"Respecto al rol de las fotos en la comunicación política, los fanáticos de lo real olvidan que los ciudadanos ya sólo prestamos atención a las imágenes. Saturados y escépticos ante el bombardeo informativo propiciado por las nuevas tecnologías, no podemos prestar nuestro escaso tiempo de atención a titulares o declaraciones políticas -por no hablar de los textos de acuerdos, leyes o manifiestos- y apenas nos detenemos en las imágenes. En la lucha cotidiana por captar la atención de los ciudadanos, la fotografía política ha ido perfeccionando su visual storytelling, la capacidad de contar una historia compleja mediante un golpe de retina.
Las fotos, que nacieron como mera ilustración del texto, evolucionaron hacia la certificación de la noticia, "está pasando, lo estás viendo". A continuación se dedicaron a matizar o interpretar la noticia, y han acabado por convertirse en la noticia misma. El texto, por cierto, ha sufrido el proceso inverso y ha terminado siendo la explicación del gesto en la fotografía. De esta manera, el gesto momificado en una foto se ha convertido en la herramienta de comunicación que le ha quedado al político si quiere que su mensaje llegue al ciudadano medio. (...)
Pensemos en cómo el mayor éxito político mundial en lo que llevamos de crisis, la última cumbre del G-20, quedó sintetizado en una foto. No fue la pretendida instantánea de los políticos a pie de photo call, respaldados por el lema "Estabilidad, Crecimiento, Empleo", sino la de la angry black woman Michelle Obama y la intocable reina de Inglaterra abrazadas por la cintura. El sueño más delirante de cualquier jefe de prensa -también la pesadilla más suicida de cualquier responsable de protocolo- hecho realidad. Dos mujeres líderes, no dos hombres. Dos razas antes enfrentadas. Dos cunas bien distintas. Dos potencias mundiales, la vieja Europa y el joven Estados Unidos. Dos formas de entender la diplomacia y la política. Dos iconos globales. El grumo de recelos, prejuicios y protocolos caducos, que tanto había atascado la coordinación mundial de las medidas anticrisis, disuelto gracias a la voluntad de entenderse, tolerar culturas distintas y trabajar unidos para superar la situación.
Para los fanáticos de lo real, la cumbre fue una patética pantomima, un belén viviente con figuras gesticulando al escaparate. Sin embargo, los gestos que hacen posible fotos como la de Michelle Obama y la reina Isabel de Inglaterra son una fuente de inspiración para todos y ayudan a construir el imprescindible relato simbólico global que necesitamos para salir de la crisis." (ANTONIO NÚÑEZ LÓPEZ : Señores políticos, sigan gesticulando, por favor. El País, ed. Galicia, Opinión, 21/04/2009, p. 27)
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