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16/2/16

Políticos, artistas e intelectuales apoyan a ‘El Jueves’ frente a las presiones israelíes. La historia de siempre, se intenta rentabilizar el holocausto para justificar todo tipo de tropelías coloniales del Gobierno de Israel

 

"El pasado miércoles, como cada semana, la revista satírica El Jueves llegó a los kioskos. Entre sus páginas, más concretamente en una sección llamada Desechos Históricos, aparecían unas viñetas sobre el Estado de Israel y su relación con el pueblo palestino.

 Tras la publicación, el periódico israelí The Jerusalem Post se hizo eco de los dibujos anunciando además la indignación en la comunidad judía española que iba a suponer tomar medidas legales contra la publicación.

 Entre otros aspectos, consideran que tienen componentes de antisemitismo. Desde la revista, aunque aún no han recibido formalmente ninguna notificación legal al respecto, han comenzado a defenderse. 

Por ello, se ha lanzado un manifiesto de apoyo con firmas de personas del mundo de la política, el periodismo o la cultura “en defensa de la libertad de expresión” y denunciando lo que entienden como “las presiones del lobby sionista hacia la revista por criticar al Gobierno israelí”.

 Así lo explica a cuartopoder.es el periodista Pascual Serrano, miembro del Consejo Editorial de la revista y asesor de la misma en temas de actualidad. El autor de las viñetas es Julio A. Serrano, que firma como Don Julio. Entre los firmantes, casi 300, destacan políticos como el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, el diputado de IU Alberto Garzón, el eurodiputado de Podemos Miguel Urbán, los de IU Javier Couso y Marina Albiol o el ex-diputado de las CUP David Fernández. Firman también, entre otras personas, las escritoras Maruja Torres y Rosa Regás, el actor Alberto San Juan, el cantautor cubano Silvio Rodríguez, el cantante vasco Fermín Muguruza, el filósofo Santiago Alba Rico o decenas de dibujantes como Albert Monteys, Pedro Vera y Miguel Brieva.

En el manifiesto, que se ha presentado hoy lunes junto con las firmas, se condena “la tentativa de criminalizar la libertad de expresión”, se defiende “el derecho de El Jueves a satirizar en todas direcciones” y además se exige a Israel “el cumplimiento de la legalidad internacional y el fin de la ocupación de Palestina”.

 “Los abajo firmantes queremos denunciar por nuestra parte la tentativa de los grupos de presión israelíes en España de identificar el Estado de Israel con la defensa de la religión judía y del conjunto de los judíos del mundo, queremos solidarizarnos con el autor de las viñetas y con los editores de El Jueves, que se han servido de la sátira para criticar precisamente esa identificación fraudulenta, y queremos exigir respeto a la libertad de expresión en nuestro país”, señala el texto.

Recuerdan también la defensa que se hizo de las viñetas del Charlie-Hebdo ante “las reacciones liberticidas de algunos musulmanes”. “No podemos consentir que se limite el derecho a satirizar el comportamiento de un Estado que se reclama fundamentado en la fe religiosa, que no tiene constitución y que promueve la exclusión de los no-judíos a través de leyes que seleccionan el acceso a la ciudadanía y a los derechos a ella asociados con criterio religioso: es el caso, por ejemplo, de la Ley del Retorno o de la Ley del Ausente”, afirman al respecto.

 “La pretensión de criminalizar las críticas a Israel -incluso cuando proceden de judíos antisionistas- como manifestaciones de antisemitismo (con el horror que esta palabra justamente evoca en la opinión pública) no sólo es moralmente abyecta sino que hace más necesarias y legítimas denuncias valientes como las que ha publicado El Jueves. Israel es criticable; la sátira, además, nunca debe ser censurada, perseguida o castigada”, añade el texto.
La Red Internacional Judía Antisionista firma el manifiesto, así como varios profesores universitarios expertos en el mundo árabe. También aparecen las firmas en el manifiesto de distintas organizaciones de apoyo a la causa palestina como la Plataforma de Solidaridad con Palestina o Rumbo a Gaza entre otras. 

Otras organizaciones sociales o políticas como Ecologistas en Acción, Paz con Dignidad, Asociación ProDerechos Humanos de Andalucía, Anticapitalistas o UJCE también han mostrado su apoyo.

“Demasiadas veces se presenta a Israel como la democracia de Oriente Medio y las viñetas lo que cuentan en clave de humor es que es un Estado teocrático basado en un principio religioso y por tanto incompatible con la democracia”, señala Serrano.

 En los dibujos aparecen, entre otras viñetas, una en la que un soldado israelí orina en la cara de un palestino. “¡¡Tú no lo entiendes, palestino!! Mis abuelos estuvieron en un campo de concentración”, señala el soldado en el dibujo. “¡¡Pero oiga!! ¿Y qué culpa tengo yo?”, contesta el palestino. 

También aparece una referencia a la Torá, el libro sagrado judío. “Y aquí está la considerada primera Constitución de Israel, guardada con celo en el museo de Israel: una Torá forrada con la piel de mis santos cojones”señala un rabino en el dibujo.

“En mi opinión es la historia de siempre, se intenta rentabilizar el holocausto para justificar todo tipo de tropelías del Gobierno de Israel. En las viñetas tuvimos mucha precaución al hablar del holocausto para reconocer ese genocidio y tragedia pero al mismo tiempo dejar claro que eso no justifica dejar a palestinos sin tierra o expulsarlos de sus casas e impedirles tener derechos ciudadanos”, afirma el asesor de la revista.

Las viñetas, según explica Serrano, se basan en investigaciones periodísticas tanto suyas como sacadas de libros de otros expertos en Oriente Medio. “Todo está perfectamente documentado. 

No existe ninguna motivación religiosa ni mucho menos antisemita sino que simplemente hay elementos de crítica al Gobierno de Israel por su comportamiento, represión, vulneración de la legislación internacional y contra los DDHH en los territorios ocupados”, afirma. David Hatchwell, portavoz de la comunidad judía en España anunció el jueves las medidas legales en el periódico israelí. 

Señaló que la representación que hace de los judíos podría ser tomada de la publicación nazi Der Stürmer y nadie notaría la diferencia. “Es absolutamente indignante”, dijo en referencia a las viñetas."          (MIGUEL MUñOZ , Cuarto Poder,

Firmo por la libertad de expresión y en solidaridad con ‘El Jueves’ y el ‘lobby’ judío me amenaza.

 “No sabía que fueras antisemita, me has dejado de piedra”, “Yo soy judía. Estáis llenos de prejuicios. Nos vamos a querellar”, “vaya sarta de nazis postmodernos”, “pasito a paso y después al Tribunal de la Haya”.

Y la guinda: “Os vais a acordar de la firma para toda la vida”. Estas son algunas de las frases que me ha dedicado una activa miembro del lobby judío por haber estampado mi firma en el Manifiesto en Solidaridad con El Jueves. Sí a la Libertad de Expresión. No a la discriminación religiosa y política. No a la ocupación de Palestina.
 
El Manifiesto que firmé -lo podéis consultar aquí– denuncia precisamente al lobby judío que amenaza a El Jueves por criticar el abuso del gobierno de Israel y la ocupación de Palestina. Pero además, condena la tentativa de criminalizar la libertad de expresión, defiende el derecho de El Jueves a satirizar en todas direcciones y exige de paso a Israel el cumplimiento de la legalidad internacional y el fin de la ocupación de Palestina.


Las frases que se me han hecho llegar, a través del móvil, van en la línea de las declaraciones realizadas por el Presidente de la comunidad judía en España, David Hatchwell, quien señala que se trata de una acción -la de El Jueves- “totalmente indignante” y promete “buscar medidas legales”.

Hatchwell y la activa miembro del lobby judío coinciden en señalar que los dibujos “tienen componentes de antisemitismo comunes a los que los nazis describían a los judíos: con las narices picudas y con los dientes como un vampiro y esto supone pasar una serie de extremos que ya no lo hacen aceptable”.

Acostumbrados a tener carta blanca legal, porque Israel no tiene Constitución, buscan aquí cobijo legal cuando ellos son los primeros que violan las leyes. No solamente amenazan a una revista satírica, sino al autor de los dibujos, y ahora van a por los firmantes de un Manifiesto de solidaridad y en favor de la libertad de expresión. El mundo al revés.

Y no se andan con chiquitas. No sólo te amenazan con ponerte una querella sino que como “nazis postmodernos” nos advierten: “Os vais a acordar de la firma para toda la vida”.

Los grupos de presión israelíes y sus acólitos en España están empeñados en pretender identificar al Estado de Israel con la defensa de la religión judía. Pero ellos deben saber que no se puede poner límites a satirizar el comportamiento de un Estado, sea cual sea ese Estado.

Cuando aquí amenazan con querellas, frases y declaraciones lo hacen con el firme convencimiento que su sistema les da autoridad para putear a la gente, como lo hacen cada día con la gente no judía que vive en Israel.

A Israel, al Señor Hatchwell y a todos los que integran el lobby judío hay que decirles muy claro y alto que no aceptamos, no acepto, la exclusión de personas como hacéis vosotros con los no-judíos “a través de leyes que seleccionan el acceso a la ciudadanía y a los derechos a ella asociados con criterio religioso: es el caso, por ejemplo, de la Ley del Retorno o de la Ley del Ausente”.

Termino con una frase del Manifiesto. “La pretensión de criminalizar las críticas a Israel -incluso cuando proceden de judíos antisionistas- como manifestaciones de antisemitismo (con el horror que esta palabra justamente evoca en la opinión pública) no sólo es moralmente abyecta sino que hace más necesarias y legítimas denuncias valientes como las que ha publicado El Jueves. Israel es criticable; la sátira, además, nunca debe ser censurada, perseguida o castigada”.

Ah y una mención a los que les gusta atizar la confrontación, a los fundamentalistas del látigo y a los que animan a que nos echen a la hoguera. Con vuestras amenazas y arengas no vais a achantarnos en la defensa de la libertad de expresión. No nos vais a achantar en la defensa de una democracia participativa, horizontal y en donde se respeten los derechos humanos.

Algunos llevamos ya más de 40 años defendiendo los derechos humanos, los derechos de las de abajo, los derechos de las personas inmigrantes, los derechos de los pueblos sin estado y los derechos de los pueblos con estado. Sabemos cuando el fascismo apunta. Sabemos cuando el racismo aflora.

 Hoy más que nunca es necesario levantar una Europa inclusiva. Una Europa que frene al fascismo, al racismo y a la xenofobia. Una Europa que haga frente a Estados que masacran a pueblos enteros por décadas. Una ciudadanía que desenmascare a estos tenebrosos lobbies que pretenden extender a Europa su macabro accionar en Israel.

Tenemos la oportunidad de dar el primer paso. Este fin de semana se va a celebrar las Jornadas Internacionales por Un Plan B para Europa. Vamos a juntarnos para comenzar a construir un espacio de convergencia europea contra la austeridad y para la construcción de una verdadera democracia. Porque no nos engañemos. A los que amenazan con querellas, frases y declaraciones les da miedo la democracia."            ( Pepe Mejía es periodista y activista social. Cuarto Poder, 17/02/16)

29/11/12

¿Descapitalización intelectual de la redacción? ¿Ajuste de cuentas político? En El País

"¿Esto puede implicar, como también se afirma (incluso por periodistas que siguen en plantilla), el fin de El País? ¿Por qué?

Aplicando cierta lógica, lo cierto es que si una empresa despide a un tercio de sus trabajadores, como es el caso, parece difícil que esa empresa pueda mantener los estándares de calidad de su “producto” –entrecomillo “producto” porque así es como el actual director de El País, Javier Moreno, llama al periódico- o una idéntica generación de plusvalía sino deprecia lo fabricado. 

Además también ha habido una descapitalización intelectual de la redacción y algún ajuste de cuentas político. 

¿Descapitalización intelectual de la redacción? ¿Ajuste de cuentas político? Nos das algún detalle por favor.

Una empresa periodística como El País posee características peculiares que, para bien y para mal, la diferencian de otras empresas –periodísticas y no. La plantilla de un diario es de alguna forma, además de un colectivo de trabajadores, una especie de intelectual colectivo. Si un tercio de esa plantilla es despedida, ese intelectual colectivo no volverá a ser el mismo. 

Sobre el ajuste de cuentas político, un ejemplo: una de las últimas grandes informaciones exclusivas destapadas por El País fue la de las dietas cobradas por Carlos Dívar, el presidente del Consejo General del Poder Judicial. Es sabida la cercanía de este individuo al Opus Dei, como es sabida la cercanía al Opus Dei de algún miembro de la alta dirección de Prisa o del presidente de La Caixa, Isidre Fainé –esta entidad se encuentra entre los principales acreedores del entramado empresarial al que pertenece El País

Pues bien, el periodista que reveló la corrupción de Dívar, José Yoldi, y que además ha llegado a denunciar en sus magníficos artículos de los lunes las torturas policiales en el Estado español y las repetidas condenas de la justicia europea por ello, ha sido despedido. Puede ser una casualidad. No lo sabemos. 

No parece que sea casualidad. Sus crónicas sobre el caso Urdangarin-Torres-Cristina de Borbón también eran excelentes. Juan Luis Cebrián, el actual presidente del grupo Prisa, dicen –creo que lo dice él mismo- que se embolsó por ese cargo, en 2011, unos 13 millones de euros? ¿Es el caso?

Como presidente del grupo Prisa, puesto al que ha sido aupado tras la entrada en el capital del entramado del fondo buitre Liberty, su salario es de cuatro millones de euros. Pero el año pasado se ha embolsado nueve millones más en concepto de lo que llaman “bonus”.

¿Cómo casan ese sueldazo estratosférico y estos despidos con mano de hierro y corazón congelado? Si mis cálculos no me fallan, a un “coste total” por trabajador de 50 mil euros, la empresa de El País podía contratar a 240 trabajadores (los despedidos más unos 100 más) con 12 millones. A Cebrián le quedarían 1 millón de euros anuales. No parece que con ese millón de euros pudiese morirse de hambre.

Los trabajadores suponemos que, además de responder a la lógica salarial dominante en la etapa actual del capitalismo, los emolumentos de Cebrián se deben a su nueva función de verdugo laboral. Vamos, que la nueva propiedad de El País le paga todo eso para que, en su neolengua, “abarate la estructura de costes del periódico”.

 Traducido, para que consume una carnicería que, en nuestra opinión, solo está comenzando, ya que habrá nuevas bajas, seguro. Todo ello en una empresa, la editora del diario, que no ha conocido pérdidas en ninguno de sus 36 años de historia y que, si lo va a hacer este año, se debe paradójicamente al dinero gastado en las indemnizaciones de los despedidos. 

Se ha hablado también que un día antes de la presentación del ERE, don Cebrián se reunió con Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo. ¿Es así? ¿De qué hablaron si llegaron a reunirse?

No sé si exactamente un día antes, pero sí en esas fechas. Y no es la primera vez: durante la negociación del último convenio, pactado finalmente en noviembre de 2011 por empresa y comité con un respaldo mayoritario de la plantilla y que supuso una rebaja salarial del 13%, ya lo habían hecho.

 Lo que sospechamos los trabajadores, y tenemos indicios fiables de ello, es que Cebrián promete “buen trato” mediático a estas dos centrales sindicales –que, añade Cebrián, solo cuentan con El País como altavoz medianamente imparcial- siempre y cuando no armen demasiado follón en los conflictos laborales del grupo Prisa. 

Que, por cierto, no ocurren únicamente en El País, sino también en otras empresas de la misma propiedad. Porque la estrategia laboral inducida por Liberty afecta a todas y los tambores de guerra suenan ahora en la Cadena Ser. (...)

Dicen que se llegó a amenazar a algunos periodistas del diario, a algunas de las firmas “destacadas”.

En las primeras semanas de la negociación del ERE –la ley la restringe a un mes-, entre las medidas de presión aprobadas por la asamblea de trabajadores del diario, en la que participaban más de un 80% de la plantilla, acordamos retirar las firmas de todas las informaciones elaboradas por la plantilla –es decir, sin contar a los colaboradores, cuyo estatus los deja completamente desprotegidos frente a las frecuentes arbitrariedades del director Javier Moreno. 

Pues bien, Moreno decidió utilizar el miedo y las amenazas para instar a determinados periodistas a reconsiderar su decisión –que nosotros amparamos en la deontología periodística y en el Libro de Estilo de El País. Por esas amenazas, el comité ha denunciado al director ante los tribunales.

 Y el 76% de los trabajadores de la redacción exigieron su dimisión. Por supuesto, se negó a ella con el argumento de que él responde ante la empresa, no ante los trabajadores ni ante los lectores –lo que contrasta con la argumentación pública de la dirección, con ese pomposo y cínicamente falso “El País es de los lectores”. 

¿Y cuál es la situación de la denuncia?

Ahora mismo la desconozco.

Se han citado unas palabras de un ex director del diario: el despido de 149 trabajadores hará imposible mantener “los estándares de calidad del periódico”. ¿Será así? ¿Quién es ese ex director?

Sí, así lo comentó Joaquín Estefanía en una reunión del comité de dirección del diario, ante el monumental y desabrido enfado de Cebrián. Estefanía, ahora director de la escuela de periodismo de El País, añadió, además, que la plantilla no podrá superar el “desgarro moral” que supone el despido de un tercio de la plantilla y el enconado conflicto laboral que supone. O que ha supuesto. (...)

¿Cómo se ha llegado a esta situación? ¿Por qué está en crisis El País? ¿Tan mal lo han hecho? ¿No era, con diferencia, el diario más leído y vendido del país?

El origen último, siempre que hablemos en los propios términos de la empresa, se encuentra en la enorme deuda que arrastra el grupo Prisa. Producto, sobre todo, de las erróneas, disparatadas, decisiones de un periodista liberal de derechas como Juan Luis Cebrián metido a alto ejecutivo durante los años noventa. 

Pero la excusa, o la torticera argumentación, utilizada por la empresa en la mesa de negociación apunta a la incapacidad de mantener los márgenes de beneficio –la tasa de ganancia decreciente- en el actual contexto. La crisis del neoliberalismo en Occidente ha afectado a la publicidad, principal soporte económico de El País, y a esto se le añade la estrategia atolondrada del periódico en Internet. 

Con todo, insisto, el periódico gana dinero, al contrario que sus homólogos europeos y españoles. Antes de todo esto –en 2005, si no recuerdo mal-, sin embargo, el grupo colocó a Javier Moreno en la dirección. Este periodista, situado ideológicamente a la derecha y con un papanatismo absoluto por los Estados Unidos –como se puede observar en la cada día más lamentable, si cabe, sección de Internacional del periódico-, venía de ejecutar órdenes del grupo en el diario económico Cinco Días: despedir a más de 30 periodistas. 

Se rumorea que la estrategia para El País es reducirlo a una redacción de cien trabajadores, donde convivan unas cuantas estrellas –los llaman así- junto a una mayoría de trabajadores mal pagados. Todo ello en un contexto donde no existirá ya el periódico en papel. Moreno es el capataz apropiado –derechista, obediente, sin escrúpulos- para realizar esta reforma. Más tarde, en 2010, la entrada del fondo buitre Liberty puso la guinda y aceleró el proceso. (...)

Cito un artículo de Pere Rusiñol. “La caída de 'El País' no es una catástrofe natural, sino un ejemplo de libro de cómo una mala gestión puede arruinar incluso a la institución periodística más sólida que ha tenido nunca España. Internet y el supuesto cambio de paradigma son sólo actores muy secundarios del drama”. ¿Te parece correcta esta aproximación? ¿La situación de El País es también un caso del capitalismo de casino en que hemos estado envueltos?

Ese artículo de Rusiñol, que trabajó en El País hasta que se hartó de su deriva (aún más) derechista, fue una de las aproximaciones más informadas y lúcidas –junto a varios reportajes publicados por la revista mensual de humor y periodismo de investigación Mongolia- al contexto del conflicto desencadenado en El País. 

Efectivamente, la entrada en 2010 del fondo buitre Liberty en el accionarado de Prisa –creo que fórmula usada no fue exactamente a través de las acciones, pero sí ha desembocado en el control del grupo- aceleró un proceso que había comenzado dos años antes con el despedazamiento de la empresa original editora de El País.

 Lo curioso, sintomático e ilustrativo de todo esto es que sea Juan Luis Cebrián, personaje clave de la Transición, académico de la lengua (¿!, en esto consiste la Real Academia Española) y presunto novelista, quien se presta como pistolero del capitalismo de casino. A cambio de 13 millones de euros, eso sí, y justo es recordarlo. (...)

¿Es cierto que “la expansión” de Prisa llegó a generar una deuda de 5.000 millones de euros (equivalente a la que suman todos los clubes de fútbol españoles)? ¿Dónde invirtieron, por qué aventuras suicidas apostaron?

Desconozco la historia con detalle, pero se puede consultar en casi cualquier hemeroteca (no en la de El País). El origen, creo recordar, se encuentra en la guerra de las plataformas digitales y los derechos sobre la retransmisión de fútbol. Todas esas operaciones las dirigió el propio Cebrián.

¿Qué papel ha jugado en la situación el polémico financiero Nicolas Berggruen que, según creo, se ofreció para el rescate? 
 
Pues este personaje, se dice que cercano a la extrema izquierda en su juventud pero vástago de una familia de la alta burguesía centroeuropea, es el propietario último de Liberty, el fondo buitre del que hemos hablado a lo largo de la entrevista. 

Además, tiene ínfulas de filántropo y contrata, a menudo, a personajes de la socialdemocracia realmente existente para sus jornadas de debate: Felipe González, Tony Blair, Gerard Schroeder…

¿Quiénes son actualmente los principales accionistas de El País? ¿La familia Polanco ha quedado desplazada? ¿Cebrián es uno de los grandes amos del cotarro?

Efectivamente, la familia Polanco ya no pincha ni corta. Cebrián es el encargado, digitalmente señalado por Berggruen, de trabajar para aumentar los márgenes de beneficio de Liberty en esta operación buitre sobre El País.

 La complejísima composición última de la propiedad del diario y sus dependencias aparece perfectamente diagramada en el penúltimo Mongolia: allí, además, constan los hilos que, en la actualidad, unen al periódico con La Caixa, Botín y el Opus. Siento no poder aportar más datos.

Maruja Torres, en el acto de inauguración del curso académico de la Facultad de Comunicación de la UAB que se celebró el 9 de octubre de este mismo año, llamó a Juan Luis Cebrián “cateto” y “pijo rencoroso sin conciencia”. ¿Exageró la periodista barcelonesa? Prosiguió: “quería ser un tiburón de Wall Street pero era una sardinita”. ¿En eso ha acabado?

Para nosotros, los trabajadores que lo padecimos –los compañeros del comité de empresa incluso directamente-, Maruja Torres no exagera nada de nada. Y todo a apunta a que sí, a que su proyecto de tiburón no deja de naufragar, a decir de sus numerosos fracasos empresariales. (...)

Una huelga que convocó el comité de El País durante tres días la primea semana de noviembre no consiguió paralizar el diario. ¿Por qué? Tampoco el día de la huelga general, el 14N.

Con el actual funcionamiento y estructura laboral de un periódico, la única manera de impedir que salga a la calle es con una huelga indefinida. Porque durante los tres días en la que nosotros la hicimos, solo los jefes de El País –los que no están sujetos a convenio- son capaces de rellenar de letra las páginas del periódico.

 Eso sí, si alguien se paró a leer los ejemplares de esos días, se daría cuenta de que no fue más que un acto de esquirolaje en el que participaron, por ejemplo, firmas tan insignes y progresistas como Juan José Millás o Juan Cruz. 

¿En serio? ¿Juan Cruz y Juan José Millás? ¿No eran de izquierdas?

De Juan Cruz ya teníamos nuestras dudas de que no, de que en realidad no es más que un adosado al poder de derecha liberal de El País. Pero lo de Juan José Millás sí que ha resultado una gran decepción para los trabajadores del diario y para muchos lectores del mismo. Ya nunca volveremos a leer sus columnas contra el Gobierno de Rajoy con los mismos ojos."               (Salvador López Arnal, Rebelión, 26/11/2912)

4/11/10

Una profesión: reventar a escala mundial los mayores secretos oficiales... ¿la de periodista en red?

"P. Alan Rusbridger, director de The Guardian, nos decía hace unos días con ironía que los medios tradicionales han abandonado el periodismo de investigación porque es caro y no muy sexy. ¿Está de acuerdo?

R. Sí, lo han abandonado casi por completo, es cierto. El peaje que pagas es caro: te crea enemigos, genera gastos en prevenir ataques judiciales, y se producen ofensivas contra los intereses de los editores. Yo creo que los lectores sí demandan periodismo de investigación, pero el coste por palabra en relación con otras formas de periodismo es alto, especialmente, el periodismo subvencionado por intereses especiales.

P. ¿Pero cree que la mayor parte de los grandes medios de comunicación occidentales están subvencionados por intereses especiales?

R. Eso no es exactamente lo que yo quería decir. Ese también es un factor. Yo me refería a los miles de millones de dólares que el Ejército de EE UU gasta al año en su comunicación de asuntos oficiales para producir contenido tutelado como vídeos, fotos y notas de prensa que al final son historias gratis para que los periodistas les pongan la firma. Y similares contenidos tutelados producidos por empresas y Gobiernos. En ese sentido, los periódicos y las televisiones se convierten en seleccionadores de contenidos tutelados.

P. ¿Cree usted que esto va a cambiar? ¿Cree que la revolución digital e iniciativas como Wikileaks traerán periodismo independiente?

R. Podemos ir en las dos direcciones. Puede que lleguemos a un sistema en que haya una mayor fiscalización y acuerdos internacionales para suprimir la libertad de prensa o puede que vayamos a un nuevo estándar en que la gente espere y demande material que exponga más a los poderes; y un entorno comercial en que este tipo de exposición sea rentable; y un entorno legal en que esto esté protegido.

P. ¿Es usted optimista al respecto?

R. Estamos en el cruce de caminos entre esos dos futuros. Por eso es tan importante y tan interesante estar involucrado en esto. Con nuestras acciones de ahora determinamos el destino del entorno mediático internacional de los próximos años. (...)

P. ¿Y qué ha visto?

R. No sé si es posible comunicar lo que he aprendido. Hay dos cosas que me vienen a la mente. La primera, la muerte a escala mundial de la sociedad civil. Rápidos flujos financieros, por transferencias electrónicas de fondos que se mueven más rápido que la sanción política o moral, destrozando la sociedad civil a lo ancho del mundo. El poder económico permite a oportunistas en cualquier sociedad conectada al sistema financiero global extraer riqueza robada con un comportamiento inmoral para llevarla a destinos lejanos o a oscuros y opacos vehículos financieros difíciles de atrapar. En este sentido, la sociedad civil está muerta, ya no existe, y hay una amplia clase de gente que lo sabe y está aprovechando que saben que está muerta para acumular riqueza y poder.

P. ¿Cómo...?

R. Y la segunda cosa que he visto, que opera en combinación y en oposición a esta, es que hay un enorme y creciente Estado de seguridad oculto que se está extendiendo por el mundo, principalmente basado en Estados Unidos. Cualquier Estado, si quiere sobrevivir, tiene que inscribirse con uno de los tres proveedores de inteligencia y sistemas armados. Los proveedores son el Imperio occidental, Rusia, antiguo Imperio soviético, y China, que aún no es un imperio, pero empieza a moverse en esa dirección. El Estado de seguridad oculto que se está extendiendo por el Imperio occidental tiene su centro de gravedad en Estados Unidos, pero es una red de tutelaje que existe en todos los países occidentales y conecta a todos los países occidentales. En EE UU, a pesar del colapso financiero, su poder económico ha crecido: su porción de recursos económicos ha crecido entre 250% y 300% desde los noventa. Para dar un ejemplo concreto, y en este caso cito a Dana Priest -dos veces ganadora del Pulitzer-, de The Washington Post, hay 817.000 personas trabajando en labores de seguridad top secret.

P. ¿Y esas estructuras velan fundamentalmente por salvar al capitalismo?

R. Las grandes corporaciones han penetrado tanto ese Estado de seguridad opaco y el sistema político que se están llevando todo el valor añadido por los contribuyentes.

Assange afirma que en Estados Unidos hay ahora una tensión entre el sistema nacional de seguridad paralelo y lo que denomina anarcocapitalismo, es decir, las grandes empresas. Compara el Estado de seguridad paralelo norteamericano con el que construyó Putin para dominar a los oligarcas.

Para terminar, Assange, que no deja títere sin cabeza, reserva su traca final para los complacientes medios de comunicación. "Los medios de comunicación internacionales son un desastre. Estamos en una buena posición para verlo porque nos llega material política e históricamente significativo, lo liberamos, y vemos cuántos medios se hacen eco y con qué rigor. Podemos ver también los esfuerzos para suprimir la información que damos. Mi conclusión es que el entorno de los medios internacionales es tan malo y tan distorsionador que nos iría mejor si no hubiera ningún medio, ninguno". (El Pais, Domingo, 24/10/2010, p. 2/5)

27/10/10

La trama de financiación ilegal de Convergència no es portada para los principales medios catalanes


"La confirmación ante el juez, por parte de los peritos de Hacienda, de la relación directa entre las donaciones de Ferrovial al Palacio de la Música -constructora beneficiada con adjudicaciones de obras públicas con CiU en el Gobierno autonómico- y diversos pagos de la institución a empresas y fundaciones vinculadas a Convergència en concepto de comisiones, no es notica de portada para los dos principales diarios de Cataluña." (lavozdebarcelona.com, 26/10/2010)

28/12/09

Los grupos de presión controlan la ideología de los medios

"El Informe sobre la Democracia de 2009 recoge la evolución ideológica de las audiencias de diferentes medios españoles, atendiendo a su voto declarado en las campañas electorales. Llama la atención que, mientras los lectores del diario EL PAÍS se mantienen en un posicionamiento de centro izquierda (3,6 siendo 1 la extrema izquierda y 10 la extrema derecha), los de los medios conservadores giren firme y paulatinamente a la derecha. De un lado, los de sus representantes tradicionales acentúan el conservadurismo: Abc pasa del 6,0 en 1993 al 6,3 en 2008; la Cope, del 5,5 al 6,5. De otro, los lectores de El Mundo giran por completo y cruzan el Rubicón, pasando de la izquierda (valor 4,2 en 1993) a la derecha (valor 6,0 en 2008).

Se trata de un fenómeno importante, tanto por su cantidad, no menos de tres millones de ciudadanos de audiencia media diaria, como por su cualidad, pues contradice la hipótesis de la desideologización y moderación de las clases medias urbanas, perfil dominante entre los destinatarios de esos medios. ¿Cómo debe ser interpretado?

La industrialización de la comunicación ha subrayado dos tendencias paralelas. De un lado, acentúa la capacidad de los medios para condicionar las conciencias y "fabricar" consensos, los lugares comunes desde los que se articula la hegemonía ideológica y cultural, mientras desbordan la conocida sentencia de Cohen (1963) por la que "quizá no dicen a la gente qué tienen que pensar, pero sí los temas sobre los que hay que pensar". De otro, los grupos de presión toman conciencia de su importancia y prefieren actuar directamente desde ellos antes incluso que desde las instituciones. El resultado es que hoy -aquí, en Estados Unidos o en el resto del mundo- las campañas ideológicas que construyen o desequilibran el poder se articulan en buena medida desde los medios, aunque reviertan luego en los partidos como centros formales de ese poder.

Mientras esto ocurre, su importancia para los ciudadanos se acrecienta al actuar como semáforos que les alivian de las incertidumbres de un mundo crecientemente complejo y les proveen de noticias, el alimento que nutre los mapas ideológicos que orientan sus vidas. El problema surge, precisamente, cuando su comportamiento pone de manifiesto una evidente y declarada ausencia de vocación informativa. Puede que los hombres de Obama pequen de inoportunidad o incorrección política al acusar directamente a Fox de "no estar ya en el negocio de la información", de ser sólo "una marca ideológica", pero pocos dudan sobre la veracidad de la acusación. El canal de Murdoch se caracteriza, precisamente, por no ocultar su voluntad de "construir una realidad a la medida de su público", como declaraba David Boylan, patrón de la Fox en Florida, mientras añadía: "Las noticias serán lo que digamos que son".

Volviendo a suelo patrio, el tratamiento del 11-M seguirá estando presente por mucho tiempo en la historia del periodismo, una muestra de hasta dónde se es capaz de llegar. ¿Periodismo? Difícil afirmarlo cuando se insiste en presentar mil veces como novedad lo que se sabe agotado. La reiteración de portadas sobre Trashorras o el titadine hace mucho tiempo que dejó de ser supuestamente informativa, sólo se justifica por el deseo de activar una asociación subliminal entre el 11-M y las ideas de confusión, duda o chapuza, un mero ardid destinado a condicionar el comportamiento político de sus audiencias, lo que los estudios de comunicación denominan efecto priming de la agenda." (IGNACIO MURO. Una derecha mediática en plena forma. El País, ed. Galicia, opinión, 23/12/2009, p. 33)