"(...) La enfermera infectada de ébola tras la negligente decisión del
gobierno Rajoy de traer al misionero contagiado en Sierra Leona, tuvo
que padecer los miserables ataques de la prensa conservadora.
Al poco de
enfermar Teresa, y en un momento en el que su vida corría grave
peligro, ABC entregaba su rotativa al servicio de los intereses del
partido gobernante para eximirlo de cualquier responsabilidad respecto
al primer brote de ébola en Europa.
Bajo el epígrafe "Teresa Romero
asume sus errores" publicaba sin pudor en su portada del 9 de octubre
el titular "No le conté a mi doctora que estuve en contacto con el
ébola". Era la declaración de guerra contra una persona moribunda cuyo
rostro se pintaba en esa edición difuminado en acuarela.
Horas después, ABC mataba a la enfermera detallando la incineración de su cuerpo sin autopsia. Otros medios del grupo Vocento como El Correo se sumaban al asesinato junto a la cadena Cope:
"Muere la auxiliar de enfermería contagiada por el ébola". El día
anterior, la Iglesia, a través de la cuenta de twitter de su radio,
consideró relevante informarnos de que "la infectada de ébola fue a
depilarse a la peluquería tras visitar al médico".
Lejos de pedir
disculpas a sus lectores, a Teresa Romero y a su familia, tanto ABC como
La Cope optaron por negar la publicación a pesar de que esta permaneció en la memoria del buscador Google durante horas después de desaparecer de las webs.
Dos días después, Telemadrid
tomaba la senda fangosa abierta por ABC y La Cope para responsabilizar a
la enfermera de "imprudencias, errores, fallos" y de que su contagio
"podría haberse detectado mucho antes si no se hubieran producido una
serie de circunstancias de difícil explicación (...) 1.- No avisó del
contagio. 2.- No se identificó en el centro de salud. 3.- Hizo vida
normal. 4.- No comunicó fiebre alta".
La televisión autonómica obviaba
que la fiebre de 37 grados fue diagnosticada en el centro de salud como
"un simple constipado", o que la ambulancia que trasladó a Teresa Romero
llevó después a siete personas más, una de las cuales ya es sospechosa
de contagio.
La televisión de Aguirre tampoco hacía referencia alguna a
la negligente decisión de trasladar a dos enfermos de ébola desde Sierra
Leona sin un protocolo claro de actuación a instalaciones no preparadas
en España.
La utilización de trajes de protección inferior a la establecida para pandemias como la del ébola era ocultada por el programa España Directo de TVE
mediante la burda mezcla de imágenes del hospital Carlos III con otras
del Charité, que cuenta con la unidad de aislamiento más grande de toda
Alemania.
A estas y otras nefastas noticias se sumó el gran carnaval en torno al inminente sacrificio de Excálibur. El
volumen de información dedicado al destino del perro contrastaba con
puntuales notas sobre los casi cuatro mil fallecidos por ébola en el
continente africano durante esos días. Mientras algunos
manifestantes bloqueaban la entrada a la vivienda de la mascota de
Teresa Romero, Sierra Leona registraba el mayor número de víctimas por
ébola en un sólo día: ciento veintiuna.
¿Nadie grita en la calle contra el despropósito, la burla y la bajeza
moral de los medios españoles? ¿Nadie exige la dimisión de los
directores de La Cope, ABC, TVE y Telemadrid?" (César Pérez Navarro, Diagonal, 28/10/14)
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