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11/3/14

Las portadas de la conspiración del 11M

"En las conversaciones de Trashorras, condenado por entregar el explosivo a los terroristas del 11M, con sus padres mientras estaba en prisión, y que El País publicó, decía: 

Trashorras: Mientras el periódico El Mundo pague, si yo estoy fuera, les cuento la Guerra Civil española. Desde que nací. Desde la Guerra Civil hasta ahora. Si te vienen con un chequecito cada... ¿Por qué piensas que lo hizo Nayo? 

Padre: Por dinero, si ya se sabe. 

Madre: Yo no sé por qué la justicia no le cierra la boca a El Mundo... 

Trashorras: Porque tienen más dinero que todos ellos juntos, no te jode. Son unos mercenarios. Te pagan a ti para que cuentes cuentos."










 "(...) Pedro J. Ramírez ha sido el mejor director que haya habido en la prensa de Madrid o Barcelona (un Shackleton con el que merecía la pena jugarse la vida en una expedición imposible) y un horrendo periodista cuando llegó a la conclusión de que podía asumir todos los papeles que estuvieran a su alcance (y un director es un monarca absoluto con poderes ilimitados que en los días buenos es Carlos III, sólo se puede aspirar a eso, y en los malos convierte a Fernando VII en un tipo moderado y abierto a las críticas).

Pedro J. llegó a la conclusión de que podía ser al mismo tiempo director, columnista de pluma agresiva, historiador aficionado, muñidor de un grupo de comunicación, consejero aúlico de presidentes y tertuliano omnipresente. Prensa, radio, televisión, Internet… su imperio no conocía el sol, y como todos los emperadores podía salir del despacho desnudo y que todos admiraran el corte de su traje.

No había nadie detrás que le susurrara al oído: recuerda que eres periodista. Y cuando lo hubo, no le hizo mucho caso. (...) 

Años después, se convirtió en el envés de esa hazaña alimentando la conspiración de los agujeros negros del 11M en colaboración con los personajes más tenebrosos de la clase periodística a través de una serie inagotable de artículos que tenían una característica común: lo mal que estaban escritos.

Pero entonces ya no importaba cualquier prioridad periodística. El PP había perdido de forma inesperada las elecciones, el legado de Aznar estaba en peligro y había que hacer algo para convencer a la gente de que los errores de Aznar y Acebes entre el 11 y el 14 de marzo no eran tales, que había asuntos oscuros que exigían una investigación en profundidad y que además, y esto se dijo desde el primer artículo de la campaña, existió una conspiración organizada por miembros de las fuerzas de seguridad cercanos al PSOE que confundieron al Gobierno y sembraron de pistas falsas esos primeros días de trabajo policial.

“Comienza a asomar así lo que un veterano investigador de la policía ha definido como el cuento de Pulgarcito, alguien que encuentra el camino porque previamente ha dejado las piedrecitas blancas que le indican el mismo”, decía ese primer artículo.

Curiosamente, ese texto terminaba con una llamada al teléfono móvil de uno de los terroristas que se inmolaron en la casa de Leganés y se decía que la explosión “ha enterrado definitivamente la esperanza de conocer toda la verdad del 11-M”. Punto final. Nada más lejos de la realidad paralela que comenzó a construirse. 

A partir de ese momento, se encadenó una sucesión de historias con las que sostener que la verdad había sido otra sin que nunca estuviera del todo claro cuál era. Se perdió el miedo al ridículo, y las teorías alternativas que, por ejemplo en EEUU en relación al 11S quedaban circunscritas a medios de extrema derecha o extrema izquierda, en España fueron defendidas por un periódico que se decía liberal, moderado o conservador.

Por citar uno de los numerosos ejemplos de esta loca carrera hacia el abismo, Pedro J. empeñó su prestigio, lo hundió en la miseria, regalando tres portadas a un delincuente como José Emilio Trashorras al que los médicos forenses de la Audiencia Nacional diagnosticaron “trastorno psicoafectivo bipolar, trastorno de personalidad esquizoide y antisocial y trastorno psicótico por consumo y abuso de drogas”.

¿Qué mejor fuente puede desear un periodista que está investigando el mayor atentado terrorista en la historia de España? ¿Cómo no creer a alguien que afirma que todo fue un golpe de Estado montado por las fuerzas de seguridad para asesinar a 191 hombres, mujeres y niños, que la policía le ofreció dinero para acusar a unas marionetas y encubrir la matanza o que uno de los terroristas “tenía contactos con ETA?”.

Nadie más que Pedro J. Ramírez podía llegar a esos extremos. No son los políticos los únicos que pierden la cabeza al disfrutar del poder absoluto."           (Guerra Eterna, 31/01/2014)


"(...) Hoy me gustaría hablarle de las víctimas del 11-M. No de los muertos, los heridos y sus familiares, sino de las víctimas informativas.

De todos aquellos ciudadanos que, ávidos de noticias sobre los espantosos atentados, fueron engañados por un Gobierno y por un grupo de periodistas. Los primeros, Aznar y compañía, de alguna manera pagaron su pecado con el desprecio y el olvido: ¿quien se acuerda hoy de Zaplana (algunos quieren descartar a ETA cuando todo apunta a que sea esa banda la autora de los atentados”) o de Acebes (“ETA sigue siendo la línea de investigación prioritaria”)?

Sin embargo, El Mundo sigue saliendo cada día y la COPE no ha dejado de emitir una sola jornada. Los esfuerzos de estos dos medios por relacionar a ETA con los atentados puede parecer que resultaron inútiles, pero no es cierto: les ayudaron a vender miles de periódicos, a ganar oyentes. (...)

Nunca mentir resultó tan barato. Ante la mirada atónita del resto de empresas de comunicación, y la pasividad absoluta de las asociaciones de la prensa, los medios que engañaron a los ciudadanos para alimentar la teoría de la conspiración jamás pagaron por sus mentiras.

Causaron un enorme desconcierto entre la población, multiplicaron el dolor de las víctimas, entorpecieron el desarrollo de la justicia… “El bulo del 11-M destrozó a mi familia, mi esposa no pudo aguantarlo”, ha reconocido Rodolfo Ruiz, el comisario de Vallecas al que se acusó de colocar la mochila.

 Pues ahí tiene usted a los responsables de la ignomínia, diez años después, dando lecciones de comunicación, ofreciendo masters de periodismo y reividicándose como garantes de las libertades.

Algo falla en el mundo del periodismo cuando la infamia informativa del 11-M ha quedado absolutamente impune, cuando la profesión carece de recursos para desenmascarar al tramposo, cuando el lector está absolutamente indefenso."           (Javier Pérez de Albéniz, Cuarto Poder, 11/03/2014)


"El Financial Times británico tituló un artículo el 26 de Marzo: “Un día en la historia de la infamia”. En él afirmaba que el Gobierno de Aznar puso en riesgo a Europa por retener información e insistir en la falsa autoría de ETA. 

Es entonces cuando se inicia la etapa dura de la manipulación mediática llegada al extremo en nuestros días. Como en los viejos tiempos, hemos tenido que informarnos fuera de nuestras fronteras, pero dentro existe ya el periodismo de Internet.

Marzo de 2004. Cuatro días infinitos. Madrid es el corazón del mundo. Desde el último confín se sobrecogen con nuestra tragedia. A partir de la terrible madrugada del jueves 11, hemos estado pendientes de cada detalle. Sangre, muerte, dolor, llanto, gritos, solidaridad absoluta. Imágenes para saturar la emoción. (...)

La portada de Libération al día siguiente de las elecciones no pudo ser más expresiva: “El precio de la mentira”, sobre Aznar votando.

En Le Monde, el presidente saliente de España apareció dos veces con nariz de Pinocho.

New YorK Times escribe: “Al parecer, Al Qaeda ha conseguido derribar a su primer gobierno democrático. Por supuesto ha estado ayudado por la actitud furtiva, asustadiza e inepta con la que el gobierno de Aznar ha manejado la investigación de los atentados del pasado jueves.

En el desesperado intento por mostrar que el terrorismo vasco de ETA era el responsable, ofendió a muchos votantes que se sintieron manipulados”.  (...)

Sobre los cadáveres y heridos del 11M, sobre el inmenso dolor de un pueblo, la eterna derecha española demostró que en su ideario solo figura gobernar o maniobrar para seguir gobernando. Es entonces cuando se inicia la etapa dura de la manipulación mediática llegada al extremo en nuestros días.

 Barra libre, todo vale. Un presidente de gobierno –José Mª Aznar- que cambia titulares de grandes y sólidos medios –como lo era entonces El País-. La ignominia de El Mundo inventando una conspiranoia como medio de influencia y lucro. Impunemente. Una encarnizada batalla mediática sobre quién tiene la culpa… de la derrota del Partido Popular, según parece a la postre. (...)

La SER –tan denostada por la propaganda conservadora- brinda informaciones esenciales. Contra los intentos de desactivarlas. Aquellos días se vivió una auténtica lucha por la información. (...)

La gente también ha tomado las riendas. Enorme coraje y sensatez en todo el convulso drama. Dimos ejemplo al mundo de valentía y solidaridad, como fue ampliamente resaltado. Gran pueblo cuando se le necesita y pierde la abulia y el miedo. Modélico, frente a la bajeza del gobierno y algunos medios."              ('11M, aquellas aguas turbulentas', de Rosa María Artal en Zona Crítica de eldiario.es, en Caffe Reggio, 11/03/2014)

31/1/14

Pedro J., el de 'El Mundo', el que casi dijo que la policía ayudó a volar los trenes en el 11M, defenestrado por Rajoy. Qué cosas tiene la vida

 "(...) Pedro J. ha sido desbancado de la dirección del periódico que fundó por dos motivos.

 El primero, que la empresa que dirige está en unas pérdidas pavorosas, insoportables para cualquier editor. 

El segundo, las presiones de un Gobierno al que no le gusta nada la libertad de prensa y que ha utilizado todos los resortes del poder a su favor. El PP ha aprovechado la debilidad económica de la empresa editora de El Mundo, Unidad Editorial, para rematar a su director.

No han echado a Pedro J. porque los ministros no fuesen a sus entregas de premios. Eso era solo simbólico. Las presiones han sido mucho más sencillas: han consistido en cortar el grifo de la publicidad institucional. 

Según cálculos internos de Unidad Editorial, la guerra desatada por el escándalo Bárcenas –especialmente por los SMS del presidente del Gobierno al extesorero del PP– le ha costado al grupo unos 18 millones de euros en publicidad institucional. 

Todas las administraciones gobernadas por el PP, desde el Ministerio de Empleo hasta el Ayuntamiento de Sevilla, pasando por Castilla-La Mancha o la Comunidad de Madrid, han cortado el grifo de las subvenciones a El Mundo.

 Todo ese dinero público, que el PP reparte arbitrariamente y utiliza para domesticar a los medios de comunicación, ha pasado de El Mundo al ABC. Y de la misma manera que hace unos años Esperanza Aguirre se cargó a José Antonio Zarzalejos, hoy Mariano Rajoy ha desbancado a Pedro José. (...)

¿Es Pedro J. una víctima de la libertad de expresión? Tampoco nos pongamos estupendos. Esas mismas subvenciones públicas en forma de publicidad institucional que ahora le retiran antes jugaron a su favor.

 El exdirector de El Mundo ha chapoteado durante años en un pantano que ahora no tiene autoridad para denunciar. Desde hace meses, consciente de cuál era la situación, Pedro J. ha estado tejiéndose el traje de mártir de la censura. Lanzó una guerra abierta contra esos mismos poderes con los que tantas veces había pactado antes.

 Sabía que solo había dos finales posibles y que si perdía, como ha sucedido, al menos podría presentarse como el vencedor moral y cobraría una jugosa indemnización.

Como director de periódicos, Pedro J. ha sido capaz de lo mejor y lo peor. Y su gran mancha siempre será su conspiración del 11M, un atropello imperdonable: manipular el peor atentado terrorista de la historia de España –y a sus víctimas– para salvarle la cara a Aznar.
En el juego de tronos o ganas o mueres, y a Pedro J. Ramírez esta vez le ha tocado perder. (...)"                (Ignacio Escolar , eldiario.es, 30/01/2014)


"Maruja Torres, sobre Pedro J. y Alfonso Rojo: “Degradaron el periodismo y señalaron el camino a los bastardos morales”.

  La periodista Maruja Torres publicaba hoy un nuevo artículo en El Diario, donde escribe desde que se fuera de El País, de donde no salió muy contenta. (...)

 Sin embargo, entre los seguidores de su blog personal, donde hacía una llamada a su artículo, ha habido uno al que le ha gustado mucho una frase del texto: “Que no se les puede dejar solos. Ni a estos, ni a los que estuvieron antes, ni a los que vendrán. Y que los que vengan deberíamos ser nosotros”.

El lector, que responde al nombre de Zush, ha dejado un comentario señalando a esas líneas y mostrando su opinión en varios temas. Pero ha sido un aspecto en concreto el que ha llamado tanto la atención de Maruja Torres como para contestarle, y es la mención que Zush hace al despido/cese de Pedro J. Ramírez y, de rebote, a Alfonso Rojo excompañero del director de El Mundo y que ahora es responsable de Periodista Digital.
Dice Zush:
Y hablando de señoritos. Muchos lamentan lo de Pedro J. en El Mundo a causa de la operación “Salvar a la Infanta”. Yo no. Muy pronto en El Universal que está preparando o por otro cauce ese cavernario volverá a las andadas para hacer investigación al servicio de ego e intereses políticos y judiciales (lo mismo, pero más doméstico, que hace Alfonso Rojo y sus esbirros de ese libelo llamado Periodista Digital). Él es uno de los “padres” del periodismo degradado y servil que padece este país desde hace demasiado años. La compra de la información, del periodista y, de paso, lo que más importa: del lector.
A lo que Maruja Torres le contesta, en el habitual tono que le ha hecho famosa:
Yo viví la degradación del periodismo por parte de esos dos individuos que nombras. Les tuve de jefes. Que fueran rápidos trabajando, con buenos reflejos, y que tuvieran cualidades que El País fue perdiendo conforme se anquilosó, no quita que, en la reflexión, y en la publicación, degradaran y degradaran el periodismo y señalaran el camino de los bastardos morales, y que acogieran bajo sus alas a lo más rencoroso y personalista de la profesión. Mis grandes amigos de El Mundo piensan lo mismo que yo."         (El Plural, 30/01/2014)


 "(...) Una vez que Unidad Editorial ha confirmado su salida de la dirección de El Mundo, adelantada 24 horas antes por Vozpópuli, el exdirector se ha dirigido a la plantilla. Y, cómo no, ha soltado unas cuantas perlas para el recuerdo.

Así, por ejemplo, Ramírez ha asegurado que "no me han sugerido nada, me han comunicado la decisión", frase pronunciada justo después de que Antonio Fernández Galiano hablase de "sugerencia".

 "Con la portada sobre las cuatro horas con Bárcenas llegamos al víacrucis", ha afirmado ante una redacción entregada que le ha tributado sonoras ovaciones. Todo ello en presencia de su sustituto, Casimiro García-Abadillo. (...)

 Sorpresa, tristeza e indignación son los sentimientos más repetidos por los profesionales de El Mundo cuando se les pregunta sobre su estado anímico. (...)

  E indignación porque, en línea con lo dicho por su jefe, la plantilla responsabiliza de la marcha de Pedro J. al Gobierno. (...)"             (Alberto Lardiés, Vox Populi, 30/01/2014)



"(...) Pedro J. Ramírez al final ha caído por haber iniciado ‘la guerra Bárcenas’, lo que en Moncloa no le han perdonado.

 “Y eso que en los últimos tiempos también se producían informaciones con las que se intentó compensar…, porque no nos engañemos, en la UGT seguro que ha habido chorizos y chanchullos y que lo que contábamos es cierto, pero está claro que la campaña de informaciones sobre el sindicato estaban dirigidas a dar algo de lo que se había quitado. Pero no ha sido suficiente para calmar las presiones”. (...)

Pero pronto empezó a calar la sensación entre los periodistas del diario que esta vez era diferente. Y entonces se recordó el recrudecimiento de los pulsos que se habían producido entre Pedro J. y su amigo, el Presidente de la empresa, Antonio Fernández-Galiano.

 Es verdad que la deuda de Unidad Editorial es con sus dueños, ‘los italianos’, que en otoño pusieron 400 millones de euros, y no con los bancos, como sucede por ejemplo con PRISA, lo que ‘relaja’ su situación, pero no lo es menos que si situación económica es desesperada. Galiano recordaba a Pedro J. que continuar una línea tan dura de enfrentamiento con Moncloa perjudicaba seriamente al periódico. (...)

Una situación empresarial difícil que al tiempo disparó otro rumor en la propia empresa. El de la posibilidad de una fusión. Como es sabido, se produjeron hace un año conversaciones entre los máximos cargos de Vocento y Unidad Editorial para la posible fusión de ‘ABC’ y ‘El Mundo’, convencidos tanto Luis Enríquez como Fernández Galiano de que no hay hueco en los quioscos, con la actual crisis, para dos periódicos de derechas. Tres, si se cuenta con ‘La Razón’. Pero la operación falló.

La coincidencia en el tiempo llevó incluso a decir que el enfado de Pedro J. porque el Gobierno había puesto impedimentos a esa fusión, temerosa Moncloa de ver un ‘ABC-El Mundo’ en sus manos, había estado de hecho tras la publicación de las acusaciones de Bárcenas y los sobresueldos en la dirección del PP.
 
Pero la caída de Pedro J. ha sacado a la superficie otra posible operación. Se recuerda que hace meses José Manuel Lara, dueño de Planeta, Antena 3 y La Razón, deseoso de tener ‘un diario de verdad’ en Madrid, mostró su disposición a comprar ‘El Mundo’ siempre y cuando se lo vendieran ‘libre’ de Pedro J. Eso ya se ha producido ¿Estarán ‘los italianos’ dispuesto a la venta? (...)"             (El Plural, 30/01/2014)

22/1/14

El jefe de los Tedax revela las mentiras de Aznar en el 11-M


 El ex comisario jefe de los Tedax Juan Jesús Sánchez Manzano.EFE

"El que fuera máximo responsable de los TEDAX durante los atentados del 11M, los artificieros de la Policía Nacional, Juan Jesús Sánchez Manzano, ha escrito un libro en el que, por primera vez, cuenta su versión completa de lo sucedido y el trabajo desempeñado por su unidad. Desmiente las declaraciones de Aznar cuando próximamente se van a cumplir 10 años de la masacre.

A través de las páginas de 'Las bombas del 11-M. Relato de los hechos en primera persona', el comisario desgrana los aspectos claves de la investigación y el tratamiento político e informativo de aquellos días para establecer una idea fundamental: Los Tedax descartaron el uso de Titadyne la misma mañana de los atentados, al día siguiente ya estaban convencidos de la vía islamista y, por tanto, si alguien confundió al Gobierno sobre la autoría, no fueron los artificieros de la Policía.

En este libro, Sánchez Manzano explica que "toda la polémica sobre la autoría de los atentados giraba en torno a los explosivos" y, en ese sentido, afirma que el mismo día de las explosiones "los desactivadores de las bombas localizadas en El Pozo y en Atocha, con base a su experiencia, descartaron, esa misma mañana, la explosión de dinamita Titadyne", que era el explosivo utilizado habitualmente por ETA.

Así se detalló en una nota elaborada en la mañana del día 12 por los propios desactivadores: "la masa explosiva era de color blanco marfil. La del Titadyne es rojiza". Para entonces, los Tedax ya tenían conocimiento de otros indicios a partir de los cuales "en esa mañana del día 12 desaparecían las pocas dudas que pudieran seguir existiendo sobre la autoría".

Sánchez Manzano admite que "no fue factible determinar por procedimientos científicos la marca comercial de la dinamita empleada en las bombas de los trenes, al no haber quedado sustancia entera en los focos. Sin embargo, por los diversos indicios obtenidos en la investigación había un convencimiento firme de que se trataba de GOMA 2 ECO".

 Esos indicios firmes a los que hace referencia consisten en primer lugar al explosivo hallado en la furgoneta Renault Kangoo, que apareció en torno a las 14.30 horas del 11 de marzo junto a la estación de Alcalá de Henares. En su interior fue hallada una bolsa con "siete detonadores" y "pequeños restos de una sustancia blanquecina que resultó ser un extremo de cartucho de explosivo Goma 2 ECO".

"Los técnicos de los TEDAX explicaron a los presentes (entre ellos el entonces comisario general de Información de la Policía Nacional, Jesús De la Morena) que ni los detonadores ni la GOMA 2 ECO eran materiales utilizados por ETA", señala al tiempo que recuerda que en el vehículo apareció una cinta con grabaciones de cánticos o versos en árabe.

Mientras eso sucedía, "el entonces presidente del Gobierno el mismo día de los atentados, en torno al mediodía, inició una ronda de llamadas telefónicas a los directores de todos los medios de comunicación para comunicarles que la autora de los atentados había sido la banda terrorista ETA". "Si alguien confundió al Gobierno, no fui yo ni los Tedax", zanja Sánchez Manzano en otro capítulo del libro en el que defiende que nadie de su unidad afirmó nunca que el explosivo empleado fuese Titadyne.

Del segundo indicio relevante tuvo conocimiento la madrugada del 11 al 12 de marzo: "habían encontrado una bolsa de deporte en la comisaría de Puente de Vallecas. Me vestí y salí hacía allí. La mochila la habían encontrado varios policías mientras inventariaban pertenencias de víctimas de El Pozo". En la bolsa había otra bomba que no llegó a explosionar, fue desactivada y "se recuperaron todos y cada uno de sus componentes".

 Ese mismo día, los Tedax remitieron "una nueva muestra correspondiente al explosivo del artefacto desactivado en Puente de Vallecas a Policía Científica, que emitió un informe que establecía que ese material era de idénticas características a los de la furgoneta, y confirmaba por tanto la Policía Científica que se trataba de dinamita de la marca GOMA 2 ECO".

"Los resultados se reflejaron en una nota informativa el 12 de marzo, de indudable interés para la investigación. En ella, a las 24 horas de los atentados ya se establecían las similitudes observadas por los Tedax en los artefactos de Atocha y de El Pozo, con el desactivado en Vallecas", indica.

Sánchez Manzano se hace eco de las reflexiones del entonces presidente José María Aznar en su libro de memorias titulado 'El compromiso del poder' donde dice que "el CNI le reconoció que no sabía nada sobre la autoría del atentado, ni antes ni después de que se produjera". Ante esto el comisario responde: "la pregunta que surge después de leer estas confesiones es si Aznar o Dezcallar (entonces responsable del CNI) llegaron a disponer de los informes que elaboraron los Tedax durante los dos días siguientes al atentado".

"Si no los conocían, ¿quien decidió no proporcionárselos? Si los conocían ¿por qué valoraron más las conclusiones de otros servicios nacionales y extranjeros, que además no disponían de los indicios obtenidos en el escenario de los atentados?", se pregunta al tiempo que asegura que los servicios de información "como quedó demostrado, tenían en su poder indicios suficientes para informar de lo que ya se revelaba como la posibilidad más probable: han sido los islamistas radicales".

Esta tesis sobre el explosivo empleado se reforzó días después tras la inmolación de los autores materiales del atentado en el piso de Leganés. "Una vez asegurado el edificio, varios equipos de desactivación de explosivos comenzaron la búsqueda de restos relacionados con el artefacto que había estallado. Además de cargas con detonador recuperaron dinamita GOMA 2 ECO".

 El libro desvela episodios hasta ahora desconocidos para la mayoría como el hecho de que en fechas posteriores a los atentados, antes de que se iniciara la Comisión de Investigación en el Congreso de los Diputados, fue convocado por "varias instancias del Ministerio del Interior para solucionar 'el problema o el error del Titadyne'".

"La hipótesis que se me planteó era sencilla. Si el error partió de los Tedax, como son los técnicos, la equivocación de esferas superiores estaba justificada. Esta salida sería incuestionable y fácilmente disculpable para todos los actores sociales y políticos. También, en general, sería aceptada por el ciudadano", relata Sánchez Manzano quien afirma que su contestación a esta propuesta fue siempre la misma: "Sabéis que en nosotros no está el error. A mi nadie me habló de Titadyne".

El ahora comisario principal en Móstoles (Madrid) carga contra lo que considera "teorías conspiranoicas" de algunos políticos y medios de comunicación y relata el desamparo que sufrieron por parte de Interior: "Solicitamos desmentidos a las desinformaciones y difamaciones que mancharon nuestro nombre. Sin embargo, el Ministerio del Interior no atendió nuestras propuestas argumentando que no merecía la pena, por lo que tuvimos que seguir aguantando sin poder abrir la boca".

 Por ello se decidió a escribir este libro, cuya recaudación irá destinada a la Fundación de Huérfanos de la Policía Nacional. "Diez años después, cuando ya todo empieza a ser parte de la historia, ha llegado el momento de explicar a la sociedad española que los TEDAX-NRBQ, y yo como su comisario jefe, cumplimos en todo momento con la regulación profesional. No quiero morir sin haber contado lo que vi, que no fue otra cosa que parte de la historia de Españ, la verdadera. El ciudadano debe conocer la verdad que años atrás le robaron", argumenta."                    (Público, 21/01/2914)

14/3/11

La conspiración del 11-M... la del PP

"El núcleo central del atentado del 11-M está detenido o ha muerto en el suicidio colectivo de Leganés" (Ángel Acebes, ministro del Interior, 3 de Abril de 2004).

Siete años después, aquel veredicto sigue intacto pese a las embestidas de algunos medios de comunicación y de dirigentes marginales del PP que intentan resucitar uno de los bulos conspirativos más dañinos para la democracia, según el cual ETA pudo estar detrás de los atentados y hay policías, jueces y políticos que encubren a los terroristas que lo hicieron.

Una infamia fabricada para negar aquello que se demostró con decenas de pruebas: que islamistas radicales residentes en España perpetraron el peor atentado que ha sufrido nunca el país, con 191 muertos y 1.841 heridos.

El grupo de la infamia lleva siete años buscando a ETA en el atentado de los trenes, utilizando para ello las peores prácticas periodísticas pero sin hallar ni medio indicio. Siete años sugiriendo la culpa del Gobierno de Zapatero por un atentado ocurrido en el final del mandato de Aznar. Siete años arruinando con insidias la vida de policías que investigaron a las órdenes de un Gobierno del PP hasta dar con los culpables.

Siete años insultando a jueces que se atrevieron a condenar a los que mataron a 191 personas. Siete años de vilezas que las víctimas -algunas de ellas engañadas todavía hoy por los cerebros de este cansino bulo- no merecen.

"Al menos hasta el día en que dejé el ministerio, no había una sola pista que permitiera adjudicar la autoría del 11-M a ETA" (Ángel Acebes, 17 de mayo de 2004).

Todas las pistas sobre ETA que surgieron después fueron dispuestas por maestros de la mentira al servicio de una conspiración. (...)

Cada año por estas fechas, los cerebros del bulo tóxico del 11-M regresan con nuevas teorías conspirativas. Cada año, la teoría es más importante que la del año anterior pues supone, según los elucubradores, la clave definitiva para despejar el enigma. Y cada año se disuelve esa clave definitiva como si se tratara de lo que realmente es, una falsedad fabricada con humo.

En el más grotesco de los espectáculos, estos cerebros del humo utilizan cada año el 11 de marzo y sus alrededores para levantar su chiringuito de bulos y exhibirlo al público.

Y cada año, los homenajes para no olvidar a los muertos, acompañar a sus familiares y mejorar la existencia de las víctimas que sobrevivieron al atentado se tiñen de polémica y desunión por culpa de los descerebrados que todavía piensan que una burda manipulación vale más que la verdad." (El País, 11/03/2011, p. 19)

"Pilar Manjón: "Déjennos con nuestro dolor. Dejen en paz a nuestros muertos".

También se queja de que la fiscalía no haya hecho nada para evitar los insultos contra ella que recibe por Internet -"tu hijo está bien muerto", le llegaron a decir en foros de la web- y se refiere a los "próceres de la patria que dicen que cuando ellos gobiernen se sabrá la verdad del 11-M" o a un tertuliano que aseguró en un programa de televisión que "le producía pena ver a las víctimas defendiendo a los asesinos". "El 11-M es un caso cerrado. La verdad se conoció en un juicio serio y justo", zanja.

Pero su principal protesta se dirige hacia el Ayuntamiento de Madrid. El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, junto con los portavoces de los principales partidos, inaugura en ese mismo momento un monumento a las víctimas en la estación de El Pozo sin contar con la asociación.

"Esa institución solo ha puesto trabas al proyecto", dice. "Cuando planteamos que se colocara allí nos dijeron que cualquier día tendrían que poner otro monumentito para las putas de Montera. Quien nos dijo eso era Manuel Cobo [Vicealcalde de Madrid]". Fuentes municipales han desmentido que Cobo respondiera en esos términos a Manjón. (...)

Esta misma tarde miembros de la asociación se desplazarán hasta El Pozo para realizar "la verdadera inauguración". No habrá políticos. Sólo estarán ellos. Y su dolor." (El País, 12/03/2011, p. 18/9)