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18/10/21

Secretos a voces que no se publican... los de José Luis Moreno, los de Jordi Pujol y el 3%, los de Juan Carlos I, los del comisario Villarejo, y hasta los de Rociíto... Al final hemos terminado sabiendo las cosas gracias a investigaciones policiales, informes fiscales o amantes despechadas. Y entonces es cuando empiezan los periódicos a decir que era un secreto a voces... Es evidente que sigue habiendo poderes que logran imponer silencios, intereses que requieren no morder a la mano que da de comer y falta de audacia en periodistas

 "Si nos fijamos un poco en algunas bombas periodísticas, nos daremos cuenta de que, en muchas ocasiones, se trata de escándalos que, conocidos por la clase periodística, eran silenciados de forma unánime. Se había establecido una especie de omertá siciliana para no nombrar el tema. Y llega un día y, por diferentes razones, se levanta la veda y todo el mundo cuenta que se sabía. 

Señalaré algunos de esos casos. Quizá el más reciente es el del empresario ventrílocuo José Luis Moreno. Ahora que el juez se lo ha llevado por delante resulta que toda la prensa ya sabía que humillaba y explotaba a sus trabajadores, que no pagaba a sus socios, que escondía el dinero a sacos y se lo llevaba a paraísos fiscales, que andaba implicado en negocios muy oscuros que explican los allanamientos clandestinos en sus casas y las palizas a manos de sicarios. 

Otro de los casos más relevantes es el del 3% de Jordi Pujol y su Govern. Desde 2014 todos los medios lo cuentan con desparpajo pero parece que la prensa lo sabía mucho antes y nadie decía nada. Y hasta la oposición lo conocía, recordemos ese calentón de Pasqual Maragall diciéndoles "vostès tenen un problema, i aquest problema es diu 3%". Sucedió nada menos que en 2005, y cómo sería la omertá, que Maragall pidió perdón por haberlo dicho y ningún medio siguió tirando del hilo. 

Luego tenemos las tropelías de Juan Carlos I, las financieras y las de faldas. De estas últimas podías cotillear con cualquier taxista de Madrid hace más de 20 años, pero ni palabra en ningún medio. Incluso, allá por los años 1999 y 2000, hubo dos libros que contaban cosas tremendas del campechano: "El negocio de la libertad", de Jesús Cacho, y el de "Un rey golpe a golpe", de Rebeca Quintans, que firmó con el pseudónimo de Patricia Sverlo. Pero nada salía en la prensa hasta que no apareció la fiscalía suiza y una amante que se consideraba estafada.

Y no digamos del comisario Villarejo, alguien que, además de moverse como pez en el agua en las cloacas del Estado, también lo hacía en los despachos de muchos periodistas. Eran muchos los que conocían sus tejemanejes desde los años ochenta, totalmente noticiosos, pero hasta que no surgieron los conflictos de Villarejo con la cúpula policial en 2015 su nombre no apareció en la prensa. 

Los silenciamientos periodísticos suceden en todos los ámbitos. Tras la emisión de la serie documental donde Rocío Carrasco cuenta el maltrato al que fue sometida por su exmarido Antonio David Flores, toda la prensa comienza a darle la razón y afirmar que era sabido. Hasta le rescinden a Antonio David su colaboración en una televisión. Sin embargo, el exmarido llevaba 20 años paseándose y haciendo caja por diferentes platós de televisión ante las sonrisas y aplausos del mundo de la comunicación.

Al final hemos terminado sabiendo las cosas gracias a investigaciones policiales, informes fiscales o amantes despechadas o estafadas. Y entonces es cuando empiezan los periódicos a decir que era un secreto a voces. 

No puede ser una excusa que esas informaciones no se hicieron públicas antes porque no estaban confirmadas ni contrastadas y que solo eran rumores. Vivimos tiempos en los que los medios no cesan de colar bulos y fake news alegremente sin que les suceda nada, de cualquiera de los anteriores temas tenían más información que de muchos de los rumores que ahora difunden. 

Es evidente que sigue habiendo poderes que logran imponer silencios, intereses que requieren no morder a la mano que da de comer y falta de audacia en periodistas y, sobre todo, en empresas de comunicación, para salirse del rebaño y contar lo que nadie se atreve. "             (Pascual Serrano, eldiario.es)

El artista de comics ‘Puño’ narra un caso de censura que sufrió en la época de Ana Botella al frente del Ayuntamiento de Madrid por culpa de Florentino Pérez

 "David Cortés Ruiz, ‘Davín’, era el nombre del ya fallecido dibujante de cómics al que invitó ‘Puño’ a exponer en un conocido ciclo de exposiciones de la capital en los años en los que gobernó la polémica Ana Botella, del Partido Popular, entre 2011 y 2015.

‘Davín’, un obstinado dibujante de relatos relacionados con ciudades, decidió llevar al evento una obra donde llamaba “Florentino” a la urbe en la que ocurrían los acontecimientos que quería contar. “Hizo un cómic sobre un Madrid (aún más) apocalíptico que se fagocitaba a sí mismo (aún más) y que cambiaba su nombre por FLORENTINO”, cuenta ‘Puño’ en su timeline.

Se imprimieron las hojas en tamaño de dos metros, como era habitual, sin embargo, los organizadores de la exposición decidieron que el cómic de ‘Davín’ no podía salir. “Cuando llegué a la inauguración, los responsables del lugar estaban alarmados. ESTO NO PUEDE SALIR ASÍ, me dijeron. PÍDELE AL AUTOR QUE LO CAMBIE. Cada página expuesta medía dos metros, eran enormes, y habían tapado el nombre de Florentino con esparadrapo blanco”.

 ‘Puño’, en ejercicio de sus funciones, puso en conocimiento del autor de Florentino de los acontecimientos. “Si no podía decir que la ciudad pertenecía a Florentino PORQUE la ciudad pertenece a Florentino, pues prefería que esa censura con esparadrapo fuera evidente”, contestó para, posteriormente, rellenar a mano en cada fanzine repartido los huecos en blanco con el nombre de su ciudad.

“Sí, sí que existe la censura en España. Sigue existiendo”, concluye ‘Puño. “Cada vez que alguien lo niega me acuerdo del Florentino tapado con esparadrapo”.      (Alba González, LHU, 23/07/21)

4/3/21

En los pasillos de los medios del país se oye hablar inglés, pero también suena el alemán. Los medios de comunicación están en manos de banqueros y grandes empresarios de las eléctricas, las farmacéuticas, las apuestas… El discurso que vemos en los grandes medios no es otro que el de la clase dominante. Vivendi compró el 9,9% de Prisa. Esta operación consolida el control del fondo estadounidense Amber capital, el principal dueño de Prisa con un 29,84% de las acciones, que no puede elevar más su participación, y ha buscado un socio estratégico para aumentar su poder.

 "La pandemia y la crisis han servido de alfombra roja para la penetración del capital extranjero -principalmente norteamericano, pero también europeo- en múltiples arterias económicas y sectores monopolistas clave de nuestro país. Uno de ellos son los grandes grupos de comunicación, que además de su importancia económica, son un potente aparato de poder.

En las crisis económicas, los momentos más vulnerables, las grandes multinacionales aprovechan la ocasión para conseguir a precios más bajos participaciones de empresas que están sufriendo una caída. La pandemia y la nueva crisis son una oportunidad para el capital extranjero de penetrar más aún en sectores claves del país como las manufacturas, los servicios financieros, energía y medios de comunicación. 

Los medios de comunicación de España han perdido más de 2.100 millones de euros de su valor en Bolsa en tiempos de pandemia.En julio del 2020, Atresmedia experimentaba una caída del 28%, Mediaset del 43% y PRISA declaró una pérdida neta de 209 millones de euros en los nueve primeros meses del ejercicio, una oportunidad que hay quien ya ha sabido aprovechar. El grupo francés Vivendi entró recientemente en Prisa adquiriendo un 7,6% de sus acciones, para aumentar poco después la compra al 9,9%, convirtiéndose en el segundo accionista de la compañía. Esta operación no hace más que consolidar el control del fondo estadounidense Amber capital, quien siendo el principal dueño de Prisa con un 29,84% de las acciones, no puede elevar más su participación por la legislación, y ha buscado un socio estratégico para aumentar su poder. 

Por su parte, Vivendi quiere continuar aprovechando la crisis económica en el audiovisual español, y planea crear un canal de televisión de TDT en abierto en el país y seguir aumentando su participación en PRISA. De momento, la compañía francesa y otras que revolotean cerca, esperan la caída del Real Decreto-Ley 8/2020 del Gobierno, que pone un tope a la inversión extranjera en sociedades españolas sometiéndola a autorización por parte del Consejo de Ministros, para intentar impedir que se aprovechen de la vulnerabilidad de nuestros sectores como el de la comunicación.

Sin embargo, Nadia Calviño comenzó a finales del año pasado a mover ficha para atraer inversores extranjeros, transmitiéndole a las compañías internacionales las ventajas de invertir en nuestro país, poniendo el foco en el terreno audiovisual y digital. El Ministerio de Asuntos Económicoscomenzó a sentar las bases para atraer la inversión extranjera en estos ámbitos con una serie de ayudas fiscales, exenciones y mejoras en la financiación con el Plan España Digital 2025.

En 2018 los grandes grupos de comunicación también sufrieron importantes pérdidas por la crisis, Atresmedia cayó un 50% y Mediaset un 40%. En ese momento, los fondos de inversión estadounidenses BlackRock, Invesco y Fidelity aprovecharon el bajo valor en bolsa de Mediaset comprando acciones. Actualmente continúan siendo dueñas de parte del gigante audiovisual español –Black Rock cuenta con más del 4% del grupo– y se unió a sus compatriotas JP Morgan asset manager, la gestora de activos del banco estadounidense, con más del 3% de acciones. Su principal dueño sigue siendo, eso sí, el empresario italiano Berlusconi, quien cuenta con casi el 50% de las acciones. Mediaset sufre una gran penetración del capital extranjero y estadounidense, mayor que otros grupos de comunicación del país. 

Si nos fijamos en los accionistas de PRISA, nos volvemos a encontrar con el fondo estadounidense Black Rock, aunque de forma más escondida. La compañía Telefónica cuenta con un 9,4% de las acciones, quien a su vez tiene como uno de sus principales accionistas a BlackRock, lo que le confiere cierto poder al fondo de inversión estadounidense en dos gigantes de los medios de comunicación del país, Prisa y Mediaset. International Media Group, que está en manos del jeque qatarí Khalid Thani Abdullah Al-Thani, cuenta con un 6’5% de PRISA. Conviene recordar que la familia real Al Thani controla la economía de uno de los países más ricos del mundo gracias al petróleo y el gas. Su desembarco en España se produce a través del fondo de inversión Qatar Holding, que participa en el Banco Santander e Iberdrola, con más del 8%.

En los pasillos de los medios del país se oye hablar inglés, pero también suena el alemán. En Atresmedia, el gigante de la comunicación alemana UFA/RTL cuenta con el 18,65% de las acciones. Atresmedia también está condicionada por sus anunciantes. Según un informe de Ymedia Vizeum, Securitas Direct lideró el ranking de presión publicitaria del pasado mes de agosto, lo que podría explicar la agresiva campaña sobre okupación que han copado nuestras televisiones. También es importante fijarse quién ocupa los asientos de los Consejos de Administración. Patricia Estany Puig, Consejera Coordinadora de Atresmedia, también es en la actualidad Managing Director en JP Morgan, quien vuelve a aparecer de nuevo. 

Por su parte, Vocento y Mediaset tienen un inversor en común, el fondo del banco noruego encargado de gestionar el sistema de pensiones público del país, Norges Bank, quien controla más de un 3% de manera directa en Vocento y un 3% de Mediaset. Este fondo noruego está en 34 de las 35 empresas del IBEX y tiene acciones, por ejemplo, de Axiare, Codere, Prosegur, Iberdrola, Inditex, Telefónica, Aena, BBVA, Bankia y el Banco Santander. Actualmente, Vocento ha manifestado su interés en PRISA y el Santander ha mostrado su apoyo en la fusión, idea que su principal accionista, el fondo estadounidense Amber capital, ha rechazado por completo. 

La jugada de Vivendi en Prisa no será la única que veremos durante los tiempos de pandemia, ya que, teniendo en cuenta el escenario tan vulnerable en que se encuentran los medios de comunicación del país, volverán a sufrir una penetración del capital extranjero.

España sigue manteniéndose entre los principales receptores de inversión extranjera a nivel mundial. Detrás de un importante sector del país como son los medios de comunicación, hay intereses de multinacionales y bancos estadounidenses, alemanes, franceses, italianos y noruegos, de igual modo que ocurre en el resto de sectores del país. 

Los medios de comunicación están en manos de banqueros y grandes empresarios de las eléctricas, las farmacéuticas, las apuestas… El discurso que vemos en los grandes medios no es otro que el de la clase dominante, que responde a su único interés, sus beneficios. 

España sufre desde hace años un imperalismo potente pero más escondido que en otros lugares, porque hay que buscar la nacionalidad de los apellidos de los que se sientan en los consejos de accionistas para encontrar a los que deciden las noticias que nos llegan, el precio de la fruta, la factura de la luz y la cantidad de pensión que nos quedará en el futuro. 

Necesitamos desarrollar el país, lleno de recursos y posibilidades, para fomentar su enriquecimiento y conseguir la independencia sobre el yugo extranjero."                       (Lucía de la Torre, De Verdad Digital, 02/03/21)

10/5/18

¿Por qué no hay periodistas de medios privados que denuncian la manipulación en sus empresas?

"Están alcanzando un gran protagonismo en medios y redes las denuncias de manipulación que están haciendo públicas los trabajadores de RTVE. El detonante ha sido el uso de la mayoría absoluta del PP en el Senado para paralizar la renovación de la dirección del ente público. La actual dirección fue aprobada por las cámaras de la anterior legislatura, no obedecen, por tanto, a la representatividad política actual. De ahí que el bloqueo del PP haya indignado al resto de los partidos políticos.

Y no solamente a los partidos, también los consejos de Informativos, las secciones sindicales y el propio Comité Intercentros, en el que están representados los trabajadores, están protagonizado diferentes actos de protesta. En las redes, bajo el hashtag  #AsíSeManipula, las trabajadoras de RTVE iniciaban el 30 de abril en Twitter e Instagram una campaña para “denunciar la manipulación” en la corporación de radio y televisión pública. 

Desde el usuario MujeresRTVE se retuiteaban numerosos ejemplos de manipulación recordando que “se hace con el dinero de todos”. “No somos cómplices y nos negamos a aceptarlo” señalaban. Además, invitaban a los espectadores de TVE, oyentes de RNE y usuarios de la web de RTVE.es a participar y relatar ejemplos de manipulación en sus redes sociales con el hashtag #AsíSeManipula. Un detalle a tener en cuenta, que las denuncias sea protagonizadas por las mujeres.

El indignante panorama de manipulación en RTVE, al igual que el que se vivió o se vive en Canal9 o Telemadrid, lleva a muchos ciudadanos a replantearse la existencia y la viabilidad de contar con una televisión pública. Y ese es el asunto que quiero tratar.

 El primer detalle a destacar es que una campaña donde los trabajadores de la comunicación denuncien la manipulación en el medio que trabajen es impensable en el ámbito privado. Es verdad que la manipulación en un medio público es más indignante porque se hace con el dinero de todos, pero no debería ser menos denunciable la manipulación en un medio privado. 

No sirve como justificación que una empresa privada es libre de adoptar una línea editorial u otra. Las televisiones y radios disfrutan de una concensión pública, se considerán depositarias de un servicio público y están obligadas profesional y legalmente a la veracidad y la pluralidad en sus contenidos.

 No podemos aceptar desequilibrios ni manipulaciones por muy privadas que sean, del mismo modo que no aceptamos que una empresa privada de conservas elabore alimentos en mal estado, una farmacéutica comercialice medicamentos fraudulentos, una inmobiliaria construya edificios inseguros, un hospital privado preste una mala asistencia sanitaria o una autopista de capital privado esté mal señalizada.

Para los políticos neoliberales la caída en desgracia de la televisión pública no es un problema mayor, entre otras razones porque saben que su ideología se transmite con mucha más impunidad en un medio privado sin tener que dar incómodas explicaciones a trabajadores, sindicatos o partidos de oposición. 

Es más, hundir su prestigio puede no ser una mala opción si con ello los ciudadanos comienzan a replantearse el gasto en medios de comunicación públicos y emigrar, por ejemplo, en el caso español, a las televisiones de Berlusconi o Planeta. No olvidemos que, durante su presidencia de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre más que manipular los contenidos de Telemadrid, su objetivo era privatizarla.

Por mucha manipulación que suframos en las televisiones públicas el nivel de libertad de sus periodistas y las posibilidades de regeneración siempre serán mayores que en los medios privados.

 Nadie se puede imaginar que una televisión privada emitiese lo que sucedió en TVE1 en julio de 2009, cuando los profesionales de la televisión pública no dudaron en emitir en el informativo el ataque que sufrió el periodista de la cadena por parte del jefe de prensa del ministerio de Trabajo, molesto por una pregunta que el profesional le hizo al ministro en la rueda de prensa. 

Todos los telespectadores pudieron ver y escuchar cómo le decía al periodista. “Voy a pedir quién eres para evitar que vengas a este Ministerio”. ¿Se imaginan una televisión privada emitiendo una amenaza similar del jefe de prensa del dueño de la cadena dirigida a un periodista de esa misma cadena? Simplemente lo despedirían y listo.

Tras el escándalo de las fiestas con prostitutas del primer ministro italiano Silvio Berlusconi en Cerdeña, su obsesión era que ninguna televisión italiana importante entrevistase a ninguna de ellas. Berlusconi no lo tenía difícil, controlaba las principales privadas como propietario de Mediaset y las públicas como primer ministro. Sin embargo, RAI2 terminó entrevistando en su estudio a una de las  prostitutas ante la indignación de Berlusconi. La conclusión es clara: resulta más fácil que un propietario controle la televisión privada que un primer ministro controla la televisión pública.

Ahora, cínicamente, los medios privados están informando con profusión de las denuncias de manipulación de los periodistas de RTVE, pero no olvidemos que las suyas son igual o mayores y sin posibilidad alguna de sus profesionales para denunciarlas.

Con toda la rabia que nos genere la manipulación de los gobernantes de la televisión pública, es importante que no olvidemos que, a diferencia de las privadas, se pueden crear órganos participativos y plurales de control, sus periodistas (como estamos comprobando) pueden denunciar, algo impensable (como también estamos comprobando) en un medio privado y, en última instancia, la dirección del medio público cambiará tarde o temprano cuando echemos al gobierno que la manipula. 

Lo que es imprescindible es que los periodistas de las televisiones públicas sean valientes para denunciar las manipulaciones, y los de RTVE lo son, y que los ciudadanos seamos capaces de quitarnos de encima a los dirigentes que usan los medios públicos para engañar."      (Pascual Serrano, Público, 09/05/18)                  

19/12/16

Las diez noticias más censuradas en Estados Unidos en 2015-2016

"La publicación de las 25 noticias más censuradas durante el año académico 2015-2016 responde a la tradición de 40 años originada en la Universidad Estatal de Sonoma, California, por el profesor Carl Jensen y sus estudiantes, cuando sospecharon que los grandes medios estaban ocultando demasiada información sobre el caso Watergate.

Los sucesivos herederos de Jensen, los profesores Peter Phillips, Mickey Guff y Andy Lee Roth, llevaron adelante una expansión del Proyecto, que ahora incluye facultades y estudiantes afiliados de diferentes campus de América del Norte que le han dado más diversidad y fortaleza. (...)

Ésta es una versión que resume lo medular de los encabezados del contenido de las 10 noticias top más censuradas ya publicadas en castellano.

01.- EEUU despliega tropas en el 70% de las naciones del mundo

La creciente presencia militar en todo el planeta del decadente imperio neocolonial de Estados Unidos fue seleccionada como “la noticia más censurada” del año académico 2015-2016. Según el Comando de Operaciones Especiales (SOCOM, en inglés), las Fuerzas de Operaciones Especiales (SOF, en inglés) se desplegaron en 2015 en 147 de las 195 naciones reconocidas en el mundo, con un aumento de 80% desde 2010. El presupuesto de SOCOM se ha más que triplicado en 2014 respecto a 2001, al alcanzar a 3.000 millones de dólares. En 2015, el financiamiento de SOCOM había subido a casi 10.000 millones dólares.

02.- Crisis de la medicina basada en pruebas clínicas

La segunda noticia más censurada en el año académico 2015-2016 aborda la corrupción de la industria farmacéutica, que financia investigación y ensayos clínicos falaces, por ejemplo sobre las bondades de la paroxetina, para lograr que los médicos la prescriban en casos de depresión del niño y el adolescente, aunque a la postre resultó tan ineficaz como un placebo, pero con efectos secundarios tan severos que al laboratorio GlaxoSmithKline (GSK) le costaron multas por 3.000 millones de dólares.

03.- Exceso de carbono amenaza a bacteria clave para la vida en los océanos

El cambio de clima amenaza al grupo dominante de bacterias del océano conocidas como Trichodesmium, que se encuentran como nutrientes en las partes más pobres en alimentos de los mares, donde convierten el gas del nitrógeno en material que pueden utilizar otras formas de vida. Desde algas a ballenas, toda la vida marina necesita que crezca el nitrógeno.

04.- Voto Electronico ¿Cómo controlar las máquinas electrónicas de votación?

Desde los algoritmos del motor de búsqueda (search engine) a las máquinas electrónicas de votación, la tecnología ofrece oportunidades a la manipulación de votantes y de los sufragios de diferentes maneras que podrían afectar profundamente los resultados de una elección. 

Los algoritmos son secretos tan guardados como la receta de la coca cola, que en el caso de las máquinas de votación pertenecen a los propietarios de la tecnología, sin importar si son desarrollos nuevos o anticuados.

05.- Refugiados, mano de obra barata para el Occidente “humanitario”

Bajo la apariencia de ayuda humanitaria, el Banco Mundial está tentando a las compañías occidentales a poner en marcha “nuevas inversiones” en Jordania para beneficiarse de la mano de obra de los refugiados sirios. 

En un país donde los trabajadores emigrantes han hecho frente a la servidumbre forzada, tortura y hurto, hay razones para sospechar que esta ‘solución’ costosa a la creciente crisis de desplazamiento establecerá fábricas donde se explotará al obrero haciendo expresamente de los refugiados un botín de guerra para la hiper explotación. Sesenta millones de habitantes de todo el mundo son ahora refugiados debido a conflictos en sus naciones de origen, según el informe de junio 2015 de la Agencia para los Refugiados de la ONU.

06.- Más de 1,5 millones de familias norteamericanas viven con dos dólares diarios por persona. 

La “igualdad de oportunidades” y “el sueño americano” naufragan ante el silencio de la gran prensa. Según Kathryn J. Edin y H. Luke Shaefer, sociólogos y autores del libro $2,00 por día: Viviendo con casi nada en América ($2.00 per Day: Living on Almost Nothing in America), en 2011 más de 1,5 millones de familias de EEUU –incluyendo tres millones de niños– vivieron con tan poco como dos dólares diarios por persona en cualquier mes del año. Edin y Shaefer determinaron esta figura en base a datos de la Encuesta Ingresos y Programas de Participación (SIPP, sigla en inglés) de la Oficina del Censo de EEUU, datos de ingresos del Programa Federal de Ayuda Suplementaría en Alimentación (SNAP), datos adicionales sobre familias sin viviendas y de su propio trabajo de campo en cuatro sitios de estudio, que incluyeron Chicago, Cleveland y comunidades rurales de Appalachia y el delta del Mississippi.

07.- No hay final para el desastre de Fukushima

Cinco años después del terremoto 9,0 y del tsunami que destruyeron la central nuclear en Fukushima, la fisión incontrolada continúa generando calor y requiriendo enfriamiento. Los funcionarios de la compañía Tokio Electric Power (TEPCO) continúan lanzando al Océano Pacífico una gran cantidad de agua con desechos radioactivos. Arnold Gundersen, un experto ex vicepresidente de la industria nuclear, llamó a Fukushima “la catástrofe industrial más grande de la historia de la humanidad”.

En febrero de 2016 tres ejecutivos de la TEPCO fueron procesados por negligencia en el desastre nuclear, incluyendo al jefe máximo Tsunehisa Katsumata, pero no hay quien pare el proceso radiactivo. Gundersen dijo: “Como en Three Mile Island y Chernóbil, y ahora con Fukushima, usted puede establecer claramente el día y la hora exacta en que comenzaron… pero nunca terminan”.

08.- En Siria pelean por llevar gas a Europa y no por sectarismo musulmán

En cuatro años guerra en Siria poca gente sabe siquiera cómo empezó esta guerra. En diciembre de 2011, después que el presidente sirio Bashar al-Assad rehusara cooperar con el plan de Turquía de construir una tubería de gas natural entre Qatar y Turquía a través de Siria, Turquía y sus aliados devinieron en “arquitectos principales de la guerra civil de Siria”.

 El gasoducto habría “bypasseado” a Rusia para acceder a los mercados europeos dominados actualmente por el gigante de gas ruso Gazprom. En 2012, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Qatar y Arabia Saudita, junto con Turquía, comenzaron a organizar, armar y financiar a “rebeldes” (ISIS o Daesh) para formar el Ejército Sirio Libre, coincidente con planes de desestabilizar Siria concebidos de larga data por EEUU. 

Estas naciones formaron el “Grupo de Amigos del Pueblo Sirio”, que puso en práctica una división sectaria y una estrategia de conquista para derrocar al presidente Assad. El acceso al petróleo y al gas, y no las diferencias sectarias, es la causa subyacente del conflicto violento y del desastre humanitario en Siria. 

“La guerra está siendo vendida al público como un conflicto sunita-chiita” por los países llamados Amigos de Siria porque si el público entendiera los intereses económicos en juego “la mayoría de la gente no apoyaría ningún financiamiento encubierto para armar a rebeldes o intervención directa”.

09.- Gran industria farmacéutica compra políticos.

 Las corporaciones farmacéuticas se encuentran entre los más grandes financistas políticos, según datos del Centro para la Política Responsable (CRP). Las grandes corporaciones farmacéuticas gastaron más de 51 millones de dólares en donaciones políticas durante la campaña de la elección presidencial 2012, casi 32 millones de dólares en las elecciones 2014 y en septiembre de 2015, ya habían puesto 10 millones de dólares en la elección 2016. 

Durante las elecciones de representantes de 2014 Pfizer lideró las contribuciones de las corporaciones farmacéuticas con 1,5 millones de dólares en donaciones federales de campaña, seguida por Amgen (1,3 millones) y McKesson (1,1 millones).

10.- CISA, la ley de vigilancia que nadie discute

El presidente Obama firmó el 18 de diciembre de 2015 la Ley de Intercambio de Información de Ciber Seguridad (CISA, Cybersecurity Information Sharing Act) como parte de un proyecto ómnibus de gastos de 2.000 páginas. Tal como está redactada, la CISA pretende “mejorar la seguridad cibernética en los Estados Unidos a través de un mayor intercambio de información sobre las amenazas de ciberseguridad y otros fines”.

 La ley autorizó la creación de un sistema de informantes corporativos que proporcionarán datos de sus clientes al Departamento de Seguridad Nacional (DHS), que a su vez compartirá esta información con otras agencias federales, incluyendo los Departamentos de Comercio, Defensa (que incluye la NSA), Energía, Justicia (que incluye al FBI), el Tesoro (que supervisa el IRS, sigla en inglés del Servicio de Impuestos Internos) y la Oficina del Director de Inteligencia Nacional. 

Muchos movimientos sociales e instituciones luchan contra esta ley que consideran el ataúd de la privacidad personal."              (Ernesto Carmona, SurYSur, en Other news en español, 10/12/16)

22/11/16

La mano negra de Florentino: así presiona a la prensa y pide la cabeza de periodistas

"Corría el año 2013, José Mourinho dirigía sus últimos partidos en el Santiago Bernabéu y en Unidad Editorial recibieron un mensaje helador desde el Real Madrid: el club había prohibido que Marca hiciera promociones con su escudo. 

Florentino Pérez cortaba así, de raíz, una importante fuente de ingresos para el periódico por considerar que había torpedeado los intereses del equipo blanco.

En el momento en que tomó esta decisión, As tenía firmados seis contratos para lanzar otros tantos productos con la imagen corporativa del conjunto blanco. Pérez aprovechó esa circunstancia para acercarse a algunos periodistas de este rotativo y tratar de ganarse su favor, pero el director, Alfredo Relaño, uno de sus mayores detractores en la prensa, se negó a bailarle el agua. 

Unos meses después, tras realizar la última campaña promocional, esta cabecera también sufrió su represalia y fue vetada.

El dirigente madridista nunca ha ocultado en su entorno su malestar porque la prensa deportiva de la capital se niegue a cerrar filas alrededor del Real Madrid, al igual que -considera- hacen Mundo Deportivo y Sport con el FC Barcelona. 

El presidente de ACS podría permanecer impasible ante esta circunstancia, pero la realidad es que trata de influir casi a diario en los periodistas y en sus jefes para intentar encaminarlos hacia la senda de la verdad. De su verdad.

Dentro de la redacción de Marca son varias las personas que conocen los detalles de la reunión que mantuvo Pérez con los máximos responsables de Unidad Editorial poco después de que Eduardo Inda fuera relevado como director del diario.

 En ese encuentro, “sin un excesivo rubor”, pidió la cabeza de Santiago Segurola, de Roberto Gómez y de Roberto Palomar, al considerar que sus artículos eran perjudiciales para los intereses de la institución deportiva que abandera. Para intentar persuadir a sus interlocutores, puso el ejemplo de Jorge Valdano, a quien despidió en 2011 para evitar “disfunciones” en el club.

Cuentan fuentes del periódico deportivo más vendido de España que, como Óscar Campillo -su antiguo director- se negara a concederle esta prebenda, le borró de su lista de periodistas de cámara y comenzó a expandir el infundio de que era “del Barça”. 

Cinco años después de que acaecieran esos hechos, Campillo fue cesado de su puesto. Pocas semanas después, Segurola recibió su carta de despido y el grupo decidió fichar como colaborador a Juanma Rodríguez, mucho menos incisivo con la gestión de Pérez.

La filosofía de este periodista es muy similar a la de Pérez, tal y como se deduce de las declaraciones que realizó a Vozpópuli en abril de 2015: "Yo creo que lo que falta en Madrid es un periódico deportivo madridista, creo que tendría su espacio (...). Lo que debemos de hacer, lo digo de verdad, es proteger al Real Madrid. No me cabe en la cabeza que un periódico angelino esté el día entero dando palos a los Lakers".

Durante la pasada primavera, en el staff de Marca se recibió la orden de no excederse con las críticas hacia el Real Madrid y sus dirigentes, pues su nuevo director, Juan Ignacio Gallardo, es partidario de fomentar una buena relación con el club.

 Los más veteranos se mostraron escépticos cuando recibieron esa consigna, a sabiendas de que, tarde o temprano, Florentino Pérez volvería a manifestar sus quejas por el rumbo del periódico. Así fue. Recientemente, ha expresado su malestar, en conversaciones privadas, por la reforma del cuadro de mando del diario que ha realizado Gallardo.

Todo por el socio

Quienes han sido objeto de las represalias del presidente del equipo blanco inciden en que, para justificarlas, siempre pone como excusa el hartazgo que le transmiten los socios del club blanco sobre la línea editorial de los periódicos deportivos capitalinos. Los más radicales incluso lo expresan en el Santiago Bernabéu y en el Palacio de los Deportes: “las manos de la prensa, fuera del Madrid”.

 Y, por lo que relatan las fuentes consultadas por este periódico, el presidente tiene muy en cuenta estas opiniones. Aunque sea para avalar sus acciones contra estos diarios.

Algunos medios críticos incluso han sido vetados 'extraoficialmente' en el Santiago Bernabéu, bien de forma temporal o bien permanente. Cuando sus periodistas deportivos contactan con el club para intentar acreditarse para los partidos, su interlocutor siempre les responde: “lo siento, no hay espacio”.

El deseo de Florentino Pérez de hacer prevalecer la versión oficial del club sobre lo que cuentan los periódicos explica que Real Madrid TV esté presente actualmente en la televisión en abierto. "Es difícil para defender la institución salir a desmentir informaciones (...). Vamos a potenciar nuestros medios para que ninguno confunda. Tendremos un canal en alta definición, emitiendo en internet y quizás en TDT en el área de Madrid", afirmó en la Asamblea General Ordinaria del club blanco en octubre de 2013.

Dos años después, obtuvo un premio bastante más suculento: Mariano Rajoy le concedió una licencia para emitir en todo el territorio nacional. Eso sí, este regalo no ha atraído la felicidad hacia la casa blanca, puesto que el clima en este canal es muchas veces irrespirable y sus resultados de audiencia son paupérrimos. De hecho, ocupa el farolillo rojo de la TDT. Y programas concebidos para atacar a la ‘prensa enemiga’, como 90 Minuti, registran una cuota de pantalla prácticamente residual.

Hermanos y enemigos

Aunque sus relaciones con algunos medios son “tirantes”, Florentino Pérez también tiene amigos en las redacciones de los periódicos. Su contacto con esta cohorte de periodistas es frecuente y se sustenta gracias a la información 'privilegiada' que el club les filtra. En algunas ocasiones, esta mercancía es falsa o interesada.

 “Sobre todo cuando un jugador pide más dinero para renovar. Entonces, determinados medios comienzan a difundir noticias negativas que, por arte de magia, desaparecen cuando firma su nuevo contrato”, explican fuentes de un periódico deportivo, que señalan que estas maniobras son de sobra conocidas dentro del vestuario del equipo.

Pese a que estos periodistas intuyen o tienen la certeza de que la información que reciben en algunas ocasiones es “una milonga”, muchas veces la publican para que su relación con Pérez no se resienta, lo que genera recelos entre sus propios compañeros de sección. “El propio Florentino ha llegado a desmentir noticias que el propio club ha filtrado”, reconocen otros informantes.

De su grupo de amigos no forma parte Alfredo Relaño, el director de As, a quien se acusó de conspirar para impulsar una candidatura alternativa a la de Florentino en el año 2013, cuando el constructor fue reelegido en su cargo sin oposición. Tampoco figura entre los aliados del dueño de ACS el exjefe de Deportes de El País, José Sámano, a quien también culpó de torpedear al Real Madrid y de beneficiar al FC Barcelona con sus informaciones. 

“Yo he hablado con Florentino y lógicamente no le gustaba la línea que llevaba el periódico pero no me consta ninguna llamada”, dijo en su día, en unas declaraciones recogidas por el portal Periodista Digital.

Especial trascendencia cobraron los artículos del periodista Diego Torres durante la ‘era Mourinho’, en los que contó al detalle la mala relación del entrenador y del propio presidente con algunos jugadores de la plantilla. Pérez llegó a dudar en público de la veracidad de sus informaciones. “A usted le gusta mucho la novela”, le espetó a Torres en una rueda de prensa.

Pocos meses después de que Juan Luis Cebrián decidiera situar a Antonio Caño como director del periódico –madridista confeso y habitual en los palcos del Bernabéu-, Amaya Iríbar fue nombrada jefa de la sección de Deportes y Sámano fue designado editor general de la sección, lo que ha limitado su poder de decisión en la práctica. Hace unos meses, Diego Torres dejó de informar del Real Madrid tras criticar a Álvaro Arbeloa en las redes sociales.

Caño no tardó en llamarle a consultas y, tras el rapapolvo de rigor, le comunicó su sanción: "Viajarás a Riazor y luego abandonarás tus labores como redactor del Real Madrid". En la redacción del periódico, esa frase corrió como la pólvora y, como es lógico, no tardó en difundirse una incómoda interpretación de los hechos: las presiones de Florentino Pérez al fin han dado su fruto.

Esto sucedió en mayo.  Dos meses antes, con Campillo ya destituido, Pérez contactó con un conocido periodista de Unidad Editorial y le confirmó que había dado orden de que Marca pudiera volver a realizar promociones con la imagen corporativa del Real Madrid. La primera, se lanzó en verano: un ‘pack’ de vasos.

Aprovechando el cambio de director, el “ser superior” -como le definió Emilio Butragueño- intentó templar gaitas con el diario deportivo más leído. Eso sí, su relación no ha sido idílica desde entonces, dado que la reforma de su organigrama no le ha satisfecho, y así lo ha hecho saber.

Son las “reacciones habituales” de Pérez, un empresario que recomienda y desaconseja la inclusión de contertulios en los debates televisivos –así lo reconoce un productor de TVE-, que limita la entrada en el Santiago Bernabéu de los medios de comunicación críticos, que utiliza un grupo de conocidos periodistas afines para lanzar informaciones interesadas de forma frecuente y que presiona a los ‘popes’ de la prensa para que aparten a los redactores que considera que perjudican sus intereses en el Real Madrid."                 (Vox Populi, 19/11/16)

25/10/16

Qué es peor: que los estudiantes censuren a Cebrián, o que Cebrián censure a sus periodistas

"Rubén Amón, periodista de El País al que Juan Luis Cebrián prohibió hace un par de meses seguir colaborando con La Sexta, ha escrito este jueves sobre la algarada de la Autónoma.

 “Los radicales desplazados a la Universidad, espoleados atmosféricamente por Podemos, han emprendido su propia ley mordaza” impidiendo una conferencia del propio Cebrián y de Felipe González, ese jarrón chino de apariencia inofensiva que explota cuando se tropieza uno con él en el pasillo de las marquesas.

El censurado, Rubén Amón, se convierte en azote de censores, exceptuando a los que lo censuran a él, a sus jefes, a sus cebrianes, a los ‘censores buenos’, a la izquierda centrocivilizada de los elegantes ultraliberales de El País. Yo no sé qué es peor: que los estudiantes censuren a Cebrián, o que Cebrián censure a sus periodistas: acaba de echar de Prisa a Manuel Rico, a Fernando Berlín, a Javier Aroca, a Ignacio Escolar… 

Y ha impedido a todos sus trabajadores colaborar con los medios –Eldiario.es, Elconfidencial.com, La Sexta– que desvelaron sus negocios con una petrolera en un país en guerra como Sudán del Sur, y airearon que amarteló cuentas fiscalmente paradisiacas en Panamá. Una información veraz, que tuvo como respuesta la censura, la castración como opinadores de sus propios periodistas.

Rubén Amón, el autor de este texto, era hasta hace nada colaborador habitual de La Sexta. Hasta que Cebrián le prohibió seguir trabajando en un programa que, sencillamente, se había hecho eco de una información nunca desmentida sobre negociete
s panameños.

Los censores se quejan de que los censuran.

España es un oxímoron que se muerde la cola.

Andan todos los periódicos diciendo que esto de impedir una conferencia de Cebrián y Felipe es cosa muy poco democrática. Sobre todo en la universidad. Donde el jardín de las delicias del saber debe permitir libar a todas las abejas con ganas de decir algo.

Olvidan recordar que Cebrián y Felipe andan apoyando un gobierno del PP que ha desalojado a 127.000 alumnos de esas mismas aulas. Cortándoles los medios. Había 127.000 alumnos en la Autónoma que no estaban protestando. Que no podían protestar. Que estaban en sus casas o sirviendo de camareros en Tombuctú. 

Desde que Rajoy llegó al poder, ese a quien hoy apoyan Cebrián y Felipe, las matriculaciones universitarias han descendido un 10%. ¿Le parece raro a alguien que no permitan a esta morralla iletrada entrar en la universidad? Son los genocidas de la raza universitaria española, y no me extraña que los pocos aborígenes que quedan no les dejen penetrar en su amazonas.

La universidad es un lugar de debate, por supuesto. A mí me hubiera encantado que Felipe y Cebrián pudieran contarnos sus cosas, y, si yo hubiera estado allí, los hubiera defendido. Me hubiera enfrentado a los de las caretas, con mis puños, con mis dientes y con mis ganas de abrazar. Pero nadie se enfrentó a los de las caretas. Nadie, ningún alumno, protegió a Cebrián y a Felipe. Había más gente deseando que se fueran que intelectuales luchando porque se quedaran. 

Eso de que nadie defendiera a Cebrián y a Felipe, ningún alumno, a mí me deja pensando un rato. ¿Qué han hecho Cebrián y Felipe para que nadie defienda su libertad de expresión en una universidad? Eran unos pocos violentos contra ningún espectador, que diría un crítico teatral pelota. Sin matizar que los pocos violentos no ejercieron acto alguno de violencia.

Por último. Si yo fuera Felipe o Cebrián, millonarios, con una veintena de guardaespaldas cada uno, hubiera entrado. La vergüenza no es para los que impidieron su entrada, sino para los que no entraron. Si tuvieran algo importante que decir en esa universidad, hubieran entrado a pesar de las protestas con peligrosas caretas de cartón. ¿No son hombres de Estado? Pero se fueron. Lejos. Al amparo de los periódicos de papel. Que es con lo que se cubren de su frío millonario los cobardes.

Dice Rubén Amón, estupendo reportero con el que tengo el gustazo de haber trabajado, que “los radicales desplazados a la Universidad, espoleados atmosféricamente por Podemos, han emprendido su propia ley mordaza“. Yo no sé cómo se espolea atmosféricamente a 200 estudiantes. Aun siendo Pablo Iglesias. Solo sé que hoy día debe ser muy complicado ser periodista de orden en El País. Incluso atmosféricamente."                 (Aníbal Malvar, Público, 22/10/16)

22/9/16

Cuanto más angustioso es el presente inmediato, menos espacio les queda para entenderlo. Por eso queda la televisión, lo más fácil, como el medio determinante para establecer los marcos de la inmensa mayoría de la población... y la televisión es del PP

"(...) Para empezar, un dato no muy conocido. Entre 1963 y 2003, los beneficios de las empresas de comunicación (medidos como ROI, retorno sobre capital invertido) se situó a la cabeza del ranking mundial, sólo igualado por otros sectores también muy rentables: el farmacéutico, el informático y el inmobiliario (Grant, 2008).

 En España, los grupos de prensa líderes en cada región obtenían márgenes de beneficios sobre ventas superiores al 20 por ciento. Jesús Cebeiro, ex director de El PAIS, decía recientemente que, solo su cabecera llegó a generar un beneficio (ebidta) de 120 mill ones de €, más de lo hoy genera uno de los grupos del duopolio televisivo. 

Es en ese periodo cuando los medios se transforman en corporaciones de amplio espectro que desarrollan vinculaciones crecientes con el poder económico. Cuanto mayores son sus conexiones empresariales con los diversos sectores, mayores son los espacios vedados para la información independiente. Si PRISA tiene entre sus accionistas de referencia a bancos (HSBC, Santander, Caixa) y a Telefonica, ya conocemos algunos actores que serán bien tratados. 

No son los únicos. El predominio creciente de la lógica mercantil cambia también las relaciones con los anunciantes. Si tradicionalmente el inversor publicitario utiliza ba la inserción para optimizar las ventajas comerciales del medio como soporte, las nuevas lógicas desarrollan un tipo de anunciante que utiliza la inserción publicitaria como mecanismo para establecer una relación privilegiada con el medio. 

La gran empresa aprende que pagar enormes sumas por la compra de espacios publicitarios le permite desarrollar un privilegio: condicionar los contenidos en aquello que le concierne directamente. Lo sabe El Corte Inglés y también las eléctricas o las grandes constructoras. Pero también cualquier gran anunciante. 

El círculo se cierra cuando los grandes grupos editoriales son arrastrados por la lógica financiera de los mercados. Su salida a bolsa (PRISA lo hace en el año 2000) es un fenómeno que añade inestabilidad estructural a los proyectos informativos al favorecer la influencia del capital especulativo, con accionistas cortoplacistas que salen y entran en el accionariado, totalmente desinteresados de la construcción de credibilidad, el valor esencial que define el proyecto de un medio. 

Ese cambio pone en evidencia los privilegios de los gestores que utilizan su poder cuasi absoluto para otorgarse bonus de escándalo. Cebrian y EL PAIS pasan a ser los mejores símbolos de esa enfermedad. 

En todo el mundo se produce el mismo efecto: en la medida en que aumenta n las zonas de sombra nacidas al amparo de los vínculos entre sus editores con empresas de los principales sectores económicos disminuye la autonomía de las redacciones y de sus responsables para elegir temas y enfoques. 

Nuevos medios para nuevos consensos. 
 
De ese periodo se obtiene una conclusión. La autonomía de los medios como aparato ideológico y contrapoder relativamente distanciado de los intereses económicos desaparece en la medida que ellos mismos se incrustan en el poder económico. Su credibilidad decrece día a día provocando debilidad en el armazón social que legitima el poder: ni son creibles en la defensa del IBEX ni lo son criticando a fuerzas emergentes (campaña contra Podemos).

 Su crisis arrastra a la sociedad entera. 

La crisis del 2008 aumenta las desigualdades sociales y sirve de catalizador de un cambio político que reclama un nuevo horizonte de país basado en nuevos consensos. Ese cuestionamiento coincide con la crisis de credibilidad de los medios hegemónicos y la crisis del modelo de difusión masiva de mensajes representado por el papel y la prensa.

 Coincide también con una fractura generacional y la forma en que la gente accede a la información. No es extraño que el perfil de los votantes a los nuevos partidos coincida con las jóvenes generaciones que son también los que utilizan los espacios digitales para informarse. 

La batalla política se traslada a la comunicación y a su función determinante en la construcción de marcos que dibujan el perímetro de los nuevos consensos. 

El efecto transmedia en la construcción de los mensajes dominantes 
 
Conviene asumir que, por ahora, el sistema tradicional está consiguiendo adaptarse estableciendo nuevos filtros que contrarrestan los impulsos democráticos de las nuevas generaciones y la cultura digital. 

El factor determinante de esa readaptación conservadora tiene que ver con el flujo transmedia de los mensajes en su permanente ida y vuelta por diferentes formatos y soportes, en el que una misma declaración se nos muestra de diferentes formas conformando un runrún de ideas y frases comunes. 

Es en ese camino en el que deja huella la abrumadora presencia de la televisión como el medio determinante para establecer los marcos de la inmensa mayoría de la población, la que tiene hábitos mas pasivos en el consumo de información. 

La crisis económica ha propiciado el activismo social y las mareas pero deprime la vida cotidiana de la ciudadania. Y es que, ocupados en sobrevivir y sacar adelante sus proyectos vitales, los ciudadanos comunes se muestran necesariamente alejados del resto de los problemas del mundo y de su complejidad. 

Cuanto más angustioso es el presente inmediato, menos espacio les queda para entenderlo. Por muy accesible que esté una información en las redes, cuando una persona debe realizar una evaluación sobre algo, echa mano de aquello que recuerda mejor, de l o más cercano y accesible que suele coincidir con lo más repetido o lo más resaltado. Y ahí siempre aparece la televisión

Surja donde surja una noticia o un mensaje político es replicada rápidamente en redes y diarios digitales alcanzando su primer nivel de audiencias parciales. La forma en que se cortocircuita su ascenso tiene que ver con el papel asignado a las portadas de la prensa papel (los medios más conectados a los intereses económicos) que es el vehículo que utiliza la televisión para comentar la actualidad.

 El ninguneamiento de los diarios digitales, la jerarquía de las portadas seleccionadas, la exhibición de sus mensajes tendenciosos ocultos tras titulares espectaculares, el perfil de los contertulios que las comentan, construyen los filtros conservadores que contrarrestan la influencia de los espacios digitales más minoritarios y proclives a las nuevas ideas. 

Unos y otros compiten con los enfoques de los temas hasta componer un guión relativamente confuso de prioridades, perspectivas y opiniones que componen el marco de la ciudadanía   en cada materia. En ese magma es donde se nutren las ideas de los ciudadanos. 

La batalla por arañar espacios de soberanía política a los poderes económicos es también la batalla por la independencia de los medios, por encontrar un modelo que dignifique a la profesión periodística."                     (Ignacio Muro Benayas , Rebelión, 22/09/16)

1/12/15

España: el Gobierno maniobra para despedir a periodistas incómodos, impone tertulianos en programas de radio y televisión y presiona a los directivos de medios de comunicación para evitar las críticas

"Si les describiera un país donde el Gobierno maniobra para despedir a periodistas incómodos, impone tertulianos en programas de radio y televisión y presiona a los directivos de medios de comunicación para evitar las críticas, pensarían que hablo de una república bananera. Ocurre en España.

El mismo país donde el reparto de las nuevas licencias de televisión se hace a pocas semanas de las elecciones generales, en un intento de condicionar la línea editorial de las cadenas. 

El mismo, también, donde televisiones públicas pagadas por todos se utilizan como gabinetes de prensa particulares, al servicio de gobiernos que se quejan de que no les llega para educación o sanidad, pero no tienen problema en derrochar en propaganda.

Los cuatro últimos años han supuesto un grave deterioro de la libertad de los medios de comunicación en España y no sólo en Cataluña, el caso más bochornoso. El Gobierno de Mariano Rajoy ha demostrado no comprender la relación entre prensa y poder en democracia. 

En sus primeros tres años de legislatura, cuando impuso las medidas económicas más duras, las que más explicaciones exigían, eligió el apagón informativo, las ruedas de prensa detrás del plasma –sin preguntas– y una presión intolerable para condicionar a los medios.  (...)"               (David Jíménez, El Mundo, 29/11/15)

15/11/15

El País rompe con el New York Times tras la publicación de un artículo crítico: “los medios españoles son presionados por el gobierno y la deuda”



"Ampollas levantadas y sangre por el artículo sobre la escasa solvencia y pérdida de independencia editorial de la prensa española que The New York Times publicó el pasado 5 de noviembre. El diario más afectado por esas críticas, El País, ha decidido romper sus largas relaciones con el medio neoyorquino. 

 “El País no ha publicado este jueves el suplemento de 12 páginas con artículos de The New York Times que venía difundiendo todas las semanas desde mayo de 2004.” Así, lo señala el digital infolibre.es quien asegura que según le han confirmado “fuentes oficiales de Prisa, no se volverá a publicar porque la colaboración entre ambos se ha cancelado de forma “definitiva”.”

Indignado, señala El País que el artículo que dio origen al conflicto “apareció en la portada de la edición norteamericana en papel el viernes 6 de noviembre, fue traducido al español y publicado en la sección América de The New York Times cuatro días después, este martes 10 de noviembre, así como difundido a través de las redes sociales”.

El diario estadounidense informó de la “tormenta perfecta” que ha sufrido en España la industria de la información, acosada por grandes deudas que han provocado una rápida reestructuración financiera que ha llevado a la pérdida de su puesto de trabajo a 11.000 periodistas en siete años y a la pérdida de libertad de los editores para decidir qué noticias ofrecer o cómo, favoreciendo a las entidades a las que deben enormes cantidades de dinero. También citó el informe crítico sobre la situación de la libertad de información en España de International Press Institute, publicado esa misma semana.

Postdigital analizó el artículo de Raphael Minder el pasado 6 de noviembre remarcando cómo el periódico estadounidense “destripa la libertad de prensa española, sometida por el Gobierno y los bancos”: New York Times también disecciona al diario El País, recogiendo las denuncias de los periodistas del periódico español sobre la eliminación o modificación de artículos en su web, como los que hacían referencia a Qatar en un momento en el que el grupo Prisa negociaba con una empresa qatarí para que invirtiera en su grupo empresarial.

O también artículos críticos con Telefónica, incluida en el grupo Prisa, que fueron alterados en la publicación del diario, motivo por el cual dos periodistas de su redacción decidieron dimitir recientemente.

El artículo pudo ser el detonante del despido del veterano periodista Miguel Ángel Aguilar, que en ese reportaje se mostró crítico con los principales diarios españoles. Estas fueron algunas de sus sinceras reflexiones en el artículo crítico: “los periódicos están en manos de los acreedores y también en las de un gobierno que ha ayudado a convencer a esos acreedores de que los rotativos deben conservarse vivos aunque sigan asfixiados debido a sus deudas […]

Esta es una situación de dependencia que ha hecho un daño terrible a la credibilidad de los medios de comunicación en este país”. Con tono melancólico, Aguilar añadió que “trabajar en El País era el sueño de cualquier periodista español […] ahora hay gente tan exasperada que se está yendo, a veces incluso con la sensación de que la situación ha alcanzado niveles de censura”.

El reputado periodista, que tenía una columna semanal en El País desde el año 1994, fue despedido fulminantemente el pasado martes: “le llamó José Manuel Calvo, el jefe de opinión, y le dijo que para liberarle de la presión que denunciaba en el artículo de The New York Times quedaba suspendida su columna”.

El NYT también recogió críticas de Juan Pedro Velázquez-Gaztelu, que dejó El País hace dos años y ahora es el jefe de la oficina de Madrid de Alternativas Económicas: “creo que no existe un momento peor para la libertad de expresión en España desde la muerte de Franco”.
El resentimiento de El País hacia el periódico norteamericano no se queda ahí. A la cancelación del suplemento hay que sumar un par de noticias que estos días pretenden devolver infructuosamente la bofetada; Los editores responden a las acusaciones de ‘The New York Times’ [1] y Crisis en `The New York Times´. Los problemas económicos limitan la expansión de ‘The New York Times’ [2].

En el primer texto, AEDE califica como “caricatura de la realidad informativa española” la crítica del NYT que no “describe la realidad” de la prensa. Añade que el reportaje es “desafortunado” y está lleno de “convencionalismos sin contrastar”,  algo “particularmente sorprendente en un medio de tanto prestigio”, pero no cita en ningún momento el informe sobre la situación de la libertad de información en España del International Press Institute, en el que se basa en buena medida el artículo del NYT.

Concluye la Asociación de Editores de Diarios Españoles: “la libertad de prensa goza de muy buena salud y lo demuestran los más de 17 millones de lectores fieles que eligen la prensa como el mejor medio para informarse”, pero omite la evolución de los últimos años, y que desde el comienzo de la crisis los diarios impresos han visto reducidas sus ventas en más de un 30% y su difusión en casi un 40%.

Es más, El País ha perdido unos 800.000 lectores desde 2008 según informó el portal especializado prnoticias en abril de este año. Esa situación podrá definirse con muchas expresiones, pero nunca con la cínica “muy buena salud” empleada por la AEDE.

 La otra noticia -o pataleta de niño mimado- se publica justo tras la ruptura de la relación entre ambos rotativos, y recoge trapos sucios como el despido de 300 periodistas desde 2008, las pérdidas de 1,5 millones de dólares el pasado año, y la deuda total de 430 millones.

 Concluye su pataleta relatando el desembarco del magnate mexicano Carlos Slim, propietario de algo más del 12% de las acciones, una “vinculación ha suscitado dudas sobre la dificultad para The New York Times de mantener su línea editorial independiente con un accionista de tanta influencia en el país en el que va a tener una nueva edición”.

La paja en el ojo ajeno, y eso que el periódico estadounidense ni siquiera hizo referencia en su reportaje a detalles tan feos como que seis entidades financieras, una inmobiliaria, Telefónica y Rucandio son propietarias del 52,9% de las acciones del grupo PRISA, o a los 129 periodistas despedidos de El País vía mail en 2012.
[1]http://politica.elpais.com/politica/2015/11/12/actualidad/1447357988_299143.html
[2]http://economia.elpais.com/economia/2015/11/12/actualidad/1447283141_805260.html

"Hace unos días, uno de los diarios más conocidos hoy en el mundo, el New York Times, publicó un artículo señalando la falta de libertad de prensa en España debido a la influencia que los poderes financieros (la banca) y los gobiernos (y muy en especial del gobierno central –aunque podría haber incluido los gobiernos autonómicos como el madrileño y el catalán) tenían sobre los mayores rotativos españoles. 

Y, como era de esperar, la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) inmediatamente respondió indicando que el New York Times estaba guiado por prejuicios que le habían llevado a conclusiones en su reportaje sobre la prensa en España que eran claramente erróneas y carentes de objetividad y rigor, acentuando que la prensa en España “se caracteriza por la pluralidad mediática, (…) como resultado del claro compromiso de los medios de información españoles con la libertad de prensa en España”.

Hace también unas semanas que el programa “Salvados”, de la Sexta, hizo referencia a una encuesta europea sobre la credibilidad de los medios de información en varios países europeos que mostraba que la población española era una de las que creía menos en la información recibida a través de los mayores rotativos en España, hecho que los dirigentes de dos de estos rotativos (El Mundo y La Razón), entrevistados en el programa, atribuyeron a que el público español era más exigente que el de los otros países europeos, rechazando que esta amplia percepción de falta de credibilidad respondiera a la falta de objetividad y rigor de los medios.

El New York Times y la población española llevan razón

La evidencia es abrumadora de que el New York Times y la percepción popular sobre los grandes medios de información llevan razón. En realidad, el New York Times se quedó corto, pues incluso podría haber aportado más evidencias de cómo los gobiernos compran la complicidad de los medios (tanto públicos como privados) a base, en el caso de estos últimos, de subvenciones públicas. 

Un ejemplo claro de ello son las subvenciones que el gobierno de sensibilidad liberal de la Generalitat de Catalunya da a los mayores rotativos que se publican en esta comunidad autónoma, cantidades más que respetables, que aumentan según la docilidad de tales rotativos hacia el gobierno. 

Según la revista El Triangle, el Departamento de la Presidencia de la Generalitat ha dado 810.719 euros a La Vanguardia, 463.987 euros a El Periódico, 457.496 euros a El Punt Avui, 205.484 a Nación Digital, 136.998 a Vilaweb, y un largo etcétera, cantidades que el público tiene dificultades para conocer, a pesar de que son fondos públicos.

Esta compra de la complicidad de los medios explica el silencio ensordecedor de la prensa en Catalunya hacia los numerosos casos de corrupción de los partidos gobernantes, uno de tendencia neoliberal (CDC) y el otro cristianodemócrata (UDC), recientemente investigados (¡por fin!) en una comisión del Parlament de Catalunya. 

Dicha comisión analizó la corrupción del clan Pujol, dirigido por el ex Presidente Pujol de la Generalitat de Catalunya, fundador del partido liberal CDC y dirigente de la hasta hace poco coalición gobernante de Catalunya, CiU, que la ha gobernado durante la mayor parte del periodo democrático, como si fuera su finca particular, comprando silencios y alianzas a base de un Estado clientelar en el que la complicidad de los medios (incluyendo los públicos radiotelevisivos –como TV3 y Catalunya Ràdio-, y los privados) era esencial para la reproducción de su poder. 

El que fue director de La Vanguardia, el Sr. Lluís Foix, ha reconocido que esta práctica era (y continúa siendo) masiva durante el gobierno Pujol, que controlaba así los medios de información y persuasión (El Triangle, 08.10.14). 

Sorprendentemente, la comisión parlamentaria que analizó la corrupción en el clan Pujol no analizó la complicidad de los grandes medios en Catalunya, manteniendo silencio y ocultando la extendida corrupción existente no solo en tal clan, sino en los partidos gobernantes CDC y UDC.

Un tanto igual ocurre con los medios televisivos

Y el New York Times también se quedó corto, pues podría haber incluido los medios tanto públicos como privados televisivos en donde la influencia de la banca y de los partidos gobernantes es incluso más acentuada. La evidencia es también abrumadora y contundente de que no hay en España ni libertad de prensa, ni libertad de exposición mediática televisiva, ni pluralidad mediática. 

 En realidad, no es exagerado hablar de dictadura mediática en España, pues la diversidad de los medios es limitadísima, con una carencia de medios críticos y de sensibilidad de izquierdas. La enorme hostilidad, sin excepciones, de los mayores medios hacia el nuevo partido progresista Podemos y hacia IU, en contraste con la enorme promoción de Ciudadanos, el instrumento del IBEX-35 (incluyendo de la banca), es un indicador más de esta dictadura.

Pero otro ejemplo es que no hay ningún rotativo en España que publicaría este artículo que está usted leyendo. De ahí que tengo que pedirle al lector que lo distribuya extensamente. 

En este sentido, creo que sería esencial que las fuerzas democráticas en este país, como el movimiento 15-M, se movilizaran para denunciar a tal dictadura mediática, por lo que naturalmente estos protestarían presentando tales denuncias como “ataques a la libertad de prensa”, el argumento que siempre esgrimen (como lo hacen en Latinoamérica) cuando sus intereses económicos y financieros quedan afectados. 

El mayor obstáculo que existe en la democracia española, que es a su vez el mayor indicador de su baja calidad democrática, es precisamente esta dictadura mediática que incluso el New York Times ha señalado."           (Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 19 de noviembre de 2015, en www.vnavarro.org, 19/11/15)

"(...) El New York Times también arremete contra el Gobierno de Mariano Rajoy como causante del deterioro de los medios en España, acusando al Partido Popular de actuar agresivamente contra la crítica pública y de ejercer opresión contra la libertad de prensa, apuntando directamente a la “Ley Mordaza”, que impone severas multas contra las protestas ciudadanas y penaliza la grabación en vídeo de las actuaciones policiales.  (...)

Sin embargo, según el diario, son las presiones menos evidentes las que han incrementado la preocupación sobre la libertad de expresión en España. “Muchos en el sector señalan que la formidable combinación del Gobierno y de las presiones financieras han anulado su capacidad para cubrir noticias en las que se da un conflicto de intereses con las grades empresas y los políticos, en un momento en el que se multiplican los escándalos financieros y políticos que han surgido a raíz de la crisis de la deuda española”.

El artículo, escrito por el periodista Rapahel Minder, recoge los testimonios de diversos profesionales de la información y ejemplos de casos en los que esta manipulación se ha dado en los medios de prensa españoles, destacando también el caso de RTVE y las denuncias de sus propios trabajadores sobre el control del Gobierno en la programación de los informativos del ente público, mencionando el cambio de ley introducido por el Ejecutivo de Mariano Rajoy en 2012, “sin el consentimiento del resto de partidos”, para designar a los directivos de RTVE favorables al Partido Popular. (...)

Como ejemplos del control político y la censura en RTVE, el New York Times incluye la ausencia de noticias sobre el conflicto de intereses entre el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y los contratos públicos a una empresa de su propiedad, o los múltiples casos de corrupción por los que el ente ha pasado de puntillas.

En este sentido, el New York Times también disecciona al diario El País, recogiendo las denuncias de los periodistas del periódico español sobre la eliminación o modificación de artículos en su web, como los que hacían referencia a Qatar en un momento en el que el grupo Prisa negociaba con una empresa qatarí para que invirtiera en su grupo empresarial. O también artículos críticos con Telefónica, incluida en el grupo Prisa, que fueron alterados en la publicación del diario, motivo por el cual dos periodistas de su redacción decidieron dimitir recientemente.  (...)"             (Postdigital, 15/11/15)


"Sobre la imagen del periodismo español.

 El “incidente” generado a partir del artículo del New York Times titulado Spain’s news media are squeezed by Government and debt y la posterior reacción en tres fases de El País primero despidiendo fulminantemente a uno de sus más renombrados colaboradores, después publicando un artículo en modo pataleo (pdf) pretendiendo patéticamente desacreditar al New York Times, y finalmente forzando a la AEDE a publicar una nota de protesta (pdf) como “defendiendo el mancillado honor de sus miembros” me pilló fuera de España y pendiente de otros temas, pero no quería dejar de comentarla, al menos por lo que modestamente pueda aportar la opinión, la experiencia el pensamiento de un profesor que lleva muchos años estudiando la transición de los periódicos, y en particular de los españoles, desde el papel a la pantalla.

No, la situación no es la que pinta el New York Times. Es todavía peor. Estamos hablando, sin duda, del mayor deterioro de la calidad democrática en España en toda la historia de su democracia. Todas y cada una de las afirmaciones que se hacen en el artículo del New York Times son rigurosamente ciertas:

España es un país donde un gobierno completamente obsesionado con el control de la prensa se dedica, sin ningún tipo de problemas, a ajusticiar directores de medios, a relevarlos de sus funciones y sustituirlos en cuestión de pocas horas y sin resistencia alguna (impresionantes las declaraciones de Pablo Casado citadas en el artículo… “no veo ningún problema con la prensa en España”, dice… ¿es posible mayor y más sangrante nivel de hipocresía???), a llamar a consultas a los responsables de los medios para revisar puntualmente qué temas cubren y cómo los cubren, y a crear una interlocución permanente entre los directores y la vicepresidencia del gobierno para generar un clima de permanente control y de “aquí nada se mueve si no lo muevo yo”.

La situación es completamente asfixiante, y llevo tiempo escribiendo sobre ella. El gobierno no solo corta la cabeza a los tres directores de tres de los medios más importantes (La Vanguardia, El País y El Mundo) en un brevísimo lapso de tiempo y sin preocuparse lo más mínimo ni siquiera por la estética (en poco más de un mes, Marius Carol sustituye a José Antich en La Vanguardia, Pedro J. Ramírez es defenestrado de forma sumaria y se nombra a Casimiro García-Abadillo en El Mundo, y Antonio Caño sustituye a Javier Moreno en El País), sino que además, la cobertura de los escándalos de corrupción y de las noticias que motivaron su cese desaparece de manera inmediata con ellos.

Una vez cercenadas las cabezas de los directores díscolos, los medios afectados dejan de cubrir las noticias críticas con el gobierno que motivaron su cese, siguiendo una relación causal completamente imposible de negar.

 A partir de esa situación, los medios entran en un escenario de compadreo constante con la vicepresidencia del gobierno: pasan a ser “llamados a consultas” de manera habitual, a recibir llamadas habituales impidiendo la difusión de determinadas noticias y solicitando la cobertura de otras, y se convierten en lo más alejado que pueda conocerse de una prensa libre.

Aquellos medios que por su línea editorial ya estaban próximos a la ideología gubernamental se ven favorecidos en la adjudicación de publicidad institucional, que también se usa como forma de remunerar los “favores” realizados por otros. 
En el entramado de relaciones mediáticas, podemos ver casos tan patéticos como el de La Razón, un diario con una línea editorial tan claramente marcada que parece directamente una gaceta de partido, que recibe amplísima cobertura y destacados en los informativos de las televisiones pese a que su difusión y relevancia real es ínfima, por debajo de muchos otros medios que no obtienen dicho privilegiado posicionamiento.  (...)

La situación, en realidad, proviene directamente de la personalidad de Mariano Rajoy, con quien tuve la oportunidad de hablar antes de que se convirtiese en presidente, y que se mostró en aquella conversación como una persona prácticamente obsesionada con lo que los medios decían de él y la cobertura que daban a sus acciones y declaraciones… pero que restringía claramente el concepto de “medios” a aquellos que estaban impresos en papel.

Una persona claramente desactualizada, que no habla idiomas ni utiliza jamás un ordenador, y que, consecuentemente, se informa únicamente a través de medios clásicos: prensa de papel, radio y televisión. Los medios online, además de estar completamente excluidos del reparto de una publicidad institucional utilizada claramente como “pago de favores”, deben ser ignorados y ninguneados a toda costa, privados de cualquier posible eco en los medios convencionales, o incluso amenazados con demandas o puestos bajo la atenta mirada de una ley mordaza destinada, entre otras cosas, a ponerlos bajo control tanto a ellos como a esas díscolas redes sociales que se empeñan en destacar lo que, según el gobierno, no debe ser destacado ni destacable.

Después está el asunto corporativo. Nunca, en ya bastantes años de colaboración con medios, he vivido tantas situaciones de censura de una columna como en los últimos años. Mi situación es, obviamente, privilegiada: no necesito escribir para vivir, escribo porque me gusta, a medios que generalmente han solicitado mi colaboración o, al menos de forma general, parecen valorarla.

 Eso me permite escribir sin cortapisas, expresas mi opinión de maneras que, posiblemente, muchos no pueden plantearse, y soy consciente de que mis columnas, en ocasiones, pueden ser incómodas. Sin embargo, no había tenido habitualmente más que alguna situación de censura, meramente anecdótica, o incluso alguna en la que posiblemente yo mismo había sobrepasado la línea con un tono impropio.

 Hasta que, durante los últimos años, me he ido empezando a encontrar más situaciones de este tipo, y lo que es peor, situaciones de censura combinadas con amenazas veladas de represalias – no hacia mí, sino hacia, por ejemplo, la empresa en la que trabajo – si reaccionaba a esa censura de la forma que me parecía apropiada, que era publicando la columna censurada en mi página con la información añadida de que había sido censurada. Y me consta, porque estoy en el mundo, leo y hablo con otras personas que se dedican a estos temas, que mi caso no es en absoluto aislado.

Es algo general. La influencia que determinadas empresas tienen ahora sobre algunos medios es ilimitada, infinita, y llega hasta los últimos detalles: esas empresas, generalmente con abultados presupuestos publicitarios, de las que no escuchamos hablar prácticamente nunca, que nunca son noticia, o que si llegan a serlo, son capaces de silenciar la cobertura para que las noticias pasen prácticamente de puntillas.

Lo que empezó siendo algo característico de tan solo dos o tres compañías, ahora se ha generalizado, y son muchas las que juegan a ese juego de la llamada, de la presión, o incluso de la velada amenaza. Preocupante. Muy preocupante.

Esa es la situación. Y no soy el único que lo dice. Si alguien quiere informarse de verdad de lo que ocurre en España, que no opte por medios con edición en papel: salvo escasísimas excepciones, son medios controlados, que no informarán de nada que le resulte incómodo al gobierno o a algunas empresas.

 La AEDE, esa asociación que solo incluye determinados medios pero que rechaza a todos los demás con la excusa que les venga en gana en cada momento, es una asociación que ha conseguido el dudosísimo honor de sentarse a negociar con un gobierno para vender connivencia a cambio de que presionen a Google para que les pague. Así de alucinante, así de increíble… así de triste.

 España es la única democracia con cierta madurez en la que Google News ha tenido que irse, porque una asociación de medios había forzado a un gobierno a arrinconar a Google hasta que no tuviese más opción que cerrarla, y que se había encontrado con un gobierno tan irresponsable como para poner semejante barbaridad encima de la mesa a cambio de una cobertura benigna.

Suena increíble, algo difícil de aceptar o de procesar en el caso de una democracia consolidada. Leída rápidamente, no parece que refleje la realidad de mi país, y sí la fantasía de alguien con algún tipo de interés por transmitir una imagen sesgada. Pero lamentablemente, no es así.

Si algo ha hecho el gobierno actual es deteriorar la calidad democrática hasta el límite de lo aceptable, y una de las consecuencias más palpables de ello, una de las industrias en la que más se nota, es la prensa. Si quieres saber lo que pasa en España, no leas medios de AEDE. Lee otras cosas. Porque el artículo del New York Times, por mucho que lloriquee El País o pretenda defender AEDE… tiene TODA la maldita razón."                  (Enrique Dans, 17/11/15)