenson: Bueno, piénselo en términos de Washington. La superestructura de Washington está formada por las agencias reguladoras, el Departamento de Defensa y los servicios sanitarios y humanos. Son entidades gigantescas que hay que cubrir y comprender. Afectan a la vida de todos en todo el país. Y si no se cuenta con personas sofisticadas, informadas y agresivas para cubrirlas, se les dejará hacer lo que les plazca, lo que tendrá enormes repercusiones para la gente. Va a repercutir en su salud, en sus pensiones, en su futuro, en la vida de sus hijos. En todos los ámbitos. Y si no tienes periodistas cuestionando lo que está pasando en estas enormes agencias y en la Casa Blanca, entonces, oh, Dios mío, da miedo.

Chris Hedges:  Digamos que cubres el Pentágono o el Departamento de Energía. Necesitas un conjunto de conocimientos. No puedes llegar volando y hacerlo; se necesitan años para entender realmente e informar bien. Estamos perdiendo ese sentido de la experiencia, especialmente con los recortes de personal, porque cuando las organizaciones de noticias hacen compras, compran a los que tienen más experiencia.

Gretchen Morgenson:  Correcto. Los que tienen más experiencia son los más caros, y por eso son los primeros en desaparecer. Me siento muy mal por los jóvenes reporteros que empiezan, porque se aprende de la gente que ya tiene experiencia.

Chris Hedges:  Yo lo hice.

Gretchen Morgenson: Todo el mundo va a cometer errores, no hay duda de ello, pero es muy útil tener la experiencia de un reportero sofisticado en una sala de redacción. Puedes decir, oye, ¿qué piensas de esto? ¿Puedes ayudarme con una fuente? Es una colaboración, pero aprender a hacer ese trabajo, no sé cómo lo van a hacer si muchas de estas personas que son capaces y expertas en ello ya no están.

Chris Hedges:  ¿En qué medida esto permite esencialmente que las llamadas noticias falsas, y las teorías de la conspiración, reinen libremente en el panorama de los medios de comunicación?

Gretchen Morgenson: Abre la puerta a un tremendo aumento de ese tipo de historias. Pero también forma parte de ello esta burla de los medios de comunicación reales, que es muy perjudicial y muy peligrosa, cuando se tiene al presidente de EE.UU. diciendo que los medios de comunicación son el enemigo del pueblo. Eso es espeluznante y aterrador.

Chris Hedges:  ¿Crees que tanto Matt Taibbi como Glenn Greenwald, por ejemplo, culpan a los medios de comunicación? Hay algo de mérito en su argumento en términos de que a medida que las cosas se han vuelto más terribles dentro de la industria, nos hemos vuelto menos agresivos. Creo que es cierto, pero ¿hasta qué punto son culpables los medios de esa animadversión del público?

Gretchen Morgenson: Caramba, creo que es algo compartido. No sé si es 50-50, no sé si es 75-25, pero los medios cometen errores. Parte del trabajo es difícil de asumir. Por ejemplo, si hay una tragedia, los periodistas le ponen micrófonos en la cara a la gente y le dicen que cómo se sintió al ver morir a su hijo, o lo que sea. Hay aspectos desagradables en el negocio de las noticias que sin duda pueden desanimar a la gente. Pero es importante conocer los hechos y…

Chris Hedges:  Me pregunto también, con el tipo de silo de los medios de comunicación solía ser que estas grandes organizaciones de medios de comunicación trataban de llegar a un público amplio. Eso se acabó. Matt Taibbi escribió un buen libro sobre ello llamado Hate Inc. Por ejemplo, el New York Times, cuyo servicio digital despegó durante el Rusiagate. Sus lectores odiaban a Trump, alimentaban la narrativa del Rusiagate -y todo el mundo debería leer la brillante investigación de 20.000 palabras de Jeff Gerth sobre la historia del Rusiagate en Columbia Journalism Review-, pero había un incentivo económico para seguir alimentándola porque era lo que quería ese grupo demográfico que se suscribía al New York Times.

Yo había escuchado su podcast llamado El Califato. Después de haber pasado siete años en Oriente Medio, me olí una rata a los cinco minutos. Como lo haría cualquiera que haya pasado mucho tiempo en Oriente Próximo. ¿Hasta qué punto ha corroído eso la credibilidad? MSNBC era incluso peor que el Times en cierto sentido, debido al nuevo modelo económico y a que han recibido tantos golpes, estas organizaciones de medios de comunicación están demasiado dispuestas a satisfacer lo que quieren sus lectores o telespectadores.

Gretchen Morgenson: – Es un gran problema y es muy difícil medir el impacto porque uno piensa en los viejos tiempos cuando uno leía un periódico de interés general y obtenía un amplio espectro –

Chris Hedges:  Bueno, esa es la otra cosa. Es cierto. Obtendrías diferentes…

Gretchen Morgenson: – Obtendrías diferentes puntos de vista, obtendrías información diferente, y tal vez no leerías toda la historia, pero verías el titular y te harías una idea de lo que se trata. Estarías informado sobre algo que no te interesa, que normalmente no te interesa, etc., pero ampliaría tu comprensión del mundo y de su funcionamiento. Eso es importante. Se ha ido. Si estás hablando de gente que va al mercado de «Odio a Donald Trump» y continúa…

Chris Hedges: – O «Amo a Donald Trump».

Gretchen Morgenson: – O «Amo a Donald Trump» y continúan alimentando eso, no estás expandiendo sus mentes, ¿verdad? No estás aumentando su comprensión del mundo. Pero es muy difícil medir cuál es esa pérdida. Es una pérdida a la que no se le puede poner una cifra, pero es enorme e importante.

Chris Hedges:  ¿Hacia dónde vamos? ¿Qué está pasando en términos de periodismo?

Gretchen Morgenson: Dios, no tengo una bola de cristal sobre esto. Creo que va a peor. Hay todo tipo de gente hablando de lo que se puede hacer, ¿debería intervenir el gobierno? Creo que es una mala idea. ¿Tal vez convertirse en entidades más pequeñas que sirven a un público que está dispuesto a pagar más dinero por –

Chris Hedges:  Pero entonces un problema es un muro de pago. Barbara Ehrenreich dijo, quieres ser periodista, entonces vas a tener que aceptar ser pobre. Nosotros éramos privilegiados en el sentido de que ninguno de los dos ganaba mucho dinero, pero ciertamente teníamos unos ingresos de clase media con pensión y prestaciones sanitarias. No veo cómo los verdaderos periodistas, las personas que quieren hacer periodismo van a ser capaces de replicar eso.

Gretchen Morgenson: – Me temo que podríamos estar entrando en una nueva era oscura en la que se retrocede porque no se es iluminado por los medios de comunicación.

Chris Hedges:  Bueno, creo que eso es cierto. Pero no es sólo el colapso del periodismo, es el colapso de la educación. Usted escribe acerca de las empresas de capital privado que están ejecutando estas escuelas charter, que es todo acerca de la memorización y la alfabetización financiera suficiente en los barrios pobres para trabajar en una tienda de comida rápida. Sí, creo que es cierto. Desafortunadamente, tengo que estar de acuerdo contigo en eso.

Gretchen Morgenson: Si estamos retrocediendo, eso es algo muy malo. Espero que haya un punto en el que se detenga y alguien encuentre una manera de arrojar luz sobre ello de nuevo y llevarnos de vuelta a un lugar y un momento en el que nos estemos educando a nosotros mismos y aprendiendo y comprendiendo e iluminando."

(Chris Hedges, periodista ganadora del Premio Pulitzer, Gretchen Morgenson, SCHEERPOST, 17/02/24; traducción DEEPL, enlaces en el original)