28/4/16

El cinismo de El País y los otros mayores rotativos en España... es que Zandi paga a Cebrián desde Seychelles los impuestos de su ‘regalo’ en la petrolera (una evidencia)

 "(...)  El jueves 21 de abril de 2016 Pablo Iglesias presentó un libro en la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense, En defensa del populismo, de Carlos Fernández Liria. 

Allí, Iglesias mencionó a un periodista del diario El Mundo y en él personalizó/simbolizó los ataques y desinformaciones que muchos medios de comunicación (no todos, por fortuna) han perpetrado y siguen perpetrando contra la imagen de Podemos en general y de Iglesias en particular.

Que Pablo Iglesias tiene toda la razón en lo que dice no cabe duda, ¿o es que puede uno escribir lo que desee y como desee y esperar además que nunca le digan nada en público?, ¿desde cuándo el periodista y el periodismo no puede ser sometido a crítica libre y abiertamente mientras ellos se permiten enjuiciar a los demás?
Soy catedrático de periodismo y he ejercido la profesión durante quince años y mi manera de defenderla no es marchándome cuando me cuestionan sino explicar y escribir sobre las causas que existen para que la credibilidad del periodismo haya caído por los suelos. Hay colegas que afirman que los periodistas que estamos en la universidad somos los malos periodistas. No, nada de eso, somos los que nos viene estrecha la profesión (...)
Denunciar con nombres y apellidos

Pertenezco a la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) y no estoy de acuerdo con defender a quienes manipulan interesadamente la información para servir a un poder al que Podemos inquieta, lo de menos aquí es el periodismo, lo importante es que el periodismo se convierte en propaganda, en servosistema, como diría el profesor Fernando Quirós, catedrático de la misma Universidad Complutense, y encima pretende que todos callemos.

Comprendo que la FAPE está en su papel de salir en pro de un periodista pero no es cierto que se le deba censurar a Iglesias la personalización en nombre de la deontología periodística y la ética política. (...)
Igual que le indican al señor Iglesias desde los medios que no denuncie en público sino que lo haga desde los juzgados o desde los propios medios de comunicación (en el primer caso la causa dura años y en el segundo las puertas están casi todas ellas cerradas), si el periodista aludido cree que ha sido difamado, cuenta igualmente con los tribunales de justicia porque del apoyo mediático ya goza.

 Tal vez en el juzgado salieran a relucir los numerosos trabajos de investigación que se han elaborado dentro y fuera de la universidad sobre las tergiversaciones que ha sufrido Podemos desde los medios de comunicación más masivos, cuando los mensajes de medios supuestamente progresistas han coincidido con otros de medios que se definen como de centro derecha, liberales o conservadores.

Por ejemplo, El País, Abc y El Mundo coincidieron en 2014 en lanzar en primera página un único mensaje: que los ciudadanos temieran la presencia de Podemos porque estaba apoyando a ETA y porque el Bundesbank creía que era una amenaza para la estabilidad económica de España. Esta “información” tuvo un “efecto de arrastre” en otros medios.

Mi indignación no es por el hecho que ha sucedido en sí, sino porque no poca prensa pretende hacer creer a la opinión pública algo así como que es inmune a las críticas desde la universidad cuando en la universidad ya tenemos clara esta campaña anti-Podemos y, como ya indiqué, se ha demostrado en no pocos trabajos de investigación elaborados sobre el fenómeno Podemos.

¿Creen los colegas periodistas que los profesores-periodistas que nos dedicamos a estudiar a diario sus mensajes no estamos defendiendo nuestra profesión? Ellos saben que numerosas indagaciones publicadas (y silenciadas) sobre el asunto están en lo cierto pero deben comer todos los días, ni siquiera entrevistan ni dan cancha a quienes hemos demostrado que el periodismo no es libre, no los dejan o ellos se autocensuran.

El propio Pablo Iglesias elaboró en 2014 el guión del conocido documental –a pesar del silencio de la prensa- Una mosca en una botella de Coca Cola –dirigido por Javier Couso- donde se exponen algunos de los intereses que ocultan los grupos mediáticos en España.

Este documental puede ser completado por el libro Traficantes de información, de Pascual Serrano, y por otro documental, Sombras de libertad, emitido por La 2 en Documentos TV, si bien en esta ocasión se denuncian las censuras y choques de intereses en el ámbito de las corporaciones mediáticas en Estados Unidos, con un destacado papel del profesor McChesney, uno de los pocos investigadores de estos temas en aquel país, que está sufriendo las consecuencias de su línea de trabajo en forma de negación de subvenciones, por ejemplo. Ambos documentales pueden hallarse en Internet.

Es curioso que las organizaciones de periodistas nacionales e internacionales hayan denunciado reiteradamente la influencia de la propiedad de los medios en la libertad del periodista y ahora cuando Iglesias lo vuelve a expresar desde la universidad condenen su derecho y su deber a comunicárselo a una opinión pública que lo sabe pero que ignora hasta dónde llega esa influencia y esa presión contra el periodista y si se coacciona al periodista y al periodismo se le niega al ciudadano su derecho constitucional a una información veraz y, por tanto, se daña a la propia democracia. (...)

Es extraña la actitud de los periodistas en este caso aunque comprensible. El mismo día en que Iglesias proyectaba sus críticas se producía otro hecho, ignorado o casi por la opinión pública. Los periodistas de El Mundo estaban movilizándose por el ERE que prepara Unidad Editorial (Unedisa), la empresa editora. (...)

¿Por qué no se levantan y se van los periodistas de ningún acto como protesta por éste y los otros numerosos EREs que se van presentando paulatinamente en todos y cada uno de los grupos mediáticos españoles? ¿Por qué no se van cuando Mariano Rajoy o el PP los despacha con una rueda de prensa virtual o sin palabras? ¿Por qué cuentan los periodistas una cosa en público y a mí me dicen otras en privado que no voy a revelar para no perjudicar a nadie? (...)

Los papeles están repartidos, la SER promociona al PSOE con descaro y la COPE al PP sin disimulo, es lo que hay y bien que lo lamento porque no me gustan las manipulaciones ni contra Podemos ni contra nadie. (...)

Lo mejor que dijo Pablo Iglesias en la citada presentación del libro es que estaba en la universidad, no en una rueda de prensa. En efecto, estoy cansado de escuchar en la universidad a supuestas estrellas del periodismo que no hablan en clave universitaria sino publicitaria de sus empresas, no hablan para formar estudiantes ni para los docentes y los científicos sino para agradar a sus jefes y preservar el estatus o subir.

Los periodistas de pro se ponen nerviosos en la universidad, es cierto, porque en la universidad no se depende de intereses de grupos mediáticos y puede haber en la sala quien se levante en un coloquio y plantee asuntos imprevistos y hasta desconocidos.

Hay que tener valor para todo: para irse cuando no gustan las palabras de Pablo Iglesias pero también para largarse si en lugar de Pablo Iglesias se trata de un banquero o de los propietarios de una corporación cualquiera que, a su vez, es accionista y anunciante de los medios de comunicación en los que los protestones periodistas trabajan.

Pongamos un caso, para terminar. Todos los años se falla el Premio Planeta de novela. Días antes se suele filtrar el ganador. Al menos dos miembros que lo han sido del jurado de este galardón han hablado de sus circunstancias internas. 
Pero la prensa está allí, en masa, compartiendo mesa y mantel y hasta la Casa Real ha acompañado esta ceremonia. En esta ocasión, nadie se levanta y se marcha a desarrollar otros asuntos. Si Pablo Iglesias se convirtiera en un magnate con inversiones en medios de comunicación tal vez ya no sería un deslenguado sino un millonario excéntrico, acaso como Jeff Bezos, dueño de Amazon y de The Washington Post, el diario que destapó el Watergate, ¿se acuerdan?"              (Ramón Reig, Rebelión, 26/04/16)

"En una conferencia dada hace unos días por el Secretario General de Podemos, el Sr. Pablo Iglesias, en la Universidad Complutense, este hizo una crítica en general a la mayoría de periodistas que mediáticamente cubren la actualidad de este partido, tomando como referencia a un periodista del rotativo El Mundo, aunque podía haber escogido cualquier otro. 

Criticó el sesgo anti-Podemos de la mayoría de tales profesionales, empleados o contratados por los mayores rotativos del país, que han mostrado una gran hostilidad en general hacia Podemos, y hacia Pablo Iglesias en particular.

Predeciblemente, al día siguiente todos los mayores rotativos escribieron editoriales denunciando este comportamiento del Secretario General de Podemos. De especial interés es el escrito por El País, titulado “Iglesias ataca a la prensa”, en el que acusa, una vez más, al dirigente de aquel partido de mostrar actitudes que el rotativo define como bolivarianas, contrastándolas con la neutralidad y veracidad de la prensa española, escribiendo que “la regla de juego básica de la prensa en una democracia es la veracidad, y que su labor fundamental es el control del poder para evitar abusos, corrupciones o agresiones gratuitas como la suya”. 

El artículo comienza con la frase de que uno de los principios básicos de cualquier democracia es la defensa de la libertad de información, presentando a El País como un ejemplo de ello.

El sesgo anti-Podemos es tan obvio en la mayoría de los grandes rotativos españoles, incluyendo El País, que es difícil de creer que el editorialista se crea lo que está escribiendo. Es muy fácil de ver y de reconocer el apoyo de este rotativo a la dirección del PSOE y también (y muy en particular) a la de Ciudadanos, lo que contrasta con la abierta hostilidad hacia Podemos en general, y muy en especial hacia Pablo Iglesias, actitud que es común no solo en El País, sino en los mayores rotativos del país que son de sensibilidad conservadora y/o liberal (que a nivel popular quiere decir de derechas o de centroderecha). 

No hay en España ningún gran rotativo de izquierdas. Hacer esta observación no quiere decir que no haya colaboradores o periodistas de izquierdas, pero son una gran minoría y una excepción. Los equipos de dirección de los grandes rotativos no solo son de derechas, sino que, como caracteriza a las derechas en España, son profundamente anti-izquierdas. Durante el periodo postdictatorial, el PCE primero, IU más tarde, y Podemos ahora han tenido muy mala prensa. La evidencia de ello es abrumadora.

Quisiera aclarar, por cierto, que el hecho de que un rotativo en su editorial apoye un partido político no es, en sí, censurable. Ahora bien, sí que es censurable y denunciable que sus simpatías lo lleven a tergiversar la realidad (manipulando o incluso mintiendo) para favorecer a tales partidos y/o desfavorecer a los que consideran como sus adversarios, lo cual es una práctica muy común en estos grandes rotativos. En realidad, en un país con una conciencia democrática más avanzada, tales comportamientos serían no solo criticables y denunciables, sino también sancionables. Veamos los datos. (...)

El sesgo neoliberal del rotativo y su agresividad hacia el programa económico de las izquierdas

Tal sesgo aparece también en El País constantemente y casi diariamente en el espacio ofrecido a los economistas responsables del diseño de las propuestas económicas de los distintos partidos. Mientras que economistas próximos al PP, al PSOE y a Ciudadanos aparecen con gran frecuencia en sus páginas (repetidamente con insultos y sarcasmos dirigidos a los programas económicos de los partidos de izquierdas, y muy en especial a Podemos e Izquierda Unida), los responsables y asesores en temas económicos de estos últimos partidos casi nunca aparecen. 

Incluso cuando estos son insultados, El País no les ofrece la posibilidad de responder. Ello es una práctica común. De nuevo, El País no es la excepción. Ocurre también en los otros grandes rotativos del país. Este sesgo y estas prácticas reflejan el carácter no tanto informativo, sino propagandístico de El País (y de la gran mayoría de rotativos), que llegan no solo a falsificar el programa de los partidos de izquierdas, sino también la realidad en sí.

No solo manipulación, sino también mentiras

He citado el ejemplo de la manipulación (sutil a veces, grosera en otros casos), resultado del sesgo tan marcado en contra de Podemos y de IU, que aparece en El País y los otros grandes rotativos. En realidad, La Razón y el ABC son ya la forma extrema de esta manipulación. Ahora bien, en otras circunstancias se va más allá y se practica la mentira. 

Uno de los casos más groseros de los muchos que he visto ocurrió en la cobertura mediática de la primera visita de Pablo Iglesias a la ciudad de Barcelona. Fue en un pabellón deportivo en un barrio obrero, lleno a rebosar. La sorpresa es que el altamente popular exalcalde de Barcelona, el Sr. Pasqual Maragall, estaba entre los asistentes en el pabellón. 

Al cerciorarse de su presencia, el estadio entero le dio una ovación que duró varios minutos. Lo pude ver y oír, pues estaba sentado muy cerca de donde estaba Pasqual Maragall. Cuál fue mi sorpresa que al día siguiente El País publicó, con una mezquindad sin parangón, que el público del estadio había abucheado al exalcalde Maragall. Tengo que reconocer que me costó aceptar lo que estaba viendo. ¡Era ya demasiado! Escribí una carta al director, pidiéndoles que publicaran una corrección.

 No era una carta hostil. Mi carta no tuvo respuesta, como tampoco han tenido respuesta otras cartas respondiendo a insultos o tergiversaciones de mis libros y escritos por parte de economistas de El País, que pueden leer en mi artículo “Manipulaciones y mentiras en El País” (Público, 30.12.14). Nunca había visto tal nivel de desfachatez en un rotativo en los muchos países en los que me ha tocado vivir durante mi largo exilio.

La manipulación como práctica común

Pero lo que protege esta manipulación y falta de ética profesional es que estas prácticas antidemocráticas son comunes en los medios de información y persuasión españoles, conocidos internacionalmente por su falta de diversidad ideológica y su limitada profesionalidad. 

Así lo han reconocido medios internacionales como The New York Times (denuncia que generó otra respuesta de El País, con otra pomposa declaración del carácter ejemplar de la prensa española) que señaló la falta de libertad de prensa en España debido a la influencia que los poderes financieros (la banca) y los gobiernos tienen sobre los mayores rotativos españoles (ver mi artículo “El New York Times lleva razón: no existe pluralidad en los medios”, Público, 19.11.15).

 Predeciblemente, todos los mayores rotativos (incluyendo en primera línea El País), junto con la Asociación de Editores de Diarios Españoles, inmediatamente respondieron indicando que el New York Times estaba guiado por prejuicios que le habían llevado a conclusiones erróneas, carentes de objetividad y rigor, acentuando que España “se caracteriza por la pluralidad mediática (…) como resultado del claro compromiso de los medios de información españoles con la libertad de prensa de España”.

 Lo cual quiere decir que, en contra de toda la extensa y contundente evidencia de lo contrario, tales rotativos tienen la osadía de presumir de que no discriminan a las izquierdas en el país, ni tampoco manipulan sus noticas en una clara muestra de su hostilidad. Es difícil que se lo crean, pues son prácticas diarias que muestran claramente lo contrario. 

Cuenten ustedes los artículos favorables a las políticas propuestas por el PP o por Ciudadanos o por el PSOE y comparen con los artículos favorables a las de Podemos y a las de IU, y lo verán. Y si en lugar de artículos cuentan editoriales, verán que la situación es incluso peor, por no hablar de la prensa económica , donde los puntos de vista de las izquierdas no aparecen ni una vez, excepto en contadísimas ocasiones para ridiculizarlas.

La población española no se fía de los medios

No es sorprendente, pues, que según un estudio de las percepciones de la población hacia los medios de información en doce países con regímenes democráticos de elevado nivel de desarrollo económico, la población española fuera una de las que confiaba menos en la información provista por los medios de información, solo el 32% de los usuarios. 

En Finlandia era un 68%, en Alemania un 60%, en el Reino Unido un 51% (…) y España era casi la última (ver el artículo “Trust in the News” sobre el excelente informe de los medios de información en 12 países, el Reuters Institute Digital News Report 2015, del Reuters Institute for the Study of Journalism, University of Oxford, 2015). Los rotativos españoles están mucho más comprometidos con la persuasión que con la comunicación. En realidad, la falta de diversidad ideológica en los medios y su escasa profesionalidad son unos de los mayores problemas que tiene la democracia española.

Las asociaciones de periodistas

La falta de comportamiento ético de los mayores rotativos y de sus profesionales (“que tienen que ganarse la vida”) es silenciada por sus asociaciones profesionales corporativas. Ni que decir tiene que hay profesionales de gran talla, y respetuosos con su deber de servir a la población informándola. Pero son la excepción. Como era predecible, las asociaciones profesionales respondieron con gran hostilidad a las declaraciones de Pablo Iglesias. 

La Asociación de la Prensa de Madrid condenó dichas declaraciones por “atacar de esa manera totalitaria (supongo que el portavoz de tal asociación quería decir bolivariana) el ejercicio de la libre información”. Por lo visto no se dan cuenta de que tales asociaciones también han perdido credibilidad en su crítica, pues esas asociaciones han permanecido en un silencio ensordecedor hacia las continuas falsedades y manipulaciones de la prensa en Madrid, incluyendo El País. 

Es más, ¿cómo puede ser que tales asociaciones no hayan dicho nada sobre las prácticas de uno de los periodistas más visibles mediáticamente en este país, que utiliza su información, supuestamente provista por grupos de ultraderecha que existen en la Policía Nacional, para acusar a personalidades políticas, como el exalcalde de Barcelona, el Sr. Trías (un nacionalista “periférico”), de tener fondos en Suiza, o más tarde anunciando miles y miles de veces que Podemos está financiado nada menos que por Irán y Venezuela, sin que exista ninguna evidencia de ello?

 ¿No creen que tales asociaciones tienen el deber moral de denunciar casos tan flagrantes de comportamiento antidemocrático? ¿Qué dirían de un Colegio de Médicos que conociera que un médico estuviera matando a pacientes debido a una mala práctica y que tal Colegio profesional permaneciera callado?

Dos últimas observaciones. La población española es mayoritariamente consciente de que la mayoría de medios de información está al servicio de la estructura de poder económico y financiero que financia y/o influencia las instituciones mediáticas y políticas del país. Al famoso eslogan del 15-M “no nos representan” podría añadírsele “no nos informan”. 

La mayoría de la población así lo cree. Ahora bien, como en muchos otros temas, la población, que no se fía de los medios, adopta una posición fatalista de que nada se puede hacer para cambiar esta situación. Este fatalismo es esencial para que se perpetúe la situación actual. De ahí que sea importante que la población pierda esta pasividad y se movilice.

 Es hora de que haya denuncias y se abra un debate sobre ello. Y es por ello que agradezco a Pablo Iglesias que hiciera un gran favor al país denunciando los comportamientos de la prensa y gran número de sus profesionales. Es urgente para la salud democrática de España que se inicie un debate no solo sobre la prensa escrita (los grandes rotativos), sino también sobre los medios radiofónicos y televisivos, públicos y privados, para denunciar sus comportamientos escasamente democráticos e iniciar un proceso de cambio de modo que tanto los unos como los otros garanticen la libertad de expresión a la cual retóricamente apoyan, mientras que la violan en sus prácticas diarias.

 De ahí que me sorprenda que haya habido tantas pocas voces defendiendo a Pablo Iglesias. El silencio ensordecedor es síntoma del poder de aquellos medios que han establecido una cultura antidemocrática de miedo, tanto entre los mismos periodistas como entre sus colaboradores. La crítica al cuarto poder es probable que tenga costes personales, creando temor y miedo que explica el silencio ensordecedor sobre su claro comportamiento antidemocrático. Y a eso lo llaman libertad de expresión."               

(Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Pensamiento Crítico” en el diario PÚBLICO, 27 de abril de 2016., en www.vnavarro.org, 27/04/16)

 Juan Luis Cebrián, abrazado a Antonio Navalón, bajo la mirada de Massoud Zandi, segundo por la derecha. (EC)

"Zandi paga a Cebrián desde Seychelles los impuestos de su ‘regalo’ en la petrolera.

La amistad de Massoud Zandi, el empresario español de origen iraní que está siendo investigado por la Agencia Tributaria, con Juan Luis Cebrián, presidente de Prisa, es total. Hasta el punto de que ambos han pasado juntos, con sus respectivas parejas, la noche de fin de año en Dubái, el emirato del Golfo Pérsico, como se puede observar en la foto superior. 

Un país donde el propietario de una de las mayores mansiones de La Finca asegura residir y donde habitualmente tiene alquilada una suite de 1.000 metros cuadrados en el Burj Al Arab, el hotel de siete estrellas más lujoso del mundo, conocido como La Vela. [Especial los papeles de Panamá: destapamos a Mossack Fonseca, la gran trama de las sociedades 'offshore'] 

 Una relación de cercanía que, el 30 de octubre de 2014, llevó a Zandi a donarle gratuitamente un 1% del capital de Star Petroleum, una petrolera con sede fiscal en Luxemburgo, que desde hace años tiene derechos para explotar unos pozos en Sudán del Sur, país en plena guerra civil.

 El promotor iraní es dueño del 63% del capital de Star Petroleum a través de una sociedad -Hypersonic LTD- domiciliada en el paraíso fiscal de Seychelles, con la ayuda de los abogados del bufete panameño Mossack Fonseca. Pinche para leer el documento. Pinche para leer el documento. 

 El 26 de febrero de 2015, Zandi repitió el regalo al donarle a Cebrián otras 74.108 acciones de la empresa energética luxemburguesa, representativas de otro 1% del capital. Ambos obsequios los ha recibido el reconocido periodista desde la citada Hypersonic.

 Cada paquete cedido gratuitamente por Zandi a Cebrián está valorado en 2,99 millones de euros, por lo que la donación, basada en la “larga relación de amistad y de mutuo apoyo en materias personales y profesionales", asciende a casi seis millones. Esta tasación se deriva de otra propuesta de acuerdo entre las partes por la que el presidente de Prisa tiene derecho a adquirir, esta vez pagando, hasta un 4,9% del capital adicional de Star Petroleum por 14,69 millones.

 La totalidad de la petrolera se valora en 300 millones. La donación de cada 1% del capital surtirá efecto a partir del tercer año de la firma, periodo durante el que el primer ejecutivo de la editora de 'El País' no puede vender las acciones recibidas.

 La generosidad de Zandi con el presidente de Prisa ha sido tan profunda que Hypersonic LTD, “para la plena indemnidad del donatario [Cebrián]”, se ha hecho cargo de “los gastos e impuestos a satisfacer derivados de este contrato”, los cuales “serán por cuenta del donante [Zandi], incluido el impuesto sobre donaciones español, quien facilitará al donatario los fondos necesarios para atender su pago”. 

O lo que es lo mismo, Cebrián recibe fondos desde Seychelles para abonar los impuestos en España. Los documentos de las dos cesiones indican que “de la obligación anterior se exceptúa el pago del Impuesto sobre Donaciones correspondiente al donatario en el supuesto de que el valor de las acciones donadas, entre la fecha de la donación y la del cumplimiento de la condición establecida [los tres años de no disposición], fijado por un experto independiente de reconocido prestigio designado por el donante, experimente una revalorización superior al importe a satisfacer por dicho impuesto”.

 En este supuesto, continúa el contrato, Cebrián podrá optar por satisfacer el impuesto con recursos propios -con dinero suyo- o requerir a Zandi “para que adquiera, viniendo este obligado a ello, un número de acciones donadas que permita, tomando como precio el valor unitario por el experto independiente, satisfacer dicho impuesto”. 

Es decir, en cualquier caso, ya sea que las acciones valen lo mismo o que se han apreciado porque finalmente Star Petroleum ha podido poner en explotación sus pozos petrolíferos en Sudán del Sur, los impuestos correrán a cargo de Hypersonic, así como la minuta del citado experto tasador. 

Además del miembro de la Real Academia de la Lengua, Zandi cuenta para su aventura africana con accionistas de postín, como la familia Mesonero Romanos, que hizo mucho dinero con Ebro Puleva, Ignacio Yufera, hijo del fundador de Seur, el empresario Javier Merino, Joaquín Arespacochaga, hijo de un ex alcalde de Madrid, Cristina Perucha, la administradora de la gran mayoría de sus sociedades, y Antonio Navalón. Navalón, uno de los comisionistas que más fortuna hicieron en los noventa con Mario Conde o los Ruiz-Mateos, íntimo amigo del propio Cebrián y de su anterior patrón, Jesús de Polanco, fue invitado también por Zandi a pasar las Navidades en Dubái, (...), fue consejero de Star Petroleum junto al presidente de Prisa entre julio y diciembre de 2015.

 También está en el capital Inmaculada Quintana, la mujer de Rafael Ansón, apoderado de otra 'offshore' que aparece en los papeles de Panamá, a través de la sociedad Eraso Investment."                       (Agustín Marco, El Confidencial, 28/04/16)

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