"El veterano periodista José García Abad (1942) acaba de publicar esta misma semana un libro titulado Malvado Ibex (Ediciones
El Siglo) en el que, según explica él mismo en la introducción, intenta
explorar las relaciones entre el poder político y empresarial.(...)
En el libro cuento decisiones que se han tomado allí [en el CEC] y que
han tenido repercusiones importantes, como cargarse a Pedro J. Ramírez,
salvar al diario El País o influir en la reforma laboral. (...)
Con respecto a la prensa, siempre digo que la libertad de prensa es
inversamente proporcional a la deuda que tenga cada medio. Mire el
ejemplo del Grupo Prisa y el diario El País. (...)
Cojamos el caso de Pedro J. Ramírez: no es que se reuniera el Consejo y decidiera cargarse a Pedro J, sino que las cosas se hablan y ellos ya saben por donde van los tiros No es que esté en el orden del día, por entendernos, pero se habla con unos y con otros.
Quizá los capítulos más apasionantes del libro son aquellos en los que narra la caída de Pedro J. Ramírez al frente de 'El Mundo' o la operación para salvar a 'El País'.
Una de las aportaciones exclusivas del libro es contar cómo el diario El País
ha quedado en manos del lobby judío tras la entrada del fondo de
capital riesgo Liberty en el accionariado de Prisa. Juan Luis Cebrián
tiene el compromiso con los fundadores de Liberty, Nicolas Berggruen y
Martin F. Franklin, de que El País tenga una postura pro judía.
Nadie habla de esto, pero eso está condicionando la línea editorial del
periódico, porque, no nos engañemos, si Prisa no hubiera sido una
empresa periodística ya habría quebrado. Hubo una operación para
salvarla y eso ha obligado a Cebrián a apoyarse cada vez en nuevas
aportaciones de capital, en nuevos consejeros que le condicionan la
línea editorial del periódico.
"Una de las patas que calibran la calidad democrática, como es la prensa libre, cojea miserablemente", escribe. ¿Ha muerto la prensa independiente?
Los periodistas de El País antes sabían que
no iban a tener ningún problema, y ahora tienen que estar pendientes de
que callo van a pisar. Pero en realidad eso ocurre en casi todos los
medios.
Entre los periodistas se ha impuesto la autocensura, que ha
terminado por convertirse en la forma moderna y más eficaz de censura.
El llamado "cuarto poder" se ha convertido en sirviente de los
poderosos. (...)" (Entrevista a José García Abad, Jorge Otero, Público, 17/11/16)
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