“A Sergio Barrejón (guionista de televisión y nominado a un Oscar por el guión del corto Éramos pocos) no le dejaron escribir “paralítica” en una serie española. La palabra correcta era discapacitada. “Yo intentaba explicarles que si un personaje malvado quiere insultar a una mujer en silla de ruedas, lo normal es que la llame ‘paralítica de mierda’, pero no parecían entenderlo”. En otra serie no le permitieron hacer chistes sobre el cáncer, por si hería sensibilidades. “No pareció importarles”, dice Barrejón, “que yo mismo tuviese un familiar con esa enfermedad”.
Aseguran las malas lenguas que la ficción televisiva española debe luchar, todas las semanas, contra un monstruo de tres cabezas: la corrección política, el multitarget (que en cristiano significa que hay que entretener al niño, al padre y a la abuela con la misma historia), y finalmente la escasa calidad de los intérpretes. (…)
“Antes no podíamos colocar personajes incorrectos en roles protagónicos porque el público debía identificarse con los personajes”, recuerda sin nostalgia Jacobo Bergareche, creador de Plan América, una serie que verá la luz en abril en TVE y promete romper con todos los moldes. “Pero ahora se ha demostrado que la gente también gusta de personajes miserables, siempre y cuando hagan reír, seduzcan con su maldad o admiren por su inteligencia”. (El País. Ed. Galicia, EP3, 28/03/2008, p. 22)
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